Dos semanas en Paraguay, y cada día parece traer algo nuevo, algo que no esperaba. Hoy, mis planes me han llevado a San Lorenzo, una ciudad pequeña pero bulliciosa, llena de estudiantes universitarios que van y vienen, atrapados en su propio mundo de estudios y sueños. Mientras mi auto avanza lentamente por la calle principal, veo a un grupo de jóvenes en una parada de autobús. La brisa cálida del verano levanta el polvo y las hojas secas alrededor de ellos, creando una especie de aura dorada que los envuelve.Y ahí, entre todos ellos, la veo.
Ella está de pie, ligeramente separada del grupo, con un aire de tranquila introspección. Su cabello largo y oscuro cae en suaves ondas alrededor de su rostro, enmarcando su piel clara que brilla bajo la luz del sol. Hay algo en sus ojos, grandes y oscuros, que parece contener una profundidad que los demás no tienen. Esos ojos miran a su alrededor con una mezcla de curiosidad y serenidad, como si estuviera presente en el momento, pero también perdida en sus propios pensamientos. Lleva una camiseta azul que resalta la suavidad de su piel y la hace ver aún más delicada y etérea.
El mundo parece detenerse por un momento mientras la observo. Hay una especie de pureza en ella, una inocencia que no he visto en mucho tiempo. No puedo apartar la mirada. Es como si algo en mi interior, algo que no sabía que existía, se activara de repente.
Los pensamientos oscuros y ardientes comenzaron a surgir en mi mente en cuanto la vi. Mi cuerpo se tensó y mi pulso se aceleró mientras la observaba interactuar con otros estudiantes. Seguí observándola mientras ella hablaba y reía con otros estudiantes, mi mente llena de pensamientos oscuros y sensuales. Quería apartarla de ellos y llevarla a un lugar privado, ser el único en quien se concentrara. Mi cuerpo respondía a cada movimiento de ella, y la necesidad de reclamarla como mia me volvía casi insoportable pero me con tube.
¿Quién es ella? ¿Qué hace aquí? Siento una necesidad casi compulsiva de saber más, de descubrir qué es lo que hace que esta joven sea tan diferente, tan especial.
Doy instrucciones a mi conductor para que se detenga a una distancia prudente y bajo del auto, fingiendo estar interesado en el ambiente de la ciudad, pero con los ojos clavados en ella. Me mezclo con la multitud, pasando desapercibido entre los estudiantes y los vendedores ambulantes. Desde donde estoy, puedo escuchar fragmentos de su conversación. Habla con pasión sobre algo, su voz es suave pero decidida. Oigo mencionar "diseño de una prenda " y mi curiosidad crece aún más.
Investigo. No puedo evitarlo. No es solo un capricho; necesito saber quién es ella. Un par de llamadas y unos cuantos contactos más tarde, descubro que su nombre es Cecilia. Es estudiante de diseño de indumentaria escénica aquí, en San Lorenzo. Es de familia humilde, pero eso no parece detenerla. Hay algo en su forma de ser que me dice que es diferente, que tiene una fuerza interior que aún no entiendo del todo.
Esa noche, de regreso en mi hotel, no puedo dejar de pensar en ella. Su rostro, su sonrisa, esos ojos llenos de una calma que parece inquebrantable. Hay algo en ella que me intriga, algo que me atrae de una manera que no puedo explicar. No es solo atracción física; es más profundo, más complicado.
Me doy cuenta de que he comenzado a buscar excusas para regresar a San Lorenzo, para verla aunque sea por unos minutos más. La idea de tenerla cerca, de saber más sobre ella, me consume. Me sorprende lo mucho que esto me afecta. Yo, que siempre he tenido el control, que siempre he sabido lo que quería y cómo conseguirlo, me encuentro perdido en este mar de emociones desconocidas.
Sin embargo, mis pensamientos estaban completamente centrados en Cecilia.
Las imágenes de ella en mi mente eran hipnóticas y sensuales, incitándo a desear más y más de ella. Podía sentir cómo mi cuerpo se calentaba con cada pensamiento de ella, mi deseo crecer con cada paso que daba.
Siento una extraña mezcla de emociones: intriga, deseo, y algo más profundo que no puedo identificar. Es como si esta joven, con su simplicidad y humildad, hubiera tocado una parte de mí que pensaba que estaba enterrada para siempre. Y mientras me recuesto en la cama, mirando el techo, me doy cuenta de que no puedo dejar de pensar en ella. De alguna manera, sé que este encuentro no será el último. Necesito saber más, necesito entender qué es lo que me tiene tan cautivado.
Y mientras cierro los ojos, me prometo a mí mismo que no descansaré hasta descubrir todo lo que hay por saber sobre Cecilia.
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Destino Entre Lazos
RandomEn el vasto tapiz del destino, dos almas aparentemente distantes se encontraban en caminos que inevitablemente los llevarían el uno hacia el otro. Eddie siempre había sido un hombre de pocas palabras, un enigma envuelto en poder y riqueza, su vida u...