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~2015~

Estaba por ir a la escuela hasta que revisé mi celular y habían algunos mensajes de un número desconocido, suponía que era Rodrigo.

Hola, ¿ya tenés tu plan
armado?

                      Aún no, mejor lo hablamos
                      en la escuela, se va a hacer
                      tarde.

¿Me querés ver en persona
otra vez?

A mí se me hace que no fue
un reto y que vos de verdad
querés bailar conmigo.

                       ¿Qué? Ni siquiera sé muy
                       bien quien eres, así que no
                       te ilusiones.

Te recuerdo que vos me
buscaste a mí.

                                                           Adiós.

Las horas pasaron y yo estaba buscando a Rodrigo aprovechando que estábamos en el receso.

Cuando lo encontré, él estaba sentado junto a sus amigos, me daba vergüenza acercarme pero tenía que hacerlo antes de que cada uno vaya a sus aulas.

—Rodrigo.— dije y llamé la atención de todos sus amigos.— ¿Podés venir un momento?— pedí.

Todos comenzaron a molestarlo y noté que se puso nervioso y avergonzado.

—Decime rápido tu plan, yo ya sé lo que te voy a pedir a cambio, pero primero quiero escuchar lo que tenés en mente.— avisó mientras nos alejamos del resto.

—Bueno, al inicio solo te iba a usar para cumplir el reto, pero ahora no, necesito que sí o sí bailes conmigo.— hablé.

—Bueno, ese término de "usar" no me gustó eh.— se quejó.— Estoy de acuerdo con esto, pero a cambio tenés que darme dinero.— propuso.

—No tengo ni siquiera para comprarme un celular nuevo y vos me pedís plata.— reclamé.

—Es eso o no hay plan.— comentó y se cruzó de brazos.— Seré bueno, quiero 250 pesos.— exclamó.— Vos decidís, la cosa está en tus manos.

—Bien, te daré los 250 pesos que probablemente saldrán de la propina que me entreguen en mi cumpleaños.— contesté.

—Por cierto, ¿cuándo es? Aún no me lo has dicho y no he pedido permiso.— recordó.

—Es mañana.— respondí y se sorprendió.

Por su mirada notaba que se quería negar, tal vez debí decírselo ayer pero se me olvido, solo deseaba que le puedan dar permiso.

—No puedo, no tengo tiempo para conseguir la ropa adecuada y no sé si mi vieja me dé permiso.— contó.

—Vos solo trata de convencer a tu mamá, yo me encargaré del resto, ahora es tu decisión si querés el dinero.— repetí lo mismo que él.

Rodrigo me miró mal pero aceptó, estaba emocionada porque por fin tenía a alguien con quien bailar.

Ahora mi única preocupación era de dónde iba a sacar ropa para él, trataría de pedirle a alguno de mis primos alguna ropa elegante que tengan por ahí.

Después de todo, el reto no fue una mala idea, pensé que estaba segura que después de mi fiesta, Rodrigo y yo no volveríamos a hablar, pero no fue así.

Te encontré (Carreraaa x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora