DIECIOCHO

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—¡Luke Kelsey!—. El nombrado se volteo encontrándose frente a frente con Lucil, amiga de Nora.
—¿Tienes algo de tiempo? Necesito hablar contigo—. Luke asintió intrigado por lo que una chica con la que en tres años jamás había cruzado palabra deseaba decirle.

Alejándose bastante de los grupos de estudiantes, Lucil llevo a Luke detras de las gradas de la escuela. Un espacio que solía usarse por los "amantes" del instituto y no específicamente para estudiar.

—¿Es un secreto tan grande que me traes aquí?—. Luke miro con asco el lugar. Botellas de alcohol, colillas de cigarros y algún que otro condon estaba desparramado por el suelo.

—Luke. Nora te extraña—. El pelirrojo no pudo evitar sonreír por aquello, pero no de felicidad, más bien una sonrisa sarcástica.
—La noche del accidente el hermano de Nora le envió una foto tuya durmiendo sobre su pecho—. Sonaba sincera. Pero a Luke le costó creerlo, no quería creerlo.

—¿Ella te dijo eso?—. La mujer nego.

—Estaba con ella. Estábamos en mi casa. Luego de recibir la foto Nora se fue con Reid, pero estaba descolocada, no dejaba de llorar—. Con cada palabra que la mujer decía a Luke se le cortaba la respiración.
—Reid me llamo poco antes del accidente, dijo que Nora conducía como loca mientras lloraba y gritaba que ya no tenia sentido vivir—. Las manos de chico temblaban mientras intentaba aferrarse con fuerza al óxigeno que no pasaba por su pecho.
—Hoy fui a verla pero no parece ser ella. No es la Nora que recuerdo—.

—¿A qué te refieres?—. Susurro Luke.

—Su mirada está perdida y no deja de repetir tu nombre—. Una lágrima se escapo de los ojos de la mujer.
—Es una idiota que cometió errores pero te ama, eres la única persona a la que a amado. Te necesita Luke—.  Luke no comprendía nada de lo que estaba pasado ni de lo que había dicho.

El amaba a Nora, lo había hecho durante tres años y creía fielmente en que ella también lo quería, pero con el pasar del tiempo aquella creencia perdía fuerza.
Sus palabras y sus actitudes no cuadraban con la palabra amor.
Ese amor que sentía por ella había desparecido, en su lugar había quedado una herida, un hueco demasiado profundo como para ser llenado.
Creer en las palabras de la chica no era fácil para el aunque tampoco era imposible, sin embargo había algo que le había resonador más que todo lo anterior y era el porqué Cían había hecho eso.

—Lo siento debo irme—. Se obligó a volver a la realidad antes de salir corriendo de la escuela.

...

El menor corrió sin detenerse hasta llegar al departamento del mayor, rongando porque estuviera allí. Al llegar golpeó desesperadamente la puerta de madera, pero no había respuesta. Paso unos minutos frente a la puerta pero acabaron volviéndose una hora y cuando estaba a punto de irse, Cían apareció frente a el.

—Zorrito ¿Que haces aquí?—. Cían dejo las bolsas que traía entre sus manos en el suelo dispuesto a abrazarlo pero antes de que pudiera hacerlo Luke lo apartó, gesto que descolocó al mayor.

—¿Porque no me dijiste lo que sucede con Nora?—. Su respiración estaba agitada.
—¿Porque le enviaste esa foto?—. Sostuvo con fuerza su pecho, el cual repentinamente había comenzado a dolerle.
—¡Pudo haber muerto Maldición!—. Cayó de rodillas al suelo, liberando todas aquellas lágrimas que se había guardado mientras hablaba con la chica.

—Creo que estas malinterpretado las cosas—. Cían se acuclillo frente al menor, sujetando su barbilla con delicadeza para que este lo mirara.
—Lo único que hice fue protegerte. Ni tu ni yo causamos ese accidente—. Luke lo observaba con los ojos llenos de lagrimas.

—¿A qué te refieres?—. Una gota de esperanza se vio reflejado en sus ojos, pues Luke quería confiar, quería creer en Cían y odiaba la idea de culparse a si mismo por todo esto o aun peor culpar a Cían.

—Vamos adentro. Odio verte asi—. Ayudó al menor a ponerse de pie y lo guio hasta adentro.
—Puedes leer los mensajes por ti mismo—. Cían le extendió su celular al menor, donde el chat con su hermana resaltaba en la pantalla.

Un nudo en su garganta se formó en cuanto noto que el último mensaje que había enviado la mujer no era más que una amenaza, una manera en la que le advertía al chico que acabaría con toda su felicidad.

—Pero porque ella...—. Luke dejo el celular en el sofá luego de leer los horribles mensajes previos a que Cían le enviara la foto.

—Ella comenzó. Yo nisiquiera suelo mandarle mensajes. Era evidente que no iba a permitir que dijera esas cosas de ti pero como puedes ver no dije ni hice nada malo. Simplemente le envié una foto tuya—.

—Le escribiste "yo gané"—. Bufo Luke.

—¿Miento?—. Cían se cruzó de brazos impaciente por la situación.

—No soy un juguete—.

—Lo se, pero al parecer para ella si lo eras y muchas cosas peores. Vamos Luke no me puedes culpar por esto, solo quería defenderte ¿Cómo mierda iba a permitir que hablaran así de la persona que amo?—. Frustrado dejo caer todo su peso sobre el sillón despeinado su cabello, el cual hasta el momento había estado perfectamente recogido.
Luke dio un suspiro, antes de acercarse al mayor acariciando su cabello, relajándolo bajo su contacto.

—Lo siento, se que yo abría hecho lo mismo por ti.—. Cían elevo su vista para encontrarse con el pelinaranja mirándolo con ternura.
—Gracias por defenderme de esa manera. Fue muy lindo de tu parte—.
Cían se aferro con fuerza al menor undiendo su rostro en el estómago del pelirrojo

—¿Ya no estas enojado?—. Musito como un niño.

—Nunca lo estuvo. Solo tenía miedo...No quería creer que esto hubiera sido nuestra culpa—.

—Nora es muy caprichosa. De cualquier modo no hubiera sido nuestra culpa. Simplemente odia que le quiten lo que cree es suyo. Es una idiota—. Luke apartó un poco al mayor de el.

—¿Porque hablas así?—.

—Es lo que hace—. Se reincorporó en sí, quitándose sus zapatillas y acostándose en el sillón, con su cabeza apoyada en los muslos de Luke.
—Desde que llego a mi vida no a hecho más que hacerse la víctima. Se golpeaba a sí misma o provocaba situaciones en la que me hacía quedar como el culpable—.

—¿Desde que llegó a tu vida? ¿Ustedes no crecieron juntos?—. Cían negó.

—Mi padre se casó con la madre de Nora cuando yo tenía unos 16 años masomenos. En ese entonces era bastante tranquilo y no hacía mucho más que pasar la tarde en el garaje con mis amigos y no me importaba mucho lo que papá hacia con su vida amorosa pero Nora nunca me dejaba tranquilo. Desde que piso la casa se encargo de hacerme la vida imposible y es poreso que acabe yéndome  antes de cumplir la mayoría de edad—. Luke miraba estupefacto al mayor.

Había notado desde el comienzo que la relación entre hermanos no era la mejor. De hecho la simple razón de que Nora no le haya dicho de la existencia del mayor en tres años ya había demostrado lo poco importante que era el para ella, pero aún así jamás se hubiera imaginado algo como lo que Cían le acaba de contar.

Antes de que Luke pudiera decir algo Cían lo jalo del cuello de su camiseta, atrayendolo, haciendo que el menor caiga de lleno sobre el mayor, quien lo observaba con una sonrisa como si nada de lo que dijo le afectará realmente.

—No pongas esa cara. Me fue muy bien en la vida y la relación con mi padre ahora es muy buena—. Acariciaba los labios del menor con su pulgar.
—Además si no fuera por la incompetente de mi hermana, yo nunca hubiera conocido a lo mejor que me pasó en esta vida—. Susurro rozando sus labios con los de Luke.

—Lo siento por dudas de ti—. Luke encerró el rostro del mayor entre sus manos.

—No lo sientas. Solo sigue amandome—. El pelirrojo asintió sellando la petición con un beso, un beso tierno y lleno de amor.

La Puerta A Tu Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora