𝐀𝐦𝐨𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐕𝐨𝐥𝐞𝐢𝐛𝐨𝐥 || ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!!

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- ¿Te encuentras bien?

-No - responde en seco - Y ya deja de preguntar porque bien sabes lo que pasa.

-Solo preguntaba por querer saber cómo estabas, así que tranquila, que ya no pregunto más.

Pasado algunos días, la castaña había presentado algunos problemas en su rendimiento académico al igual que en sus prácticas de voleibol. Estaba confundida respecto a lo que le tenía que dar mayor prioridad y por eso llegaba a cansarse más.

El agotamiento mental es lo peor que podría haber.

- ¿Y cómo te va con tu burlón favorito de todos los días? - comenzaba hablando la morena mientras caminaban.

-Ni me lo recuerdes - decía para frotarse los ojos y quitarse el sueño.

Y claro que el rubio, no se olvidaba de lo que le había propuesto la castaña al jugar un partido.

Molestarla cada día era su pan para desayunar cada día.

-Es que a ti solo se ocurre retarlo con eso.

- ¡Ya deja de recordármelo!

Hazuki solo se reía, pero en parte sentía algo de culpa por no haber sido de ayuda en todo el tiempo que jugaron. Debía dejar de sentir odio innecesario a gente que casi ni conoce.

-Pero en parte es mi culpa - dijo la morena con un toque de tristeza en su voz - No di lo mejor de mí al jugar.

- ¿Me pregunto por qué habrá sido?

-Ese niño me cae mal y punto, tema concluido.

Mientras se paseaban por los pasillos, habían llamado a la más alta por lo que luego de eso dejó sola un buen rato a la castaña

- ¿Por qué la llaman tanto?

Y siempre que preguntaba por que era, decía que era para ayudar a compañeros suyos a comprender mejor los ejercicios de algunas materias,mover algunas cosas y a aclarar algunos malentendidos en los que se metía sin saber.

Porque como fácilmente se puede llevar bien con media escuela, la otra mitad le podía caer mal u odiarla. Por eso llegaban hasta inventar chismes raros de ella.

- Oh, pero mira quien es - se detuvo en su lugar - Sí es la enana rabiosa.

Suspiró exageradamente, para continuar caminando, no lo voltearía a ver.

- ¿Por qué huyes ahora? - caminaba detrás de ella - ¿Acaso no sabes enfrentar tus problemas?

-No te incumbe Tsukishima - decía calmada, no caería en sus provocaciones.

-Eso lo sé, - por un momento eso desconcertó la castaña - Pero es divertido ver como fallas tanto en algo que te gusta.

Ahora si le dio la cara.

- ¿Qué tanto sabes como para decir eso?

-Siempre te quejas por lo mismo - explicó - Pero también van con tus notas, veo que tanta inteligencia no te deja pensar con claridad.

Escuchar como se reía en lo que había empezado a tener problemas, fue la gota que derramó el vaso.

- ¡¿Cuál es tu problema?! - lo empujó casi tumbándolo por la fuerza que puso - ¡No tienes ni la menor idea de lo que tengo!

- ¡Sí tengo una clara idea por lo que veo! - replicó enderezándose - ¡Solo veo lo mucho que te ha afectado perder un estúpido partido y no aceptar las condiciones que tú misma dictaste!

Sus lentes cayeron al piso, teniendo una pequeña grieta por estos haber sido lanzados.

Le habían dado una bofetada, dejando a
todos los que estaban cerca mudos.