Sara despertó lentamente, sintiendo la suave caricia de las sábanas en la cama de Jeremy. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que estaba en la habitación de Jeremy. La habitación estaba tranquila, iluminada por la luz de la mañana que se filtraba a través de las cortinas. Recordó la noche anterior, cómo Jeremy había insistido en que ella durmiera en su cama mientras él se acomodaba en el sofá. Había sido un gesto considerado, pero también revelador de la naturaleza respetuosa de Jeremy.
Se levantó, estirándose un poco antes de arreglarse para bajar al piso de abajo. La casa estaba en silencio, pero pronto captó el aroma tentador del café recién hecho. Siguió el olor hasta la cocina y, al entrar, encontró a Jeremy de pie junto a la cafetera, vertiendo el líquido caliente en dos tazas.
—Buenos días —saludó Sara, con la voz aún un poco adormilada.
Jeremy se giró con una sonrisa en el rostro.
—Buenos días —respondió—. Espero que hayas dormido bien.
—Sí, gracias. Fue muy cómodo —dijo ella, acercándose a la mesa—. ¿Preparando café?
—Así es. Pensé que podríamos necesitar un poco para comenzar el día —dijo Jeremy, ofreciéndole una taza—. Aquí tienes.
Sara aceptó la taza con una sonrisa, agradecida por el gesto. Tomó un sorbo, disfrutando del sabor cálido y reconfortante.
—Esto es justo lo que necesitaba —dijo, sintiéndose más despierta con cada trago—. Gracias por todo, Jeremy. Por la hospitalidad y por ser tan considerado.
Jeremy se encogió de hombros, restándole importancia.
—No es nada, en serio. Me alegra poder hacer algo por ti. Además, me gusta la idea de que estés aquí.
Ese comentario hizo que Sara se sonrojara ligeramente, pero trató de disimularlo tomando otro sorbo de café. Se sentaron a la mesa, disfrutando del desayuno juntos. Jeremy había preparado unas tostadas y algo de fruta, y mientras comían, la conversación fluyó de manera natural.
Hablaron sobre sus intereses, sus experiencias en Brighton y lo que cada uno había descubierto en la ciudad. Jeremy le contó sobre sus rincones favoritos, mientras Sara compartía algunas de las cosas que había aprendido durante su pasantía en la universidad. La conversación fue ligera pero significativa, cada palabra contribuyendo a construir una conexión más profunda entre ambos.
Después de desayunar y limpiar la cocina juntos, Jeremy sugirió que pasaran el día recorriendo la ciudad.
—¿Te gustaría que te muestre algunos lugares que aún no has visto? —preguntó con una sonrisa.
—Me encantaría —respondió Sara, entusiasmada por la idea.
Salieron de la casa y comenzaron su recorrido. Jeremy la llevó a explorar algunas de las áreas más icónicas de Brighton, como The Lanes, con sus calles estrechas y sus tiendas únicas, y luego pasearon por el muelle, donde el sonido de las olas y el olor a sal se mezclaban con el bullicio de la gente disfrutando de la tarde.
Aunque no hablaron mucho durante su paseo, la conexión entre ellos era palpable. Cada tanto, Jeremy señalaba algún lugar interesante o hacía un comentario divertido que hacía reír a Sara. La tarde se desvaneció en una mezcla de colores cálidos mientras el sol se ponía, y finalmente decidieron regresar a la casa de Jeremy.
—Hoy fue un día increíble —dijo Sara mientras caminaban por la calle hacia la casa—. Brighton es realmente hermosa, y mucho más cuando la recorres con alguien que la conoce tan bien.
Jeremy sonrió, complacido.
—Me alegra que te haya gustado. Quería que conocieras la ciudad desde mi perspectiva, los lugares que significan algo para mí.
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Un Gol Al Corazón - Jeremy Sarmiento
FanfictionSara, una chica ecuatoriana a quien no le interesa mucho el fútbol, comienza a ver cada vez más fútbol gracias a su amiga, y algo cambia en ella.