Después de haber pasado un día cansado pero divertido me encontraba durmiendo plácidamente en mi habitación, hasta que...escuche un ruido, provenía de la biblioteca cerca a la oficina de mi padre. ¿Quizás era el aire?¿Quizas era mi padre?.....pero que hacía mi padre despierto a esta hora. Me paré y caminé hasta el ruido proveniente, andaba descalza y agarre una vela para alumbrar el camino, al llegar me quede parada por la biblioteca, senti un escalofrío y volvi a oír a alguien pasar, esto no era el aire era alguien. Camine aunque tenía miedo, era de madrugada, estoy loca porque perseguiría a ese ruido, y si era un asesino? no lo creo... seguí caminando hasta que volteé y di un salto de miedo al ver una sombra, trate de no hacer ruido y me acerque pero oí una voz.
-"No deberías estar aquí."- Me dijo una voz ronca.
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Voltee algo asustada pero me alivie al ver a un chico con rulos, mas alto que yo parecía ser de mi edad y llevaba con el unos libros, trate de hablar pero me quede mirándolo perpleja, el se volteo y yo tome valor y le hablé.
-"¿No deberías estar aquí?" - Le pregunté algo confusa. - Mas bien tu no deberías estar aquí, esta es mi casa. - Le dije cuestionándolo, este chico es raro y no me genera buena espina. - ¿Quien eres y qué haces aqui? - Volvi a preguntarle, el rio levemente.
-Asi que tu eres la pequeña Meredith, ¿no te dijeron quien soy? - Me devolvió la pregunta y me miro cruzándose de brazos. - Parece que no, un gusto Meredith. Soy el hijo de uno de los amigos de tu padre en Francia, sangre pura, Fairchild. Miles Fairchild. - Dijo altaneramente mirandome. - Respondi tus preguntas, ahora si no te molesta, tengo una lectura pendiente. - Dijo y abrió uno de los libros que sostenía.
-¿Vivirás aquí? como es que no te vi antes.... ¿fuiste el del ruido en la cocina cierto? - Volvi a preguntar, ahora todo cerraba, no entiendo porque mi madre no me lo contó, no entiendo porque nadie me dijo.
-¿Andamos preguntones hoy cierto? - Dijo con pesadez, vaya que este si era pesado... así era yo hace un tiempo, que vergüenza. - Deberias ir a dormir, pequeña. - Dijo por último dejándome sola. -
-Pequeña tus... - Rodee los ojos y camine hasta mi habitación, estaba cansada y no quería lidiar con nadie, y menos con loquitos despeinados, yo era una pero solo había espacio para uno así en esta casa, ósea yo.
(....)
-Despues de haber despertado de un sueño muy corto debido a que cierto ruloso me dejó pensando toda la madrugada, porfin tuve la descendía de levantarme de mi cama y comenzar mi día, me cepille el cabello, lave mi rostro y dientes, escogí un vestido floral tonos morados, el morado me recordaba a cuando llevaba el cabello morado lo cual me hizo reír leve. Al terminar baje las escaleras sin antes mirar a la biblioteca y recordar lo que había sucedido en la madrugada, bajé y saludé a mi familia y noté que aquel chico pecoso se encontraba sentado en mi silla, me sentí ofendida y mire a mi madre esperando una respuesta. -
-Meredith, ¿como amaneciste hija? - Pregunto mi madre de lo mas normal.
-Dormi bien. - Mentí, no había dormido nada. -¿Que hace el en mi silla? - Le pregunté haciendo que aquel pecoso me mirara.
-Hija, el es Miles vino a... - Quizo terminar de decir mi madre cuando el pecoso la interrumpió.
-Ya nos conocimos. - Dijo con un tono de gracia Miles parándose y caminando hasta llegar frente a mi. - ¿Cierto Meredith? - Me hablo con un tono de burla lo cual me hizo darle una mala mirada, solo asentí rodeando los ojos.
-Bueno, lo siento pero esta es mi silla. - Dije tratando de sentarme en mi silla pero el logro sentarse primero.
-Hubieras despertado temprano, ahora estoy sentado yo aquí. - Sonrio sarcásticamente el, ¿quien se creía que era?
(....)
-Despues de un desayuno algo incomodo debido a la presencia y miradas del nuevo chico me propuse a leer uno de los libros de mi padre, tomé uno que me llamó la atención y fui a sentarme debajo de aquel árbol grande con flores rosadas cuando de repente escuché como gritaban mi nombre, levanté la mirada y pude ver al chico ojos de azabache, Gilbert corría a mi dirección. Me paré rápidamente y corrí hacia el. -
-¡Gilbert has vuelto! - Sonrei abrazándolo fuertemente apegándome hacia el, estaba más alto y sus facciones habían madurado, se veía igual de apuesto que la última vez que lo vi.
-No pude dejar de pensar en ti todo este tiempo. - Dijo Gilbert tomando de mis mejillas acariciando estas devolviéndome el abrazo, porfin volvió después de tanto tiempo. Ahora si nadie podría separarnos y estoy segura que este será el mejor verano del mundo.
¿Que puede salir mal?
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