Para ser domingo y las cuatro de la tarde, el clima definitivamente estaba bastante bien. La brisa del lugar corría mientras Valentino jugaba con una pequeña mariposa la cual había encontrado apenas llegaron.
—Se entretiene con cualquier cosa —el comentario hace que los dos rían mientras buscan el lugar.
Las mesas están ordenadas por colores dando un aspecto pulcro y bonito al lugar, no es un restaurante ni mucho menos, pero por lo menos sirve. Así se mentaliza Cristian. No era malo para una primera vez. O tal vez Lisandro al enterarse le daría un golpe, pero daba lo mismo.
Los dos se sientan para notar como Valentino se dirige al área de nenes intentando charlar con los demás mientras lo reciben con curiosidad.
—Es igualito a ti —el comentario hace que Cristian baje la carta mientras impacta suavemente con la mesa mientras Son sigue con su atención en el menor. Romero carraspea—. ¿Qué? Es verdad —una risa baja es lo único que se escucha antes de que el silencio predomine entre los dos. Cristian acomoda las gafas del contrario levemente.
—Siempre te las desacomodas —le dice tratando de explicar la situación. Son asiente nervioso.
El chico los atiende y mientras esperan la comida (junto a la del menor la cual será llevada hacia el lugar de nenes), el tema sobre el país del cual proviene Son se ha comenzado a dar. Al final de cuentas Cristian siempre quiere saber un poco más de él, solo un poco más.
—¿Llegaste a los dieciséis? —aún le parecía irreal lo que le contaba el asiático.
—Sí —la pequeña pausa se nota cuando toma un sorbo de la bebida—. A los dieciocho regresé para hacer servicio militar —el gesto de desinterés que hace con los hombros hace que Cristian frunza los labios.
—El servicio es obligatorio, ¿no? —sus miradas se conectan mientras Son hace pequeñas figuras de nuevo pasando su dedo suavemente contra la mesa.
—Sí, cursé dos años, después de ello me licencié como docente —Romero asiente colocando toda su atención en el asiático, aún puede escuchar a su hijo a lo lejos hablar—. ¿Aquí es obligatorio? Conozco a algunos amigos que me han afirmado.
—Realmente no, hace unos cuantos años quitaron la ley —los pasos a lo lejos hacen que los dos se informen que ya casi llega la comida—. De todos modos cursé un año y me sacaron —el leve ruido del hielo hace que Son lo observe una vez más, casi analizando todo lo que ha dicho. Le gustaba aquello del asiático.
—¿Por qué? —para Son la pregunta ha sido tan invasiva que siente como los nervios se apoderan de él—. Si me querés contar, claro —a Romero le parece tierno como intenta organizar las ideas en su cabeza y arreglar la situación. Solo hace un gesto de despreocupación.
—Nada, mis padres tenían contactos con algunos jefes, así que se decidió que saliera para seguir con mi trabajo.
El chico que trae la bandeja llega a la mesa dejando los alimentos emplatados. Los dos se disponen a comer. Romero revisa una vez más si su hijo está cómodo y tiene su platillo. El nene simplemente está hablando como todo un político en la mesa mientras disfruta de la comida. ¿Realmente se parecía a él?
Los minutos pasan, y mientras lo hacen, se intercambian unas cuantas palabras en algunos leves tiempos de pausa. Son le ha platicado un poco más sobre su pasión a enseñarle a los nenes, Cristian ha dado a conocer un poco más sobre su trabajo. El lugar y como dialogan es cómodo para los dos, la presencia del otro siempre es cómoda.
—¿Querés más? —pregunta Romero viendo el vaso vacío. Son asiente—. ¿No querés darle clase a secundaria?
La pregunta lo toma de sorpresa y piensa un poco la respuesta, realmente nunca lo había hecho, prefería enseñar a los nenes, no eran unos insolentes que se metían en problemas todo el tiempo.
—No —se acomoda el marco de las gafas una vez más—. Los nenes no suelen meterse en líos como los adolescentes en todo momento —los dos ríen ante la respuesta del asiático. Romero niega.
—Estás generalizando Son —las palabras contrarias hacen que el asiático alcé una ceja.
—¿Ah sí? ¿Acaso sos un santo Cristian Romero? —el tono de burla hace que el morocho sonría levemente.
—Pues si, que te puedo decir —sus miradas se conectan de nuevo y el ambiente esta vez se siente distinto—. Solía ser de los mejores estudiantes, nunca tuve un lío. Ni siquiera en el instituto, donde, como vos decís, somos crías que nos metemos en problemas —la sonrisa del contrario hace que Son sienta las populares mariposas en el estómago.
—Ya veo —ordena un poco los platos y toma un sorbo del vaso, los nervios quieren desbordar todo—. Eres un santo Romero —la postura de Cristian definitivamente dice todo.
—¿Y vos?
—Los institutos de asia son bastante estrictos, nadie se atreve a meterse en líos allí —alza los hombros mientras termina la bebida.
Cuando han de terminar, son al menos las cinco de la tarde. La cita (salida de amigos, según Lisandro), no había salido nada mal, al contrario, había sido un éxito total. Habían compartido un poco más sobre su vida, sus sueños y tal vez, solo tal vez, un poco de sus sentimientos.
Cristian baja del auto cuando se estaciona enfrente de la casa como todas las veces anteriores. Se abrazan una vez más para despedirse, así que Son lo piensa una vez más, y antes de que Cristian se marche un pequeño y fugaz roce de labios es lo que alcanza a ver Valentino por medio de la ventana.
Algunos segundos después, Son se despide de él junto a un gesto de mano, el cual el nene no duda en responder. El camino a su casa comienza de nuevo.
—¿Ya son novios? —la voz del nene sale con impaciencia e ilusión.
—Un poco más de tiempo ¿no crees Valentino? —su mano se dirige a encender la radio del auto para que una canción comience a sonar—. Un poco más de tiempo —es su último susurro antes de que el sol comience a esconderse y la luna junto a las estrellas se noten.
Cuando se llenó la luna
Vi tu rostro en una estrella•
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Nah, me re tarde , perdón.
La vdd ni ganas le tenía a este capítulo, el bloqueo escritor me agarró en el peor momento y el instituto me tiene que casi ni respiro gente, de todos modos, voy a ver q sale de esto mas adelante.
Lo único bueno es q siento q voy avanzando bien, aparte d eso, me llegó la persona saben, nos estamos conociendo, q todo salga bien JSHAJ 🤞🏻
Pero bueh, gracias por leer, y por esos 115 votos, jamás pensé llegar a esoooooo 🧍🏻♀️ espero les guste, di lo máximo, chauuu <3
(Si hay algún error ortográfico avisan plisss)
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Gafas | Cutison
Fiksi PenggemarSon ha sido asignado como un nuevo profesor suplente. Mientras que Valentino ha quedado encantado con las gafas de animalitos del contrario contándole cada mínima cosa del nuevo profesor a Cristian, su padre.