-Y bien, ¿qué querías hablar?El rubio la miró por unos segundos, pensando en lo que si diría estaría bien o que lo mejor sería retractarse e irse, sin decir absolutamente nada.
-Hoy por la mañana no te pregunté - en definitiva, ya se estaba arrepintiendo - ¿Cómo te sientes después de ayer?
-Bien, aunque no estaba a nada de que me saliera un cuerno.
Trató de hacer un chiste queriendo hacerlo reír, pero solo se ganó su silencio.
-Hagamos como que nunca dije eso - planteaba al ver la cara que le dedicaba el más alto - ¡No me mires así!
-Como sea - se rascó la cabeza - Lo siento.
Pero lo había susurrado y la castaña no había escuchado.
-Disculpa, ¿qué?
-Dije, lo siento - pero de nuevo volvió a susurrar.
- ¿Qué?
- ¡Que lo siento! - terminó gritando - ¡¿O aún sigues sin escuchar?!
- ¡No, sí te escuché ahora! - se alejó un poco al ver que le alzó la voz - Pero es que te pusiste a susurrar y no te escuché.
-Ya no importa - comenzó a buscar algo en su bolsillo - Solo te quería decir eso.
-Pero al final tenemos la culpa los dos, ¿no? - el rubio alzó la mirada - No te tienes que disculparte por eso.
-Extiende tu mano - ordenó - Solo hazlo, ¿si?
- ¿Bueno? - le expuso su mano y vió como le depositaba el dinero que le había dado en la mañana - ¡¿Por qué me lo das?!
-Te había dicho desde un principio que no lo quería - avanzó a paso calmado siendo observado bajo su atenta mirada -Lo siento.
Lo volvió a susurrar, pero esta vez estando a su lado mientras le daba unas suaves palmaditas en su cabeza e irse dándole la espalda. La de ojos miel solo pudo observar el dinero que tenía en las manos mientras los rayos del atardecer la iluminaban.
Y al voltearse, ver que ya se había ido.
- ¿Por qué lo hizo?...
Aquella actitud solo provocó que se pusiera a sobre pensar en todo el camino de vuelta al gimnasio.
-Será mejor no darle tantas vueltas - bastaron tres toques para que se le abrieran las puertas y de un tirón la entraran.
Y las preguntas no se hicieron esperar.
- ¿Qué te dijo?
- ¿Se te confesó?
- ¿Dijo lo mucho que te amaba?
- ¿Cómo lo hizo?
- ¿Acaso te besó?
- ¡¿Se sintió bien?!
- ¡¿Qué?! - fue lo que pudo formular la castaña al ser bombardeada de preguntas.
- ¡Déjenme PASAR! - pedía haciéndose camino entre el grupo de chicas que rodeaban a su amiga - ¡¿No ven que la están agobiando?!
Eso por un momento, calló a sus compañeras a que hicieran más preguntas.
-Gracias - agradecía esta al tener un poco de más espacio.
-Pero no quita el hecho de que luego me tienes que decir lo que hablaron - aclaraba la morena cerca de ella.
- ¡¿Tú también Aki?!
- ¡Solo tenía curiosidad, por Dios!
- ¿Por qué tanto alboroto? - cuestionaba la capitana acercándose - ¿Pasó algo nuevo?
-Uno del otro club se le confesó - dijeron al unísono las chicas que la rodeaban.
- ¿En serio?
- ¡No pasó nada! - exclamó ya cansada de que le dijeran lo mismo - ¡Y tú deja de reírte!
-Al menos ya sabes por lo que pasé hoy - decía entre risa mientras se alejaba.
Sabía que en cualquier momento la golpearía.
- ¿Entonces nos explicas que fue lo que pasó? - incitaba Michimiya a que continuara hablando la menor.
-Él solo quiso preguntar si estaba bien - aclaraba jugando con sus dedos sin mirarla a la cara - Solo fue eso.
-Tal vez sí te hayas sacado la lotería.
-No me diga que usted también Michimiya-san - lamentaba el haberle contado aquello.
-Pero habló en serio - se ganó la mirada curiosa de todas - Las veces que he hablado con Daichi, me ha contado que es alguien bastante reservado y que no se llega a expresar bien. Y el hecho de que haya venido aquí a buscarte a cuenta propia es algo relevante.
Ahora la castaña tenía encima a miradas muy emocionadas por saber lo próximo que pasaría.
Pero ella y Hazuki, sabían bien lo reservado e inexpresivo que podía llegar a ser. Aunque de cierto modo, las impresionó con lo que hizo.
Y en otra parte, no sabían lidiar con lo que pasaba.
-Hinata, ve y pregúntale lo que le pasa.
- ¡No quiero, voy a morir vivo!
-Exagerado.
- ¡¿Exagerado?! ¡Entonces ve y pregunta tú!
-No quiero.
- ¡Cobarde!
- ¡¿Qué dijiste, idiota?!
- ¡Cobarde!
Luego de que el rubio hubiera salido, a quien sabe que, no sabían porque había regresado tan amargado y atormentado. Querían ir a preguntarle si todo estaba bien, pero temían a que los acabara usando como blanco para desquitarse.
- ¡Oh, ya sé! - salió corriendo el pelinaranja antes de ser atrapado por el azabache - Yamaguchi - llamó a lo bajo - ¿Podrías preguntar?
El peliverde entendió a lo que se refería y fue a cumplirlo, o a intentarlo...sin duda sería recordado como una leyenda.
-Tsukki, ¿sucede algo? - preguntaba casualmente tocándole el hombro.
-No sucede nada - respondió cortante, sentado en el suelo.
- ¿Ya vieron? - se dirigió el peliverde a los demás - No sucede nada.
-Claro... - pero por como los miraba el de lentes dejaba mucho por lo que decir.
Así que decidieron que no insistirían más si no lo querían ver encabronado.
En cambio, Yamaguchi, fue alabado por no ser el blanco de insultos y burlas del rubio. Era toda una leyenda viviente.
-|★|-
Disculpen si estuvo corto :c
ESTÁS LEYENDO
𝐀𝐦𝐨𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐕𝐨𝐥𝐞𝐢𝐛𝐨𝐥 || ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!!
Fanfic-Ups, mi error. - ¡Claramente eso fue a propósito! - ¡Te pasa por hacerte el chistoso! Y fue por un simple pelotazo que lograron hacerce bastante cercanos. Porque de no ser así, seguirían siendo los mismos compañeros de salón que se ignorarían en lo...