CINCO

2 0 0
                                    


Hace tiempo que Luke no dormía así de bien.
La cama estaba caliente y las mantas eran tan suaves como la seda. Luke se sentía tan bien entre los brazos que lo acobijaban, tan cómodo que su cuerpo reacciono por sí solo, acercándose más aún a esa caliente y suave piel pero cuando algo bastante grande pincho su trasero como si hubiera sido un gato el cual acababa de asustarse salto de la cama o bueno lo intento porque así como lo intento cayó de lleno al suelo.

—Que mierda...— susurro más que asustado mientras sostenía su cintura, intentando amortiguar el dolor punzante que ardía en toda la zona.
No recordaba nada, al menos no hasta que aquel rostro que juraba odiar apareció sobre el y ahí solo ahí todos los recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior lo invadieron.
—¿Que mierda hice?...—Encerró su rostro entre sus manos aturdido. Mucho más que aturdido.

—¿Que haces en el suelo? Vas a lastimarte.—. Cían extendió su mano para ayudar al menor a levantarse y sorpresivamente esta vez si la tomó.
Lentamente y liberando quejidos con cada movimiento que hacia, el menor volvió a la cama en donde Cían le apilo un par de almohadas para que este estuviera más cómodo. Acto que tomó al chico por sorpresa, vamos que después de la estupidez que hicieron lo único que hubiera esperado es que Cían lo sacara a padas al día siguiente.

—Te traeré un poco de hielo—. El mayor se coloco su pantalón antes de rebuscar en una pequeña heladera una bolsa de hielo

—Yo creo que mejor debería irme, tengo que ir a clases y mis padres nisiquiera saben que yo...—.

—Te escapaste...—. Tomó una compresa fría del mini refi.

—Algo así...—. Estaba apenado, con todo incluso con cada uno de los recuerdos que seguían llegando como la lluvia. Sin embargo la idea de que sus padres y su hermano lo esperaban en casa listos para asesinarlo era aún peor.

—De todos modos no puedo dejarte ir, no es estas condiciones. Date vuelta—. Ordenó a lo que avergonzado Luke obedeció.
Un par de rojeces coloreaban la espalda del chico. Cían preciono con delicadeza la compresa sobre la parte baja de la espalda del pelirrojo quien por acto reflejo se encogió un poco en su lugar.

—Esta frío—. Dijo similar a un chirrido.

—Lo se, lo siento—. Cían deslizaba de un lado al otro sus dedos sobre las caderas del chico.
Sabía que lo que había hecho anoche había estado jodidamente mal y nisiquiera podía echarle la culpa al alcohol, pues no había tomado ni una botella. Odiaba la cerveza pero por otro lado no podía sentirse mal, no cuando nisiquiera Luke parecía estar afectado o molesto. Notoriamente recordaba lo que había sucedido, aún así no parecía disgustarle incluso aceptaba las caricias y el trato que le daba.

—Sobre lo de anoche...—. Deslizaba suavemente la compresa.

—Puedes denunciarme por violacion, aceptare mi culpa—. Cían sonrió divertido mientras negaba.

—No haré eso ¿Pero tu como te sientes al respecto? En todo caso seré yo quien acepte la responsabilidad—. Un gesto algo adorable de su parte.

¿Cómo se sentía Luke al respecto?
Sin duda lo había hecho por impulso y con una borrachera de por medio pero de igual manera recordaba todo y a decir verdad no le desagradaba, ni lo que había pasado, ni como lo estaban tratando ahora mismo, ni con quien lo había hecho.
Habia sido su primera experiencia de este tipo, fue totalmente diferente a todo lo que había hecho antes y se le estaba haciendo algo dificil de procesar. Obviamente esto podía traer más de un problema si alguien se enteraba pero tal vez si se acababa aquí esto podía quedar entre ambos...

—Fue mi primera vez con un hombre...—. Músito en voz baja pero claramente Cían logró escucharlo.
—¿La tuya?—.

—Soy gay, Luke—. Eso explicaba muchas cosas en la cabeza del menor, sobre todo la agilidad con la que habia manejado la situacion—Pero me alegra saber que fui tu primera vez—. Pellizco ligeramente el trasero del chico, provocando que este se reincorporara de golpe sobre la cama, sin embargo Cían estaba lo suficientemente cerca como para que cayera directo en sus brazos, en sus entrenados y cálidos brazos.

—Veo que se te hizo costumbre caer sobre mi...—. Cían miraba a Luke con una notoria sonrisa de satisfacción en su rostro mientras deseaba internamente devorar los rojos labios del menor.
Luke apartó un mechón de pelo que caía sobre el rostro perfecto de Cían, mientras una inevitable sonrisa se le formó en sus labios, sin poder creer que anoche estaba a punto de llorar por el dolor que le había causado encontrar a la mujer que en teoría amaba con otro hombre y el pocos minutos después había hecho lo mismo y aún peor con un hombre, un hombre que viéndolo de cerca era jodidamente perfecto y que se estaba asegurando de cuidar hasta el último detalle de lo que había hecho. Nisiquiera el había sido así con Nora.
Entonces como si un imán los uniera poco a poco se fueron acercando, inclinando ligeramente consigo sus rostros para que sus labios encajaran a la perfección sin embargo...

—¡Hermano!—. Nora bajo las escalera a toda velocidad.
Más rápido que un rayo, Cían tomó la manta negra que habia tras ellos y cubrió a Luke y a él con ella, envolviendo al menor entre sus brazos, tapándolo por completo.
—Haste el dormido, yo me encargo—. Luke asintió congelado del miedo.
Nora entro como si nada a la habitación abriendo el armario del mayor, quien la miraba con absoluto repudio en su mirada.

—¿Que mierda quieres?¿No vez que estoy algo ocupado?—. Nora volteo y se encontró con su hermano mayor abrazando a un desconocido, quien ante sus ojos parecía estar dormido.

—Oh, se siente feo ser interrumpido ¿verdad?—. Ignoro por completo la advertencia del chico y continuo con la exploración del armario.
Cían no iba a decir nada. Se mordió la lengua con fuerza para evitar hablar, pero no pudo. Su esfuerzo fue en vano.

—¿Eso acaso te importa? Después de todo lo andas haciendo con cualquiera y en cualquier lado. Deberías hacerlo públicamente ¿Tal vez una porno al aire libre?—. Escupió con todo el odio del universo. Al mismo tiempo noto como el cuerpo del menor se tenso entre sus brazos mientras se aferro a él con más fuerza, alentandolo.

—¿Que intentas decir Cían?—. Centro su mirada de gata sobre el mayor.
—¿Te refieres a esas pelis por las que tanto te pagan? En todo caso deberías pasarme el número de alguno de tus compañeros—.

—¿Y Luke?—. Nora bufo descontenta con ese nombre.

—Asumo que finalmente terminamos. Nuestra relación era tediosa, no sabia como decírselo aunque tampoco creí que se acabaría de esa manera—. Se coloco un abrigo morado sobre su hombro.
—No logre acostumbrarme a una sola persona, es tedioso y aburrido—. Cían sentía como Luke lo apretaba cada vez más fuerte, haciendo que sus costillas dolieron.

—¿Ya te hiciste el test de clamidia?—. Nora ladeo los ojos.

—Soy igual que tu hermano, supongo que se me hace más divertido divertirme una noche a  vivir aferrada a una persona—. Esta vez fue Cían quien abrazo con fuerza a Luke.

—Te equivocas. Yo si quiero vivir el resto de mí vida con una sola persona. Ahora sal de mi habitación o le digo a nuestra madre lo que vi anoche—.

Cuando la puerta del sotano se cerró por completo fue Cían quien destapó con rapidez al menor. Sus ojos estaban bañados en lágrimas y su cara estaba roja al mismo tiempo que un hilo de sangre brotaba de sus labios. Había estado resistiendo, resistiendose  para no salir, para no confrontarla y poreso se había aferrado con tanta fuerza al torso  de Cían.

—Porque ella...—. Antes de que Luke pudiera acabar, Cían se abalanzó sobre el presionando sus labios con necesidad sobre los del menor, con tanta necesidad que asustaba pero que a la vez teletransporto a Luke a un mundo diferente. Un mundo sin dolor, sin preocupaciones, sin Nora, sin nadie que lo usará.

Sin nadie que lo lastimara.

La Puerta A Tu Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora