Angel era una dulce jovencita de 18 años, que vivía en una iglesia, siendo una servidora de Dios el pecado era ese crimen que jamás iba a cometer... Al menos eso era lo que ella pensaba hasta que la tentación apareció en forma de demonio, con una mi...
Había vuelto a mi habitación, estaba entre mis sábanas procesando lo que había pasado. Nose en que momento caí dormida. De nuevo volví a ese sitio donde estaban esos hermosos árboles de flores rojas, ya sabía dónde iba esto, iba a encontrarme con ese ser nuevamente.
Decidí guardar silencio y quedarme en mi sitio,
- Hola pequeño Ángel.
Esa voz se escucho detrás de mi. Me di la vuelta. No había nadie, una brisa fresca abrazó mi piel, después de eso comenzaron a caer gotas de agua empapando mi rostro mi cabello y mi ropa. La bata se pegó a mi cuerpo como una segunda piel.
Me abracé a mí misma buscando calor y solo escuchaba el viento soplar a mi alrededor poniendo mi piel aún más fría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con el rabillo del ojo mire una silueta a mi lado, cuando gire para ver quien se encontraba allí, no había nadie.
Una respiración se pego a mi oído. Mi cuerpo temblo.
-Valla Angel, así reaccionas con mi cercanía, como será cuando pueda tocarte y hacerte gemir.
Mi cabeza sucia recordó el día que descubri a mi madre con el padre Mateo, mi cuerpo se calento con solo imaginar esa situación siendo yo la protagonista, siendo tomada por este ser. Su voz me encantaba y ahora que por desgracia ya esa voz, tenía un rostro y no cualquiera. Era una cara preciosa. Cerré mis ojos y en mi mente rezaba, Dios dame fuerzas, librame de la tentación. Una mano empezó a meterse debajo de mi cabello, pegando pequeños tirones en el camino. Empeze a temblar al sentir esa enorme mano tocandome de esa manera.
-Vamos Angel, ruega por ser tocada yo con todo gusto lo haré, profanare tu pureza, solo pídelo.
De pronto sentí como jalo mi cabeza para un lado para dejar acceso a mi cuello, una lengua tibia chupo esa zona, seguido de eso pego un leve mordisco.
-Ummm - gemí, de inmediato tape mi boca asustada.
Una risa ronca sono haciendo eco en el ambiente. Como pude tire de mi, lejos de esa mano que me sujetaba del cabello. Esa acción hizo arder mi cuero cabelludo. Pero era necesario esa criatura me iba hacer caer. Me di la vuelta para enfrentarlo... Mi respiración quedo a medias cuando vi a ese hombre mirandome con hambre, examinando mi cuerpo. Si mirada subió a mi cara y bajo a mis senos y sonrió.
-Valla que pezones más hermosos
Mi cara ardió de vergüenza, mi bata mojada se puso translúcida con la lluvia y mis senos estaban a la vista por la transparencia. Me tape enseguida con mis manos.
-Alejate de mi, no me toques, tu solo invitas al pecado y yo no soy de esas. Vete al infierno !!!
-De allí vengo, no te preocupes.
Empeze a rezar como lo hacía siempre para buscar protección.
-Padre nuestro....
-Qué te calles de una maldita vez, el no va venir ayudarte entiende de una vez.
Empeze a llorar, tenía mucho miedo, el hombre atractivo, se transformo en un ser más terrorífico, le salieron otro par de ojos debajo de los suyos, su cuerpo aumentó de tamaño y sus uñas se hicieron más largas.
Eliminó el espacio entre los dos y me pego un empujón haciendome caer de espaldas.
-Oh - fue lo único que salio por la impresión y la fuerza que ejercía este demonio. Espere caer al suelo pero en cambio caí en una enorme cama con sábanas rojas. Me quede inmóvil aun no procesaba lo que había pasado.
-Vamos a pecar un poco pequeño ángel.
Mire a los pies de la cama y alli estaba ese ser. Estaba de nuevo con esa apariencia atractiva mirandome y examinandome.
Sus manos sujetaron mis tobillos. Empeze a temblar no sabía que iba a pasar. Me giro bruscamente y quede boca abajo, sentí donde sujeto mis manos atrás y las amarró. No no no, yo forcejeaba para evitar que amarrara mis manos, pero todo fue en vano. Con mis pies hizo lo mismo, me tenía inmóvil. Empeze a llorar, iba a dañar mi pureza, no no no.
Senti una lengua lamer mi tobillo, esta iba subiendo hasta que llego a la orilla de mi bata, esta se había subido un poco a la pantorrilla. De un tirón la subió hasta la mitad de mi espalda. Mis nalgas quedaron expuestas solo tapadas por mi ropa interior. Senti besos en mi zona baja de mi espalda, me retorcía evitandolo pero ese acto lo que logro fue erizar mi piel, de pronto sentí un beso en el inicio de mi nalga. No que va hacer. Desgarro mi ropa interior y empezó a besar esa zona. Dios mio que vergüenza, empeze a moverme para evitar que siguiera haciendo eso.
-Deja de moverte.
Me sujeto de la cadera fuerte y me levanto el trasero haciendome quedar de rodillas y con el rostro metido en la almohada, gire mi cara para poder respirar.
Senti la brisa fría pegando en mi sexo, estaba desnuda, expuesta.
-Dios por favor ayuda.
Una nalgada interrumpió mis rezos.
-Silencio dije, obedece.
Tiro de mi y me hizo girar, quedando boca arriba. Parte de mi vagina quedo expuesta, ya que mis piernas estaba atadas evitando que se abrieran, este miraba esa zona y se saboreaba, pasando su lengua por sus labios. Me sonroje.
-Por favor, yo no quiero no lo hagas.
Me miro fijamente y con una sonrisa, empezó a subir encima de mi.