Desperté con una sensación de pesadez en la cabeza. Al abrir los ojos, lo primero que vi fue una luz blanca, cegadora, que me obligó a parpadear varias veces antes de poder enfocarme. Todo era extraño, como si estuviera atrapado en un espacio entre el sueño y la realidad. El olor a desinfectante me golpeó de repente, y el sonido distante de máquinas zumbando me hizo darme cuenta de dónde estaba.
Intenté moverme, pero mi cuerpo se sentía pesado, anclado a la cama. Mi mente estaba en blanco, sin poder entender cómo había llegado aquí. Al otro lado, lo vi a él, sentado junto a mí, sosteniéndome la mano con fuerza. Su cabeza descansaba sobre mi brazo, y sus ojos estaban cerrados, como si estuviera agotado de tanto preocuparse. Miré a mi alrededor, notando el suero conectado a mi brazo y la habitación estéril que me rodeaba. Había un vacío en mi memoria, una desconexión inquietante entre lo último que recordaba y este momento. El pánico comenzó a burbujear en mi interior, aumentando con cada segundo de incertidumbre. ¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba aquí?
Cuando finalmente recuperé algo de control sobre mi cuerpo, intenté moverme con cuidado, no quería despertarlo. Verlo allí, junto a mí, me daba una pequeña esperanza de que aún quedara algo por salvar entre nosotros. Pero la confusión me golpeaba con fuerza; no entendía qué había pasado. Sin querer, me moví más de lo que pretendía, y eso hizo que él abriera los ojos lentamente.
- ¿Qué hago aquí? - pregunté, confundido, mientras intentaba procesar la situación.
- No te muevas, por favor - respondió, con los ojos vidriosos, luchando por mantener la calma.
- ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí? - insistí, cada vez más desconcertado.
- Lo que ha pasado es que te has bebido hasta el agua de los floreros y casi me matas del susto. - Su voz temblaba, entre la preocupación y la reprimenda, mientras trataba de contener las lágrimas.
- No puede ser... - susurré, tratando de recordar. Pero mi mente estaba nublada, fragmentada.
- Sí, Martin. Puede ser. - Su voz era firme, pero dolida. - Te desmayaste frente a mí, y no reaccionabas. Pensé que te perdía...
Sentí una mezcla de vergüenza y desesperación. No sabía cómo afrontar lo que había hecho, ni cómo reparar el daño.
- Bueno, pero sigo vivo. - dije, intentando forzar una leve sonrisa para aliviar la tensión.
- Por poco tiempo, créeme. - replicó Juanjo, visiblemente enfadado. - ¿Se puede saber por qué bebiste tanto si prometiste no volver a hacerlo?
- Pues no lo sé, la verdad. Porque era lo único que me hacía olvidar lo imbécil que fui al mentirte.
- Eso no soluciona nada, todo lo contrario. Mira dónde estamos por tus tonterías. - Su voz se quebró mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. - No lo vuelvas a hacer en tu vida, ¿me oyes?
- Si esta estupidez hace que estés a mi lado, gritándome aquí, ha merecido la pena. Al menos ya no me ignoras.
- No lo digas ni en broma, ¿me entiendes? - respondió con firmeza. - Te pedí tiempo, pero no para siempre. Así que prométeme que nunca más volverás a tomar así.
- Te lo prometo, le dije. - Luego, un pensamiento me cruzó la mente. - ¿Cuánto tiempo llevo así?
- Un día entero. - Su voz era un susurro cargado de angustia. - He estado aquí, mirándote, demasiado tiempo inconsciente.
- Lo siento... no hago más que darte problemas.
- Bueno, al menos los sigues dando... - dijo Juanjo, intentando esbozar una sonrisa.
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Mi primer Amor 💘
FanfictionCuando eran niños, Juanjo y Martin se conocieron en Gran Canaria. Tras darse un primer beso que les cambió la vida, vivieron un verano lleno de aventuras, compartiendo secretos y forjando una amistad especial. Al final de las vacaciones, sus vidas t...