The same person. A different story. |BECSTIN #1|

Capitulo 11

¡Maldito despertador! No para de sonar y yo no paro de quejarme por la alarma. No quiero ir al colegio, deseo dormir hasta tarde. 

-Dormilona. 

A pesar de que continuo con los ojos cerrados y apunto de dormirme otra vez pude reconocer aquella voz. 

-Necesito de tu ayuda. 

-¿En qué podría ayudarte? - Pregunto sentándome y viendo a mi hermano parado en la puerta.

-Después te enterarás. 

-No - Murmuré sonriendo - ¡Ya sé! ¡Estás enamorado! 

-No, no - Negó.

-¡Claro que si! - Exclamé yendo lo más rápido a él - ¡Mi hermanito se enamoró! 

-Cállate ya, no me enamoré - Respondió empujándome para dejar de abrazarlo - Ahora vete a cepillar, tu boca apesta. 

Me reí al verlo irse y marché al baño para hacer mis necesidades y arreglarme lo más rápido que podía ya que la hora corre y no quería llegar tarde al colegio. 

Tardé bastante en alistarme por completo pero al estar lista bajé a la cocina para desayunar con tranquilidad. 

Mi familia se encontraba ya comiendo, solo faltaba yo por ocupar aquella silla vacía y devorar aquella comida que se veía más que deliciosa. Mientras que comía y escuchaba a mi familia conversar olvidé que ya era hora de que me fuera, miré el reloj de la pared y si que llegaría tarde al colegio.

-Papá, ¿Podrías llevarme al colegio? - Pregunté esperanzada de que pudiera llevarme. 

-No cariño, sabes que llevo a tus hermanos y la dirección de su colegio es opuesta a la tuya.

Hice puchero y su consuelo fue darme un beso en la cabeza. Me levanté de la silla despidiéndome de todos allí, coloqué mi bolso en el hombro y salí de casa dispuesta a comenzar un maratón hasta el colegio. 

Las horas parecía no pasar lentas y eso me desesperaba. Comencé a trotar hacia la parada del autobús que desde mi casa es bien retirado. 

Troté sin saludar a los vecinos que se interponían en mi camino ni siquiera me detuve al escuchar la corneta de un auto sonar cerca de mi. Suspiré y oré dentro de mi para que aquel conductor dejara de sonar aquella corneta.

Admito que la curiosidad me comía por dentro, quería ver el auto pero el terror también me comía por dentro porque quién sabe si sean secuestradores. A la final terminé volteando hacia atrás porque los cauchos de aquel auto rechinaron en el asfalto pero gran error seguir trotando igual, mi cara fue estampada en un letrero. 

A pesar de que continuaba arrodillada en el piso con un mareo enorme logré sentir los pasos de alguien detrás de mi. 

-¿Estás bien? 

No logré reconocer esa voz, no sabia si era un vecino o un desconocido solo sé que es un hombre, esa voz es masculina. 

-Nunca había estado tan bien.

El rió pero lo único que quería era queme ayudara a ponerme de pie. Suspiré haciendo el intento de levantarme pero terminé mareandome más.

-Ten cuidado - Murmura el chico ayudándome a levantarme. 

Sonreí por el acto y me preparé para mirarlo pero mi dolor de cabeza, los mareos, todo desapareció al verlo. 

-¿Te encuentras bien? 

¿Me pregunta cómo me siento? ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué demonios le está pasando a Austin?

-Si, si estoy bien - Murmuré sin dejar de verlo- Gracias.