Más que un Juego...

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Jeremy sentía una mezcla de emociones mientras miraba su teléfono, considerando si invitar a Sara al próximo partido del Brighton. Habían pasado algunos días desde su último encuentro, y aunque no había vuelto a ver a Sara, su imagen seguía presente en su mente. Finalmente, decidió enviarle un mensaje:

"Sara, hay un partido importante este miércoles. Me encantaría que vinieras a verme jugar."

Sara respondió rápidamente, emocionada por la invitación. La idea de ver a Jeremy en su ambiente la emocionaba.

Llegó el lunes, y mientras Jeremy se dirigía al estadio, su teléfono sonó. Era un mensaje de Fabian, uno de los entrenadores del equipo. El tono era serio:

"Jeremy, necesitamos hablar. Te espero en la oficina antes del partido."

Unas horas después, Jeremy se encontraba frente a Fabián. El ambiente era tenso, y Jeremy sintió un nudo en el estómago.

-Jeremy, no estás convocado para el partido de hoy -comenzó Fabian, sin rodeos-. El cuerpo técnico ha estado evaluando tu desempeño y han llegado a una decisión. Si no logras mejorar y mostrar tu verdadero potencial en los próximos partidos, es probable que tengas que buscar otras oportunidades.

Jeremy sintió el peso de las palabras como un golpe. Aunque sabía que su tiempo en el Brighton no había sido el mejor últimamente, escuchar un ultimátum tan directo lo desestabilizó. Sin decir más, asintió y salió de la oficina, la cabeza llena de pensamientos.

Horas más tarde, Sara llegó al estadio, emocionada por ver a Jeremy en acción. Se instaló en su asiento, esperando verlo en el campo. Sin embargo, a medida que avanzaba el partido, la decepción comenzó a instalarse. Jeremy no estaba en el once titular, ni siquiera en el banquillo. Intentó disfrutar el juego, pero la ausencia de Jeremy la preocupaba.

Al terminar el partido, decidió enviarle un mensaje, preguntando qué había sucedido. El silencio fue su única respuesta. Frustrada y preocupada, recordó la conversación que habían tenido en la playa, cuando Jeremy le habló de su refugio junto al mar. Decidió ir allí, esperando encontrarlo.

El viento era fresco y el sonido de las olas llenaba el aire cuando llegó a la playa. Allí, en la distancia, vio la silueta de Jeremy, sentado en la arena, mirando el océano. Se acercó despacio, dudando si debía interrumpir su momento de soledad.

-¿Jeremy? -su voz suave rompió el silencio.

Jeremy levantó la mirada y al verla, esbozó una leve sonrisa, aunque sus ojos reflejaban la tormenta interna que estaba viviendo.

Jeremy: No esperaba verte aquí, Sara -dijo con un tono cansado.

Sara: No sabía dónde más buscarte... Fui al partido, pero no te vi jugar. ¿Estás bien?

Jeremy suspiró, apartando la vista hacia el horizonte.

Jeremy: Me dieron un ultimátum hoy... Si no mejoro pronto, podría perder mi lugar en el equipo.

Sara se sentó junto a él, sin saber exactamente qué decir. La relación entre ellos aún era nueva, pero sentía una conexión genuina y no quería verlo sufrir.

Sara: Lo siento mucho, Jeremy. No puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti escuchar eso. Pero sé que eres un gran jugador, tienes el talento y la determinación para superar esto.

Jeremy: Gracias, Sara. Eso significa mucho para mí -respondió Jeremy, su voz llena de gratitud.

Hablaron durante un buen rato, compartiendo pensamientos y emociones, hasta que el peso del tema se aligeró un poco.

-Sabes... hay un partido este sábado -dijo Jeremy, cambiando el tono de la conversación-. Me han confirmado que jugaré, y me encantaría que vinieras. Será en un torneo diferente, pero voy a darlo todo. ¿Vendrías a verme?

Un Gol Al Corazón  -  Jeremy Sarmiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora