OCHO

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Varios días habían pasado desde aquella tarde.
Luego de un intento de asesinato hacia Cían, los tres chicos pasaron el resto de la tarde jugando videojuegos y hablando. Al final del día y luego de cenar una comida de bienvenida al nuevo hogar los hermanos volvieron a casa, ambos entre risas y más felices que nunca. Todo parecía ir muy bien de esa manera y así fue durante los siguientes días.

Cían había tomado la costumbre de ir a recoger a Luke a la escuela, diciendo que le quedaba de paso, sin embargo sabía perfectamente que eso era mentira y que solo lo hacía para llevarlo a su casa, donde luego pasaban horas hablando de cosas sin sentido o mirando películas en su mayoría de terror o suspenso. Luke habia llegado a conocer mucho mejor al mayor, como porejemplo la extraña obsecion que tenia con los autos de juguete y los vinilos y que al parecer ese particular aroma que tenia era debido a un perfume que habian mandado a diseñar especificamente para el en Paris, lugar que visitaba con mucha frecuencia ya que era de sus lugares favoritos en el mundo.
Por su lado Cian tambien habia tenido oportunidad de saber mas sobre el menor, como porejemplo la fascinación que tenia por los videojuegos y lo increiblemente bueno que era en ellos. Ademas habia notado que era muy curioso e inteligente, pues cada vez que Cian nombraba algo el siempre tenia un dato interesante para contarle sobre ello.

Ese día cuando Cian fue a recoger al menor, Luke imagino que la situación sería igual que todos los días anteriores pues al salir de clase nuevamente Cían estaba allí. Pero antes de que pudiera llegar a él, alguien  lo hizo caer de lleno contra el suelo.

—¿A dónde crees que vas tan rápido naranja?—. Era Reid, acompañado por Nora, quien tenía una estúpida sonrisa de satisfacción en sus labios.

Los ojos de Cían se oscurecieron ante la situación que presenciaron, hirviendo de furia se acercó a paso pesado a donde el chico estaba tirado, ayudándolo a ponerse de pie y dispuesto a irse sin armar escándalo, sin embargo fue Nora quien lo detuvo.

—¿Tanto te gusto el trasero pecoso de Luke que actúas como una auténtica zorra roba novios?—. Cían se detuvo en seco.
Luke sujeto con fuerza su muñeca para evitar que esté le siguiera el juego, sin embargo algo que no sabía Luke era que a la señora Lorren le costaba muchísimo acabar una pelea entre hermanos, por lo que el directamente no podría hacerlo.

—¿Que es exactamente lo que te molesta, el hecho de que me interese o de que aun no le hayas contagiado la clamidia?—. Una multitud de gente rodeaba a los hermanos, todos escuchando con atención la discusión.

—Que mierda dices—. Nora estaba molesta muy molesta, sobre todo cuando el grandote que la acompañaba se alejó asustado ante la posibilidad de que la mujer tuviera clamidia.

—Terminaste con el por lo que no estoy haciendo nada malo ¿verdad?. El es libre de andar con quien quiera y yo soy libre de llevar en mi auto a quien se me de la gana. Para tu desgracia decidí llevarlo a él y a su pecoso y lindo trasero—. La gente murmuraba y se reía posiblemente de lo humillante que era esta conversación e intento de defensa hacia Luke.

—Suficiente...— Luke tiro levemente de la camiseta del mayor llamando su atención.
—No le hagas caso, suele ponerse así cuando está en su periodo—. Con una bala impactando en su orgullo y evitando una discusión interminable Luke con un aire heroico y superior a todos allí acabo con el ego elevado de la mujer.
—Vamonos, ayer no te gane lo suficiente en lol—.

Con su frente en alto y más orgullo que nunca, Luke camino entre la multitud jalando del brazo de Cían, ambos se alejaron mientras eran fotografiados, no obtante Cían iba totalmente atontados con la frialdad y tranquilidad con la que el chico manejo la situación, se veía tan maduro y respetable.

—Creo que me e enamorado—. Musito Cian ganándose una risilla de Luke.

Mientras tanto...

—¿Encerio tienes clamidia Nora?—. Reid esta más que preocupado.

—Claro que no, Idiota—. Nora estaba segura de algo, esos idiotas se la pagarían, ambos lo harían.

...

—Te prometo que hablaré con ella—.
Luego de la escena que Nora había provocado Cían había llevado a Luke a su casa, por primera vez desde que se habían conocido.

—No tienes que hacerlo despues de todo tenes razón con lo que le dijiste. No le debo explicaciones—. Notoriamente decaído jugaba con una pequeña piedra del jardín. —Pero gracias por defenderme, nunca creí que fuera capas de hacer algo asi—.

Los últimos rayos de luz se colavan entre las ramas de los árboles, el cielo se había pintado de diferentes tonalidades de rosa y naranja, colores que convinaban a la perfección con Luke, que hacían resaltar aún más su belleza y Cían lo noto. Admiraba en silencio cada una de sus facciones, cada uno de sus mechones naranjas, cada una de sus pecas cafés. Hasta su más mínima pestaña, entonces en su mente una pregunta se le cruzó... ¿Acaso se estaba enamorado?.

Nunca en su jodida vida le había interesado nadie con tal magnitud. En una mente en la que solo había música y acordes, ahora solo estaba Luke y millones de planes que quería hacer con el.

—Mañana tengo que regresar a los Angeles—. Luke no levanto la mirada, sin embargo escuchaba atentamente al chico —Será solo por el fin de semana pero que te parece si vienes conmigo—.

Luke lo pensó, sin embargo tampoco fue necesario hacerlo durante mucho tiempo. Los Angeles no estaba muy lejos de su ciudad por lo que no sería muy difícil convencer a sus padres de que lo dejaran ir, además tal vez cambiar de aire no le haría mal. De esa manera quizás podría pensar un poco más en detalle sobre todo lo que estaba sucediendo en su vida.
Y es que todo se sentía como una nube tan abrumadora para el. Pero al mismo tiempo se estaba negando a salir de ella, tal vez porque se sentía tan bien allí.

—Bien. Ire—. Cían festejo en su interior, de hecho toda una fiesta se había armado en su cabeza.

—Perfecto. Entonces yo pasaré por ti mañana a eso de las cinco de la mañana. A las ocho tengo una reunión y luego de eso tendremos toda la tarde libre. Lleva ropa cómoda y no muy abrigada—. Se alejaba torpemente mientras hablába acelerado y tartamudeando.
Luke no pudo evitar reír por el comportamiento tan torpemente infantil que había adaptado el mayor.

—Te vez muy contento con mi respuesta—. Se animo a decir recargado en el porche
El rostro de Cían se volvió serio. No obstante no parecía estar enojado, simplemente armoniosamente feliz y eso cohibia el corazón de Luke. Lo confundía más de lo que ya lo estaba.

—Solo digamos que mi tiempo contigo se vuelve más divertido—. Despeino de manera infantil al pelirrojo.
—Ahora entra. Te veré mañana—.
Se despidio con una última sonrisa.

La Puerta A Tu Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora