08. El precio del amor

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Las noches se habían vuelto más largas para Noeul. Cada encuentro con Boss era un regalo que venía acompañado de un peso creciente en su corazón. Sabía que lo que estaban haciendo estaba prohibido, que el amor entre un ángel y un arcángel era una sentencia de muerte para ambos. Pero la idea de alejarse de Boss le resultaba insoportable.

Aquella noche, mientras Noeul caminaba hacia el lugar de su encuentro secreto, sentía una tristeza que no podía sacudirse. Los jardines del Reino de Phimarn, normalmente llenos de luz y vida, parecían fríos y vacíos bajo la pálida luz de la luna. Cuando llegó al lugar acordado, vio a Boss esperándolo, su figura majestuosa envuelta en su traje morado, pero esta vez su rostro no mostraba la cálida sonrisa de otras noches.

—Boss... —susurró Noeul al acercarse, su voz temblando un poco.

Boss lo miró con una expresión que mezclaba cariño y dolor. Lentamente, extendió su mano para acariciar la mejilla de Noeul, y cuando sus ojos se encontraron, ambos sintieron el peso de las decisiones que habían tomado.

—Noeul, mi corazón —dijo Boss en voz baja, su tono suave y cargado de tristeza—. Cada vez que estamos juntos, siento una felicidad que nunca antes había conocido. Pero también sé que estamos caminando por un sendero que no tiene retorno.

Noeul sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, pero se obligó a mantenerse firme.

—No me importa, Boss. —respondió con un susurro quebrado—. Prefiero vivir un solo día contigo que mil años sin conocerte. No sé cómo podría seguir adelante si me alejo de ti.

Boss cerró los ojos por un momento, como si estuviera luchando contra sus propios sentimientos. Cuando volvió a abrirlos, había una determinación en su mirada que hizo que el corazón de Noeul latiera con fuerza.

—Y yo tampoco sé cómo alejarme de ti, Noeul. —admitió Boss, con un dolor evidente en su voz—. Pero también sé que si seguimos así, nos destruirán. No quiero que te lastimen por mi culpa.

Noeul tomó las manos de Boss entre las suyas, apretándolas con fuerza, como si temiera que si las soltaba, todo desaparecería.

—Lo que siento por ti es más fuerte que cualquier castigo. —dijo Noeul, sus lágrimas finalmente cayendo—. Estoy dispuesto a enfrentar lo que sea, a pagar cualquier precio, si eso significa estar contigo.

Boss lo miró con una mezcla de amor y desesperación, y finalmente lo atrajo hacia sí, abrazándolo con fuerza. Noeul sintió el calor del cuerpo de Boss, su corazón latiendo al unísono con el suyo, y en ese momento, todo el miedo y la tristeza parecieron desvanecerse, aunque solo fuera por un instante.

—Entonces prometamos una cosa. —dijo Boss, con la voz apenas un susurro—. Pase lo que pase, no nos arrepentiremos de este amor. Si hemos de caer, lo haremos juntos.

Noeul asintió contra su pecho, aferrándose a él con todo lo que tenía.

—Lo prometo. —murmuró, sabiendo que esas palabras eran su verdad más profunda.

Permanecieron así, envueltos en la oscuridad de la noche, sabiendo que cada segundo que pasaba los acercaba al inevitable final. Pero en ese momento, bajo las estrellas que los observaban en silencio, Noeul y Boss se encontraron en un amor tan profundo y puro que, aunque trágico, era lo único que importaba. Y aunque ambos sabían que el futuro era incierto, se aferraron a la única certeza que tenían: el amor que los unía, aunque prohibido, era lo que les daba vida.

Y mientras las primeras luces del amanecer comenzaban a asomarse en el horizonte, Noeul y Boss se separaron con un último beso, sabiendo que el verdadero desafío estaba por venir. Un desafío que pondría a prueba no solo su amor, sino también su valentía y su voluntad de enfrentarse al destino, sin importar las consecuencias.

Angel's //BossNoeul// remasterizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora