Al día siguiente de nuestro regreso me puse manos a la obra con la investigación, tenía mis sospechas de que aquello no había sido obra de los Vampiros sino de mi madre o alguna de sus altos mandos, lo cual reducía las posibilidades.
El ambiente se notaba tenso a todas luces, cosa que podía significar muchas cosas, desde un posible ataque enemigo hasta que alguien de Palacio temía ser descubierto, quizá ambas cosas pronto lo sabríamos.
Vaelorn seguía dormido a mi lado mientras yo analizaba las posibilidades de quién podría haber hecho algo semejante, me dolía tanto verle así, tan cansado, tan dolorido pese a no tener heridas que no hayan sido tratadas y curadas.
Le dejé dormir unas horas más ya que cuando yo me desperté acababa de salir el primer rayo de sol del día, podía ver a Nymeria y Alpha enroscados durmiendo juntos pegados a la chimenea, todo lo que más quería reunido en un mismo espacio.
Unas horas más tarde Vaelorn despertó, me buscó con la mano y me acercó a él todavía medio dormido. No pude evitar sonreír al darme cuenta de que me buscaba incluso mientras dormía, como si tuviera miedo de perderme de alguna forma.
- Buenos días, Mi Reina. - Dijo con una sonrisa dándome un beso en la mejilla.
- Buenos días, Mi amor. - Contesté devolviéndole la sonrisa.
- ¿He dormido mucho? - Preguntó sorprendido al ver tanta luz entrando por los ventanales del balcón.
- Bastante, sí, pero no quería despertarte, necesitabas descansar. - Contesté dándole un beso en la frente.
- Bueno no creo que nos hayamos perdido grandes cosas al saltarnos el desayuno. - Respondió él riendo con suavidad.
- La tensión se palpa en el aire, pero no hay ningún movimiento de momento. - Contesté ayudándole a incorporarse.
Todavía se le veía algo cansado del viaje, pero nada que no pudiéramos arreglar con un buen desayuno tardío. Fuimos a las cocinas para ver qué podíamos picotear, las sirvientas nos sonrieron en cuanto nos vieron entrar.
Nos ofrecieron asiento en la mesa que tenían allí para comer mientras los reyes y sus altos mandos comían en el Gran Salón. No tardaron en traernos unos café y algo para comer, también sirvieron unos platos para Alpha y Nymeria al verlos entrar detrás de nosotros.
- Por los Dioses olvidados, esto está riquísimo. - Dijo Vaelorn devorando la comida.
- Yo creo que es más el hambre que tienes lo que te hace decir eso. - Dijo una de las cocineras riendo con suavidad.
- No te quites méritos querida, tu cocina es exquisita, aunque puede ser una mezcla de ambas cosas. - Comenté riendo también ante los gestos de Vaelorn.
Cuando todos terminamos de desayunar salimos de la cocina agradeciendo a todos los presentes que nos preparasen algo tan rápido, ahora con los estómagos llenos y las energías recuperadas era el momento de ir al Salón del Trono para oír las novedades, si es que había alguna.
***
Unas horas más tarde estábamos al tanto de los movimientos que Vampiros y Hombres Lobo habían llevado a cabo durante la noche, se encontraban fuera de las protecciones que había colocado semanas antes, pero eso no evitaba lo que se avecinaba. Si alguien nos traiciona desde dentro estamos jodidos, pues el enemigo podrá campar a sus anchas por nuestro reino y llegar a Kaelar sin problemas.
- Padre, siento interrumpir tu reunión estratégica, pero hay algo que me gustaría hablar contigo antes de que ocurra. - Dije mirándole fijamente con seriedad.
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La Princesa de Plata [La Princesa de las Tres Coronas 1]
FantasyAlthaea Alcarindel es una joven que vive en un pueblo y a la que le encanta leer, pero está a punto de descubrir que su vida no es lo que ella esperaba, mucho menos lo que ha estado viviendo hasta el momento. Le esperan aventuras que cree que solo e...