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~2015~

Faltaba solo una semana para que me vaya a otra ciudad y cada vez me sentía más culpable por no decirle a Rodri nada.

Estaba arreglando mis maletas para no hacerlo a última hora, las lágrimas aparecieron otra vez, he vivido aquí desde que nací y cambiarme así de la nada era muy extraño.

—¡____!— gritó mi mamá.— ¡Tu amigo y su mamá han venido a visitarte!— avisó y yo me asusté.

Mis ojos siempre se ponían muy rojos y se iban a dar cuenta que he estado llorando, no sabía que excusa poner, me arreglé un poco antes de bajar y me puse unos lentes oscuros que tenía guardados.

—Buenas tardes, señora Eli.— saludé.— Hola Rodri, ¿a qué viene su visita?— pregunté.

—¿Por qué tenés puestos lentes oscuros en tu casa y más si ni siquiera ha salido el sol?— habló Rodrigo.

—¿Vos por qué estás tan arreglado?— me burlé, hoy se veía más lindo de lo normal.

—Déjala, probablemente tenga algún problema en los ojos.— dijo su mamá.— ____, yo solo vine un ratito para verte, Rodri si se va a quedar, pueden salir a pasear si gustan.— propuso.

Estuvimos de acuerdo con su propuesta y nos despedimos, nosotros estábamos en silencio pero no en uno incómodo.

—Toma.— llamó mi atención y me entregó un pequeña caja.— Mi mamá me ayudó a escogerlo.

Abrí la pequeña caja, era un hermoso collar, sonreí y le pedí a Rodri que me ayudara a ponermelo.

—Mi vieja dijo que te lo pongas cada vez que nos extrañes.— contó.— Igual podés ponértelo cuando vos quieras.— exclamó.

—Le das las gracias a tu mamá, ¿qué te parece si salimos a jugar básquet?— ofrecí.— Esta vez sin empujar, por favor.— pedí y él solo se comenzó a reír.

—No te voy a empujar, pero con una condición.— exclamó y lo miré atentamente.— Quítate esos lentes, te ves rara usándolo acá.— se burló.

—Me voy a cambiar y ahí bajo sin los lentes, ¿de acuerdo?— comenté y asintió.

Subí rápidamente a cambiarme, tuve suerte de que ya no se notaba que había llorado, así Rodrigo no me preguntaría nada.

Salimos de mi casa y fuimos al parque de siempre, cuando llegamos pude ver que Luana estaba ahí sentada, como si estuviera esperando a alguien.

—¿Qué onda?— se acercó a saludarme y le dio la mano a Rodri como forma de saludo.— Que bonito saber que están pasando estos últimos días juntos, después de todo, ¿en una semana vos te vas, no?— preguntó Luana con una mirada algo extraña, en ese momento mi miedo comenzó a crecer.

—¿Te vas? ¿A dónde?— habló Rodri confundido.

—Ay, perdón.— exclamó Luana.— Pensé que ya le habías dicho que te vas a ir a otra ciudad, que pena.— comentó, me di cuenta que ella lo decía con una maldad.— Es mejor que los deje solos, así pueden conversar tranquilos, suerte ____.— se despidió.

Ella se alejó y la expresión de Rodri era una mezcla de enojo y tristeza, me estaba sintiendo muy mal por haberle mentido.

—¿Cuándo pensabas decírmelo?— murmuró.— ¿El mismo día en el que te ibas a ir?— alzó un poco la voz.— Sos una mentirosa, dijiste que tu mamá solo estaba donando muebles.— recordó.

—Es difícil para mí, Rodrigo.— dije.— ¿Vos crees que es fácil sobrellevar toda esta situación que pasó de la noche a la mañana? Cometí un error al no decírtelo, y eso lo sé.— comenté.

—Hoy planeaba declararme.— confesó y yo ya tenía ganas de llorar.— Pero todo se fue a la mierda gracias a tu mudanza.

—No es mi culpa que mis padres hayan decidido esto, por más que yo me quiera quedar, no puedo.— expliqué.— ¿Crees que no me duele separarme de mis amigas y de vos?

—Ya no sé que pensar.— exclamó.— Gracias a esta noticia puedo confirmar que después de todo, vos solo fuiste un error en mi vida y que jamás debí enamorarme.— susurró y me sorprendí.

—Lo decís porque estas molesto, pero te pido que midas tus palabras porque lo que decís me está doliendo.— contesté.

—Tal vez sea mejor que te vayas, así ya no podré recordar que me estuviste mintiendo.— dijo.— Solo te pido que no me busques en esta última semana, por favor no lo hagas.— pidió y bajó la mirada para ocultar que también quería llorar.

—Rodri, yo necesito que me escuches...

Él me interrumpió con un gesto de silencio, no quería escucharme y eso me hacía sentir mucho más culpable, ¿realmente yo tenía la culpa de la decisión de mis padres?

Rodri me dio una última mirada y se alejó de mí, sin decir absolutamente nada, pero yo no me daría por vencida, esta última semana la tenía que pasar sí o sí con él, no haría caso a su pedido, yo lo tenía que buscar.

Te encontré (Carreraaa x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora