Epílogo

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Su mirada perdida en el horizonte, ella observaba el lindo atardecer que ocurría; eso era algo que había hecho desde que llegó aquí.

—Tenemos que entrar, Oli —dijo Marcos, su mejor amigo, el único que sabía que ella seguía viva.

—Ahora te alcanzo —su tono de melancolía no pasó desapercibido por su amigo.

—Lo extrañas, ¿no es así? —dijo, refiriéndose a Iván.

—Claro que lo extraño, pero sé que esto es lo mejor para él y para mí. Yo ya no podía seguir en ese mundo y lo sabes —respondió Oli, sintiendo la carga de sus propias palabras.

—Lo sé, pero también sé que tú lo amas y sufres estando lejos de él —replicó Marcos con preocupación.

—Tal vez, pero yo ya no pienso regresar a ese mundo lleno de narcotráfico y muertes. Tú mejor que nadie sabes lo que me causó crecer en un lugar así.

Él sabía que ella nunca cambiaría de opinión y lo único que podía hacer era apoyarla.

—Vamos adentro —dijo ella, tomando la mano de su amigo, dispuesta a entrar. Después de todo, ya había hecho lo más difícil: dejar al amor de su vida. El resto sabía que sería más fácil.

Mientras cruzaban la puerta, el ambiente cambió. La calidez del hogar contrastaba con la frialdad del exterior. Oli respiró hondo, sintiendo cómo la tensión comenzaba a desvanecerse.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Marcos mientras se acomodaban en el sofá.

Oli se encogió de hombros. —No estoy segura. A veces siento que hablar solo lo hace más real... y no sé si estoy lista para eso.

Marcos asintió comprensivamente. —Está bien. No hay prisa. Pero recuerda que estoy aquí para ti, sin importar qué.

Oli sonrió agradecida. En ese momento, sentía que su decisión era la correcta. Había dejado atrás un pasado doloroso y ahora tenía la oportunidad de construir un nuevo futuro.

De repente, sonó su teléfono. Miró la pantalla y vio el nombre de "Antoni" parpadeando sabía que su hermano no tardaría en descubrir su mentira. Su corazón se aceleró y miró a Marcos con incertidumbre.

—¿Vas a contestar? —preguntó él.

Oli dudó un instante; las emociones se agolpaban en su pecho. Finalmente, decidió rechazar la llamada.

—No estoy lista para eso todavía —dijo con firmeza—. Necesito tiempo para aclarar mis pensamientos antes de enfrentarle otra vez.

Marcos le dio una palmadita en la espalda. —Eso es completamente válido. Tómate el tiempo que necesites.

Oli se acomodó en el sofá, sintiendo cómo la calidez del hogar envolvía su cuerpo. La luz tenue de la lámpara iluminaba el espacio, creando un ambiente acogedor que contrastaba con la tormenta emocional que llevaba dentro.

—A veces me pregunto si realmente hice lo correcto —confesó, mirando hacia el suelo. Sus pensamientos eran un torbellino de dudas y recuerdos.

—Tú elegiste lo que creías mejor para ti y para Iván —respondió Marcos, tratando de ofrecerle consuelo—. Esa decisión no fue fácil, y eso demuestra tu valentía.

Oli levantó la vista, su mirada se posó en la foto de Iván que estaba en la estantería. La imagen de su sonrisa la llenó de nostalgia. —¿Y si él me necesita? ¿Y si está sufriendo por mi culpa?

Marcos se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. —No lo sabes con certeza. Pero lo que sí sabes es que tú no puedes salvarlo a costa de tu propia vida. No puedes volver a ese mundo destructivo.

Oli asintió lentamente, pero aún sentía un nudo en el estómago. Las palabras de su amigo resonaban en su mente, pero el eco de su amor por Iván era fuerte.

—¿Y qué pasa si él se entera que todo fue mentira? —preguntó, sintiéndose vulnerable.

—Entonces tendrás que enfrentarlo —dijo Marcos con sinceridad—. Pero estarás más fuerte porque has tomado esta decisión por ti misma. No estás sola en esto.

Oli sintió una chispa de determinación encenderse dentro de ella. Sabía que Marcos tenía razón; había tomado una decisión valiente al alejarse de un pasado que la había marcado profundamente. Sin embargo, el miedo a lo desconocido seguía acechando.

De repente, sonó el teléfono otra vez, esta vez era un mensaje. Oli miró la pantalla y vio que era un texto de su hermano: "Te he estado buscando, ¿estás bien?" Su corazón dio un vuelco; sabía que su hermano era una ataciaon al viejo mundo a su pasado

Marcos, notando su inquietud, le preguntó: —¿Qué sucede?

—Es mi hermano... El ya descubrio todo.—respondió Oli con voz temblorosa—. No sé si debo contestar o ignorarlo.

Marcos le dio una mirada comprensiva. —Tú decides cómo manejar esto. Pero recuerda: cada paso que des ahora es una oportunidad para reconstruir tu vida como tú quieras.

Oli tomó una respiración profunda y decidió abrir el mensaje antes de responder. Era hora de enfrentar las sombras del pasado con la luz que había encontrado en su nueva vida.

Mientras leía las palabras en la pantalla, sintió cómo una mezcla de miedo y esperanza se apoderaba de ella nuevamente. Sabía que no podía escapar para siempre; tarde o temprano tendría que confrontar lo que había dejado atrás.

—Voy a contestar —dijo finalmente con determinación—. Pero haré las cosas a mi manera.

Marcos sonrió orgulloso y le dio un pequeño empujón amistoso. —Esa es la actitud correcta. Estoy contigo en esto.

Mientras Oli empezaba a escribir su respuesta, sintió que cada palabra era un paso hacia adelante, un acto liberador en su camino hacia la sanación y la reconstrucción de su vida. Aunque el futuro era incierto, estaba lista para enfrentarlo con valentía y con el apoyo incondicional de su amigo a su lado.


Hola,hola.

Espero les guste esto, por qué a verdad yo pase un buen de tiempo decidiendo que escribir.

Una nueva era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora