CAP 35

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POV JENNIE

Mientras conducía, disfrutando del suave sonido del motor y la tranquilidad de la mañana, sentí una vibración en mi teléfono. Estaba apoyado en el portavasos junto a mí. Al llegar a un semáforo en rojo, aproveché para echarle un vistazo. Al desbloquearlo, vi que tenía un mensaje de Kai.

Kai: "Buenos días, Jennie. ¿Cómo amaneciste? Espero que hoy podamos pasar más tiempo juntos en la escuela."

Lo leí rápidamente, y luego miré a Leo, quien dormía profundamente en el asiento del copiloto. Su cabeza estaba inclinada hacia un lado, con el rostro relajado. Me quedé pensando un segundo antes de decidir si responder o no.

Sabía lo mucho que le molestaba a Leo que hablara con Kai, sobre todo después de la pelea que habíamos tenido por él. No ayudó cuando, en medio de la discusión, terminé comparando a Leo con Kai, lo que claramente fue un error. Pero, en mi mente, Kai no era una mala persona. No entendía por qué Leo se sentía tan amenazado por él, especialmente cuando Kai y yo solo éramos amigos. Leo nunca debería prohibirme hablar con alguien, ¿cierto?

Respiré hondo y, antes de que el semáforo cambiara, decidí responder.

Jennie: "Buenos días, Kai. Amanecí bien, gracias. Seguro, nos vemos en el salón y hablamos más."

Sonreí levemente mientras guardaba el teléfono y me concentraba nuevamente en la carretera. Sin embargo, la respuesta de Leo seguía rondando en mi mente. Si él se sentía inseguro, ¿era culpa mía? ¿Realmente estaba haciendo algo malo al seguir hablando con Kai? No lo veía así. Kai no había hecho nada malo, solo era amable conmigo. No entendía por qué Leo estaba tan alterado con este tema.

Reflexioné en silencio mientras el paisaje pasaba a mi lado. Leo y yo habíamos hablado sobre ir poco a poco, sobre darme espacio para mejorar, pero... ¿y él? ¿Acaso no debería confiar en mí más? Yo amaba a Leo, y no había nadie más que pudiera ocupar ese lugar. A veces, me parecía injusto que él se sintiera con el derecho de decidir con quién puedo o no puedo hablar. No tenía razón para estar tan celoso.

Antes de darme cuenta, ya había llegado a mi casa. Bajé la velocidad y estacioné frente a la entrada. Giré la cabeza para mirar a Leo, aún dormido y con el rostro ligeramente relajado, sin sospechar nada. Me incliné y lo acaricié suavemente en el brazo.

-Amor, ya llegamos -susurré.

Leo se removió un poco, abriendo lentamente los ojos mientras parpadeaba, tratando de ubicarse en el tiempo y lugar.

-Mmm... ¿Ya estamos en tu casa? -murmuró con voz ronca.

Asentí con una sonrisa.

-Sí, ven, vamos a recoger mis cosas.

Leo y yo sacamos nuestras cosas del carro con cuidado, asegurándonos de no hacer mucho ruido. Él cargaba su mochila y la ropa que iba a usar hoy, mientras que yo llevaba mis cosas como mi ropa sucia y mi telefono. Al entrar a la casa, todo estaba en silencio, solo el suave sonido de nuestros pasos sobre el suelo de madera. Sabía que mis padres aún estaban dormidos, y no quería despertarlos.

Al llegar a mi habitación, dejamos nuestras cosas sobre la cama. Leo se dejó caer sobre el colchón de inmediato, soltando un suspiro largo.

-Todavía estoy cansado -dijo, enterrando su rostro en las almohadas.

Lo miré desde el armario mientras sacaba la ropa que iba a usar hoy. Sonreí. Leo siempre tenía esa actitud medio dormilona en las mañanas.

-Con una ducha se te va a quitar -le respondí, mientras colocaba la ropa sobre una silla.

Tóxica -Jenlim - Jenlisa -GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora