El Poeta Perdido / Capitulo 8 Temporada 2

11 7 0
                                    


El amanecer, uno de los pocos placeres de la vida, despertando de manera sincrónica con aquella persona con la que conectas de manera perfectamente imperfecta.

Es una cosa de locos aquella imagen, abrimos los ojos y lo primero que observamos es el rostro del otro, totalmente anhelado por cualquier persona, lo estamos viviendo, sencillamente el destino hizo que hoy seamos nosotros esos amantes que se aman con locura. Lo que parece ser una vida de ensueño la estamos viviendo y todo en cuestión de cortas horas, aquel futuro incierto deja de causar miedo cuando nos vemos reflejados en los ojos del otro, todo parece estar bien, lo bonito de la vida se refleja en cada pequeño instante de perfección en este encantador amanecer.

El sonido de las olas va en perfecto acorde con el de nuestro apasionado corazón, el vivir segundo a segundo hace que la vida sea placentera y completa una aventura llena de locura con adrenalina.

En la arena, acostados, mirándonos fascinados de tanta belleza, ninguno de los dos imaginó que esto pasaría, las vueltas que da la montaña rusa que llamamos vida.

Me acerco lentamente, de igual modo, ella lo hace, nos besamos en aquella mañana helada dándonos calor el uno al otro.

[NOTIFICACIÓN DE MÓVIL]

- Me escribió Yisus. Dice Coraline.

- ¿Están todos bien por allá? Pregunto con nervios.

- Sí, no te preocupes. Me envió las coordenadas de la maleta. Dice Coraline.

- Todo está saliendo como lo planeé. Digo orgulloso.

- No pues, don Narcisista. Dice mientras sutilmente levanta una ceja.

- No es narcisismo, es personalidad. Digo.

- Una personalidad narcisista. Dice Coraline.

- Pero te gusta y no me lo puedes negar. Digo mientras guiño el ojo.

- Eres muy convencido. Dice mientras sonríe.

- No es que me gusta, es que no me disgusta. Añade.

- ¿Ah sí? Pregunto sonriendo.

- Sí porque...

Me acerco y la beso, interrumpiendo así su conversar.

Caminamos a la ubicación de destino, dentro de unos largos minutos.

- Es aquí. Dice Coraline.

- Bueno, cavemos.

La maleta estaba enterrada a unos escasos metros de profundidad, por lo que sacarla no fue tan difícil.

- ¿Está todo? Pregunta Coraline.

- Está todo. Digo mientras rio a carcajadas.

- ¿Por qué tan feliz? Pregunta.

Saco un fajo de billetes.

- No sé si esto responda tu pregunta. Digo.

- ¿De dónde salió eso? Pregunta sonriendo.

- Mi amor, soy de pocos amigos, pero lo que tengo valen oro. Respondo conmocionado.

- Vamos a desayunar. Añado.

Ya en la playa comenzamos a hablar de la intimidad de cada uno, no de cuantos novios ha tenido, sino a hablar de su historia de vida.

- ¿Cuál es tu historia de vida? Pregunta Coraline.

- Apenas son las 7AM. Respondo sarcásticamente.

- Mi historia de vida, pues, Mucho gusto señorita mi nombre es Mario mejor conocido como el amor de tu vida. Añado.

- Muy gracioso, pero ya enserio. Dice Coraline.

- Pues, soy una persona que vivió en automático gran parte de su vida y reaccionó tarde, por ello, es que mi estilo de vida se trata en vivir el día a día. No me mal entiendas no quiere decir que soy un vago que no se preocupa, solo quiero disfrutar de aquellos placeres de la vida que antes me privé. Respondo.

- Te entiendo perfectamente. Dice Coraline.

- En cuanto a las personas que siempre me han rodeado, son los mismos: mi mamá Margaret y mi padre August, mi hermano Jotape. En cuanto a mis amigos: Yisus, Mariana. Aunque Caín y Joel son primos. Cada uno ha tenido su impacto en mi vida.

- Y.... digo mientras corre una lagrima por mi mejilla.

- ¿Y? pregunta con voz suave Coraline al agarrar mi mano.

- Mis abuelos: James y Alyssa, son las personas a las que más he amado en mi vida. Mi abuelo me enseñó a ser un romántico enamorado y mi abuela a ser amigable y pensante. Respondo.

- Mucho sentimiento, te toca.

- ¿Cuál es la historia de tu vida? Pregunto.

- Espero terminar sin llorar, pero lo intentaré. Dice Coraline.

- Tranquila, aquí estoy. Digo.

Respira profundo.

- Mi nombre es Coraline. Como ya sabes. Dice nerviosa.

- Cuando era niña, mi abuelo. Solloza.

- Mis padres murieron en un accidente de tránsito, yo era una niña y la única familia que tenía era mi abuelo. Como una niña inocente me emocionó vivir con mi abuelo, lo que yo no sabía era que desde temprana edad iban a comenzar los abusos y maltratos. Él era un ex policía, traumado y depravado y yo fui su víctima.

Coraline llora y se desahoga.

- Tranquila, aquí estoy. Digo mientras la abrazo.

- Yo era muy niña y no sabía lo que hacía, pero sé que estaba mal.

- Correr no servía de nada, me golpeada hasta no poder moverme y abusaba de mí. Una y otra vez. Varias veces al día, a veces más, a veces menos. Dice Coraline.

Hago el abrazo más apasionado mientras lloro.

- Cuando tuve la edad para defenderme y poder huir, lo hice. Yo crecía y él se hacía más viejo, pero como todo pervertido encontraba las maneras de anteponerse a mi decisión.

- Nadie sospechó nunca nada, debido a que, era una nieta con su abuelo ¿Quién se iba a imaginar? La foto a simple vista era tierna, pero a puerta cerradas era un completo martirio.

- Yo soñé contigo. Digo.

- Estabas con tu abuelo, pero tu cara no era para nada feliz. Entonces comprendí que los ojos nunca mienten.

- Siempre me pregunté cómo disté con la verdad. Nunca te dije nada. Dice Coraline.

- Yo tengo un palpito que casi nunca falla, el cual me ha hecho feliz, pero a la vez, me ha llenado de tristeza absoluta. Respondo.

- Las cosas se salieron de control somos prófugos. Dice Coraline alterada.

- ¿Cómo eso puede ser bueno? Añade.

- Es bueno porque nos conocimos, es bueno porque entre tantas personas nos encontramos. Respondo.

- Nadie te puede hacer dudar de ello, Coraline. Añado.

- Sí qué puedo dudar ¿Soñaste conmigo? ¡Mataste a la única familia que me quedaba! Qué gran futuro. Dice enojada.

- Eso es injusto. Digo.

- Yo me la jugué por ti y no es tirarte las cosas en cara porque el amor se siente, no se ruega. Añado.

El momento completamente arruinado, terminamos discutiendo e hiriéndonos con comentarios que realmente no queríamos decir pero que, a su vez, tenían mucho sentido, eso es lo peor, cuando las palabras quedan a la interpretación de la persona se convierte de una absoluta tortura.

- Voy a caminar. Dije enojado. 

El poeta perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora