Capítulo 21.

17 8 0
                                    

16 de Septiembre - Wyoming

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

16 de Septiembre - Wyoming.

El avión privado nos dejó en el aeropuerto hace una hora y en estos momentos, Sedrik conduce de camino al castillo. Salimos tan rápido, que Sedrik ni siquiera accedió a que cargaran las maletas con nosotros, sino que dio la orden para que sean enviadas a casa mañana. Además, ha contratado un coche con los cristales tintados, para cerciorar que nadie obtenga un vistazo de nosotros mientras nos desplazamos. Aun así, no dejo de escudriñar el camino, a través de la ventana, en busca de la sombra de algún lobo. Es medianoche, la mayoría de licántropos se hayan rodeando la reserva, en lugar de correteando por el bosque.

Pero desde la perspectiva de Sedrik, cualquier precaución es poca. Además, tengo la sensación que no solo teme por nuestro anonimato. Amarok sigue ahí fuera y si descubre que estamos de regreso podría ser fatal. Ahora mismo, estamos vulnerables ante cualquier amenaza. Todos nuestros esfuerzos y concentración están puestos en mi embarazo, así que no es difícil entender por qué somos una presa fácil.

Hasta ahora, Sedrik no ha mostrado algún indicio de que las cosas se hayan salido de control, pero soy incapaz de relajarme. Aunque, intuyo que ese sentimiento me será esquivo durante un largo tiempo. Si el nerviosismo ante la idea de que alguien nos vea y arruine nuestro plan no fuera poco, la tensión entre nosotros es casi insostenible.

Desde que descubrí la verdad ayer, los hechos parecen haberse sucedido uno tras otro, sin demasiado orden, como en un borrón. Una vez que Alistair nos dejó solos, Sedrik se dispuso a hacer miles de llamadas para organizar nuestra vuelta a Wyoming. Después hizo las maletas, moviéndose por la habitación como un rayo y por supuesto, en completo silencio. No me dejo mover ni un dedo y pese a que en parte lo agradecí, debido al inmenso cansancio que me acuciaba, quizás hubiera sido de ayuda para racionalizar lo que estaba a punto de suceder.

Dejamos la casa y subimos al avión. Pese a las casi diez horas de vuelo y de estar en un avión privado en el que más allá de dos azafatas y el piloto, estábamos solos, tampoco nos dirigimos la palabra. Ese sentimiento de profunda traición aún no se ha diluido, lo admito. Pero la confusión por el bebé es casi igual de enorme y no poder compartir nada con él, está siendo un infierno. Intuyo, que con esa frialdad, cree estar cumpliendo con mis deseos, pero nada es tan sencillo.

No creo poder actuar como antes, como si nada hubiera sucedido entre nosotros. Sin embargo, él es la única persona con la que puedo sincerarme sobre como me siento, sobre la maraña de pensamientos que me acosan día y noche, sin darme más que un par de horas de descanso. Opino que también tiene que ver con que aún no he tenido ni un segundo a solas, para poder reaccionar al increíble hecho de que estoy embarazada.

Sedrik está constantemente a mi lado, aunque no interactúe conmigo. La verdad es que jamás he agradecido tanto la presencia del diamante de sangre alrededor de mi cuello, ya que gracias a él, mis pensamientos son solo míos. Si Sedrik fuera consciente de hasta donde están llegando algunas reflexiones, se volvería loco. Pero supongo que es ahora cuando he de darle vueltas a todo, considerar los pros y contras, cualquier ínfimo detalle que ahorre el arrepentirme de mis actos en un futuro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Eternidad - Saga Criaturas de la noche IV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora