ߗθ| Recuerdos

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❝𝙴𝚕 𝚙𝚕𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚎𝚜 𝚕𝚊 𝚏𝚕𝚘𝚛 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚕𝚘𝚛𝚎𝚌𝚎; 𝚎𝚕 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚕 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚞𝚖𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚎𝚛𝚍𝚞𝚛𝚊...❞

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Jean de Boufflers


Caminaba por los senderos del parque sumido en la desesperación, deseaba encontrarse ahí con el albino de orbes amatistas, pues había algo que le insistía en buscarlo en aquel lugar donde por primera vez lo vio y experimentó una bella y singular s...

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Caminaba por los senderos del parque sumido en la desesperación, deseaba encontrarse ahí con el albino de orbes amatistas, pues había algo que le insistía en buscarlo en aquel lugar donde por primera vez lo vio y experimentó una bella y singular sensación envuelta en nostalgia y ciertos recuerdos que no dejaban de pasar por su cabeza. 

Y aunque no los comprendiera en su totalidad, quería averiguar la razón por la cual aquel peliblanco revolvía su estómago y aceleraba el palpitar de su corazón con cada ramo de flores que le regaló con una sonrisa acogedoramente cálida. 

Mientras el viento golpeaba contra su rostro y su alma no paraba de desbocar un mar de sentimientos angustiantes, una cabellera demasiado conocida llegó a su vista, tomó un largo respiro, pues tenía miedo de ser rechazado y no lo culpaba.. se había comportado muy grosero y rígido con él.. Almenos deseaba obtener su perdón.. 

—¿Shinazugawa..? —nombró con timidez aquel ser de orbes azules. 

El mencionado levantó su cabeza, preguntándose si aquel llamado no era un producto de su imaginación o estaba realmente escuchando esa preciosa voz pronunciar su nombre. 

—¿Podemos hablar? 

Pidió tratando de mantener su postura y controlar sus emociones, mientras jugaba con sus dedos ansiosamente, Sanemi no tardó en asentir a su petición, lo que fue un enorme alivio para Giyuu. Tomó asiento del otro lado de la banca que ahora compartía con el albino, bajo la fresca sombra del frondoso árbol. 

Sanemi solo se limitó a observar a Giyuu, su cabello negro seguía siendo igual de rebelde y sedoso, la esencia a flores de vainilla que emanaba del él estaba impregnada en el aire, tranquilizando sus sentidos, sus orbes oceánicos mantenían ese brillo que tanto amó y ama, cada aspecto de Giyuu era simplemente perfecto, era tan adorable verlo ruborizarse y apreciar esa dulce sonrisa que un día perteneció al frívolo pilar del agua y ahora pertenece a un lindo omega del cual aún no esta dispuesto a renunciar. 

—Lo siento mucho, Sanemi.. —soltó de repente, su mirada posada en el suelo para evitar la del albino, no tenía el suficiente valor para verlo a los ojos, pues sabía que flaquearía con una simple mirada suya. —Y-yo me comporté como un idiota, no debí haber sido tan grosero contigo. Muichiro me contó lo que sucedió y ahora sé que me equivoqué y me siento tan avergonzado por ello.. —habló, su voz debilitándose cada vez más. 

ミ 𝘓𝘦𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳 & 𝘵𝘳𝘢𝘷𝘦𝘴𝘶𝘳𝘢𝘴 彡| 𝚜𝚊𝚗𝚎𝚐𝚒𝚢𝚞𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora