Tóxica -Jenlim - Jenlisa -GIP

CAP 62

∆POV JENNIE

La tarde en el parque era tranquila, y el sonido de las hojas movidas por el viento creaba un ambiente casi mágico. Kai y yo caminábamos en silencio, disfrutando del simple hecho de estar juntos. Él parecía un poco distraído, mirando a su alrededor como si buscara algo, y eso me causaba curiosidad. No era el mismo Kai de siempre, ese que era relajado y bromista. Había algo distinto en él hoy, como si estuviera preparando algo importante.

Nos detuvimos junto a una fuente, donde unas pequeñas luces comenzaban a encenderse alrededor del parque. Kai tomó una profunda respiración y me miró con una expresión seria, lo cual hizo que mi corazón diera un pequeño vuelco.

-Jennie, quiero decirte algo -comenzó, y por primera vez en mucho tiempo, parecía nervioso.

-¿Qué pasa Kai? -le pregunté, intentando no mostrar que el corazón me latía más rápido de lo normal.

Kai se acercó un poco más y tomó mis manos. Su mirada, siempre cálida, ahora se sentía aún más profunda.

-Jennie, llevo mucho tiempo esperando este momento, y creo que... bueno, ya no puedo seguir guardándomelo -dijo, mientras sus manos apretaban las mías suavemente-. Lo que siento por ti va mucho más allá de lo que esperaba sentir por alguien. Cada momento contigo es especial, y solo quiero que seas feliz... conmigo, sabes que me gustas demasiado y eso nunca va a cambiar pero quiero preguntarte algo.

El mundo se detuvo por un segundo, y aunque intenté procesar sus palabras, me resultaba difícil. No era la primera vez que me lo decía, pero esta vez era diferente. Había una profundidad en sus ojos que me hacía sentir cosas que no había experimentado en mucho tiempo.

Kai continuó, tomando aire nuevamente.

-Jennie, ¿quieres ser mi novia? -preguntó, en un tono suave, pero lleno de determinación.

Me quedé en silencio, mirando al suelo, sintiendo cómo mi mente daba vueltas. Todo en mí quería decir que sí, pero la incertidumbre y el miedo me frenaban. No quería volver a pasar por lo mismo, no quería sentir el dolor de una posible decepción otra vez.

Kai, notando mi duda, me acarició las manos.

-No tienes que decidirlo ahora si no quieres -dijo, con una sonrisa tranquila-. Solo quería que lo supieras, Jennie. No tengo prisa. Pero quiero que entiendas que yo estoy aquí para ti, pase lo que pase.

Su paciencia y comprensión me hicieron sonreír. Sabía que Kai era diferente, sabía que estaba allí por mí y que siempre lo había estado, incluso en los momentos en que no lo merecía. Finalmente, tomé una decisión, aunque con algo de miedo.

Lo miré a los ojos, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba aún más.

-Kai, sí quiero ser tu novia -le dije en un susurro, pero lo suficientemente claro para que me escuchara.

Su rostro se iluminó en una sonrisa que reflejaba una alegría sincera. Me envolvió en sus brazos y me abrazó con ternura, como si no quisiera soltarme nunca. En ese momento, sentí que todo estaba bien, que quizás había tomado la decisión correcta.

Kai se separó ligeramente, sin soltar mis manos, y me miró con un brillo especial en los ojos.

-Prometo hacerte feliz, Jennie. No te arrepentirás de esto -me dijo, con una seguridad que me dio calma.

Nos quedamos ahí, bajo las luces del parque, disfrutando de la tranquilidad del momento, y supe que, a pesar de mis dudas, estaba lista para darle una oportunidad a esta nueva etapa.

Kai se acercó a mí con una mirada decidida y, antes de que pudiera reaccionar, sus labios encontraron los míos en un beso suave. Por un instante, me quedé sin aliento. No puedo negar que Kai no besa mal; su forma de acercarse, su calidez, todo era agradable. Sin embargo, al separarnos, una sensación de vacío me invadió. No encontraba esa chispa, esa conexión que una vez experimenté con Leo.