Cap 11

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Yo rogar, Deimon no me conoce no sabe que soy una persona capaz de manteneme firme en mi desicion.

Aunque él este provocandome no voy  a caer en sus redes de pecado, no no no no y no.
Segui pelando las papas, para el puré qué madre iba a preparar para la cena. Cuando termine le dije a madre que iba ir a rezar al templo, estaba buscando de Dios para que me diera la fuerza que necesitaba, para poder enfrentar a esta atractiva entidad.
Demasiado atractiva, si así se ve un demonio como serán los ángeles.
Ay noooo, pecadora, como me atrevo a pensar en esto.
De camino al templo mi vela se quizo apagar, estaba soplando una brisa fría esa qué anuncia la llegada de la lluvia.
Llegue al templo, cruze el pasillo en medio de los bancos y me fui a la zona donde se reza a Dios.
Coloque la vela en ese pequeño altar y me puse de rodillas.

-Dios perdoname, e pecado, este ser que me atormenta me esta  gustando mucho, ayúdame con esta prueba que has puesto en mi camino, si no me das fuerzas se que caere.

Senti esa brisa conocida y ese aroma varonil, que difícil evitar el pecado si este me busca.

-Hola pequeño ángel, a quien llamas prueba, yo soy producto del deseo carnal que tu monjita mayor provocó, sabias que eso dos fornican aca.

Escuche pasos llegar al frente y lo vi de pie cerca del altar mirando y examinando, mantenía sus manos detrás como si fuera un ser respetuoso y amable.

-Ellos fueron los que me invocaron la primera vez, ensuciaron este sitio con su deseo carnal, entonces aparecí y encontre una pareja follando en esa mesa que esta allá.

Apuntó hacia el altar principal, su mirada buscó la mía y no supe que decir.

Estaba analizando lo que me decía no entendía, por que madre hizo tal cosa si fue quien me enseñó que todo eso era pecado.

Camino y se paró frente a mi, mirándome desde su altura, un miedo inmenso llego a mi cuerpo.
Tenía miedo, Dios mio como deseaba de manera carnal a este ser.

Mis manos empezaron a sudar querían tocar y sentir como era roze de su piel con mis manos.

-Qué tanto piensas?? Por el brillo de tus ojos puedo deducir qué piensas en mi, veo deseo en esa mirada inocente.

Mande a la mierda, todo mi autocontrol, quiero tocar ese ser, tocar no es pecado verdad??

-Deimon - que le digo como se lo digo

Su mirada se oscureció y aparecieron sus otros dos ojos, debería aterrarme por como se ve este hombre, pero me resulta tan atractivo y comestible.

-Qué quieres ángel, pídemelo y lo haré realidad.

Trate de ponerme en pie, pero uno de mis pies piso la tela de mi vestido, caí de manos al suelo.
Que vergüenza.
Una risa llego a mis oídos.

-Mi presencia entorpece tus pasos, dame la mano te ayudaré a ponerte en pie.

Mi mirada encontro esa enorme mano ofreciendo su ayuda.
La tome con desconfianza y para que lo hice, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo.
Cuando ya estaba en pie, mire para arriba buscando mirar esa preciosa cara y armarme de valor para hablar.

-Deimon, quiero tocarte.

Mi demoniaco tormento, abrió sus ojos sorprendido y sonrió.

-Qué parte de mi quieres tocar.

Beso mi mano, esos labios eran tan suaves, mi cuerpo gozo y disfruto esa inocente carisia.
Agarre la vela para iluminar mi camino a casa.

-Te espero en mi habitación, de una vez te digo no será algo sexual.

DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora