Eran al menos las seis y media cuando sintió el frío de la mañana chocar con su rostro. Había salido de casa directo al instituto, seguramente algunos docentes habrían de notar que estaba llegando tarde. Ojeo una sola vez su celular sin darle tanta importancia a algunos mensajes mientras resoplaba, el tráfico era un poco tedioso.
Cuando llegó bajó rápidamente del auto mientras caminaba a pasos largos hacia la entrada. Para su sorpresa, se encontró con un nene que animadamente lo saludó, era Valentino y al lado de este Cristian. Apretó un poco su mandíbula devolviéndole el saludo al menor. Cristian no sabía que decir.
—Buenos días —saludó como de costumbre, el ambiente se había tornado tenso. Cristian lo miró una vez más, aquellos ojos brillantes lo atraparon haciendo que sonriera—. Cristian, ¿Dybala se disculpó con vos ayer?
—Sí, perdoname, estoy en las nubes —observó como el morocho sobo su sien—. Bueno, me voy, hasta luego campeón —se despidió de su hijo y antes de irse no se quedó con las ganas—. Están muy bonitas tus gafas, y tú también.
Automáticamente las mejillas de Son se tornaron de un carmesí mientras Valentino reía ante lo sucedido.
—Papá suele ser muy coqueto —el nene caminaba de su mano para llegar al aula, una duda lo invadía.
—¿Si? ¿Con todo el mundo? —sabía que estaba mal preguntar aquello, más había sido inconscientemente.
—No, solo con vos.
El timbre sonó y los dos entraron al salón, Valentino corría saludando a los demás mientras Son intentaba esconder su nerviosismo sentándose en la silla de su escritorio y comenzando la clase, su corazón aún latía con fuerza. Las tres primeras horas pasaron un poco lento, hasta que llegó el receso, y de nuevo pudo observar como Valentino le ofrecia de su comida.
—No Valen, es la comida de vos, yo tambien traigo —hizo sonar su comida en el toper—. ¿Ves? —el nene negó un poco triste.
—Te lo hizo papá —Heungmin frenó en seco ante la confesión del menor. Era inesperado por su parte. Suspiró derrotado tomando lo ajeno mientras agradecía, Valentino tenía una sonrisa triunfadora.
El trascurso del receso pasó con un poco más de lentitud mientras pensaba en todo lo sucedido. Cada vez que veía a Cristian en sus pensamientos juraba que sus manos sudaban más de lo normal y el nerviosismo se apoderaba de él.
—¿Estás bien Sonny? —la voz de Enzo lo sacó de sus pensamientos.
—Ah, sí, sí —sentía que sus pulmones se quedaban sin aire.
—Te noto preocupado, si necesitas hablar tenés toda la confianza —Enzo le brindó una sonrisa cálida al igual que Julián, sabía bien que eran pareja, y una bastante amable, siempre le habían dado una buena impresión.
—¿Qué hago si la persona que me gusta también siente lo mismo que yo? —la pregunta sonó estúpida, o así lo había planteado él después de unos segundos de silencio en la sala.
—Claro que no sonó estúpida, es algo normal Son —Julián esta vez habló sonriendo, la seguridad volvió al asiático—. Si es alguien que recién comienzas a conocer, avancen primero en descubrirse los dos, mientras que si es alguien que conoces hace mucho tiempo, hacele, tu mismo lo dijiste, siente lo mismo que tú.
Son apretó sus labios para después agradecer cuando el timbre sonó. Claro que no sabía si Cristian sentía lo mismo que él o solamente estaba haciendo amable, pero por primera vez quiso convencerse en que realmente compartían el mismo sentimiento, al final lo que importaba eran las acciones y no las palabras, cosa que había estado mostrando el morocho.
Su atención se dirigió a todos los niños, y cuando comenzó la clase de artes, sus sentimientos hicieron que un escalofrío recorriera su columna. El ejercicio en aquella clase era fácil, los nenes tendrían que dibujar a sus amigos, padres o familiares que más querían, mientras que en el centro tendrían que dibujar como se veían a sí mismos.
Cuando algunos de los niños terminaron se acercaron a él mostrándole, pero Valentino se quedó algunos minutos más puliendo todo. Son se acercó a él intentando observar.
—¿Me podes explicar quiénes son Valen? —el asiático se colocó de cuclillas mientras escuchaba atentamente al nene que le explicaba todo, hasta que llegó a tres personajes en específico.
—Y para terminar, este sos vos, papá y yo —el dedo del infante señaló a los tres muñecos que se encontraban en el papel dibujados. Estos tres no se encontraban como el habían indicado, más bien hacían una hilera agarrados de las manos.
—Valen, vos vas en el centro y todos los demás van a tu alrededor —los nervios una vez más se hicieron notar en su cuerpo. El nene negó.
—Es que se ve más bonito así —el puchero del menor hizo que soltara una leve risa antes de levantarse y revolcar un poco el cabello de este.
—Bueno, todos alisten sus cosas niños, se acabó el cole.
Observó a los pequeños empacando sus cosas y cuando el timbre volvió a sonar todos salieron para encontrarse a sus padres esperando. A lo lejos Valentino se despidió de él, y Cristian una vez más le dió aquella sonrisa por la cual creyó derretirse.
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Bueh, amo como está quedando, si algo dicen. La inspiración de nuevo me llegó y pues, toca aprovechar, es q después me bloqueo, espero les guste y gracias por los votos <3
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Gafas | Cutison
Fiksi PenggemarSon ha sido asignado como un nuevo profesor suplente. Mientras que Valentino ha quedado encantado con las gafas de animalitos del contrario contándole cada mínima cosa del nuevo profesor a Cristian, su padre.