Tóxica -Jenlim - Jenlisa -GIP

CAP 11

∆POV LEO

El dolor en mi mejilla aún ardía, pero lo que realmente me dolía era la sorpresa de la situación. Jennie acababa de cruzar una línea que jamás imaginé que cruzaría. Sentí una oleada de enojo creciendo dentro de mí, algo que había estado reprimiendo durante demasiado tiempo.

-¡¿Qué demonios te pasa?!- le grité, mi voz resonando en el salón vacío. Fue la primera vez que le hablé así, y pude ver el asombro en su rostro. Sin embargo, su sorpresa duró solo un segundo antes de que la rabia tomara el control nuevamente.

-¡¿Qué me pasa a mí?! ¡Tú eres el que no puede seguir una simple instrucción!- gritó de vuelta, su voz aún más fuerte. -¡Te dije que no hablaras con Jisoo! ¡No quiero que estés cerca de él!

-¡¿Y qué se supone que debo hacer, Jennie?! ¡¿Dejar a mi mejor amigo porque tú lo dices?! ¡No puedes controlarlo todo! ¡No soy tu maldito perro ! -La rabia en mi voz era evidente, y cada palabra que decía parecía intensificar más la pelea. -¡Has cambiado mucho desde que te conocí!

-¿¡Qué dijiste!?-Sus ojos se entrecerraron, llenos de furia. -¡Yo no he cambiado, Leo! ¡El que ha cambiado eres tú, el que ya no me hace caso! ¡Eres un maldito egoísta!

-Egoísta...-repetí, con incredulidad. -¿Soy yo el egoísta? Jennie, no puedes prohibirme hablar con la gente, no puedes decidir por mí. ¡Voy a hacer lo que quiera!

Sus manos temblaban de rabia. Pude ver cómo apretaba los puños, y en un arrebato, intentó golpearme otra vez. Pero esta vez, fui más rápido. Agarré su muñeca en el aire, deteniéndola antes de que su mano pudiera alcanzarme. Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendida de que me defendiera.

-¡¿Qué haces?!-gritó, luchando por liberarse. -¡Suéltame!

-¡No!-respondí, apretando su muñeca con más fuerza. -¡No voy a dejar que me pegues otra vez! ¡Jisoo es mi amigo de la infancia, y siempre lo preferiré a él!

Sabia que mis palabras fueron como una bofetada, más fuerte que cualquier golpe que pudiera darme. - ¡Entonces, terminamos, Leo! ¡Si tanto te importa Jisoo, ve con él! ¡Así ya puedes estar con las zorras que te ponga tu amigo enfrente de ti! - Con un brusco tirón, logró soltarse de mi agarre, retrocediendo unos pasos. Su respiración era rápida y entrecortada, pero lo que más me dolió fue la tristeza en su voz cuando habló de nuevo.

- Eres un idiota solo quería que nadie nos separara...- murmuró, su voz quebrada por la emoción. -Eres un maldito necio, Leo.

Se dio la vuelta rápidamente, sin darme tiempo a reaccionar. La vi caminar hacia la puerta, sin mirar atrás, y antes de que pudiera decir algo más, salió del salón, dejando un vacío detrás de ella.

Me quedé ahí, inmóvil, con la mano aún extendida hacia donde había estado Jennie. El silencio en el salón era ensordecedor, solo roto por el eco de sus últimas palabras resonando en mi mente. Sentí un nudo en la garganta, un dolor profundo que no podía ignorar. Jennie me acababa de dejar, y por primera vez, me di cuenta de lo que realmente significaba.

La realidad me golpeó como un puñetazo, mucho más fuerte que cualquiera que ella pudiera darme. Jennie se había ido. Me acababa de dejar. El eco de sus palabras aún resonaba en mi mente, mezclándose con el dolor latente en mi mejilla.

Sentí un nudo en el estómago, como si todo lo que conocía y amaba se estuviera desmoronando en un instante. La rabia que había sentido momentos antes se desvanecía, reemplazada por una desesperación creciente. Jennie, la chica que lo era todo para mí, acababa de salir de mi vida... y tal vez para siempre.

-¿Cómo llegamos a esto?- me pregunté en voz baja, casi sin aliento. Recordé la primera vez que la vi, cómo me enamoré de ella a pesar de todas las advertencias, cómo todo en mí gravitaba hacia ella. Pero ahora... ahora parecía que todo se había torcido, que el amor que sentíamos se había convertido en algo tóxico, en una batalla constante.