« Mi vida o muerte no te deben de importar jamás, porque soy capaz de morir mañana si hay posibilidad. »
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Estaba por salir de mi habitación cuando terminé de arreglar mi vestimenta, me sentía cómoda y bonita con lo que tenía puesto. Sonreí gustosa en dirección a la salida, pero me detuve inmediatamente cuando ya estaba a unos cuantos pasos de la puerta.
Mi vista era buena por suerte, pero ojalá hubiera sido mala ahora.
Me di cuenta que pasaron diez minutos debido al reloj que estaba colocado en la pared de mi habitación, me estoy retrasando.
Hoy pude haber hablado con el gran detective que era el dueño de los acertijos, sin embargo hay algo extraño que no me deja salir de aquí.
"¿No deberías morir ya?"
Eso estaba escrito en un papel cerca de la puerta de mi cuarto.
Me quedé en silencio, sin el atrevimiento de levantar el papel del suelo, solo me quedé mirándolo fijamente con la cabeza baja.
« ¿Quién? »
Miré a mi alrededor, miré todo sin dejar ni una esquina de lado. Nadie podía entrar a mi habitación sin que yo lo notara, nadie podía no hacer ruido cuando entra.
« ¿Es esto un pequeño error, verdad? »
Sonreí lentamente e intenté engañarme.
Me agaché a levantar el papel y botarlo al tacho, pero cuando intentaba eso una brisa extraña recorrió mi piel.
Era una risa de burla.
« ¿Quién...? »
Debo estar volviéndome loca, sí, debe ser eso. Ahora estoy loca. Revolví mi cabello y lo desordené. Me sentía extraña.
¿Qué era esa nota?
¿Por qué?
¿Quién?
Estoy estática, parada en un solo punto de mi habitación mientras la puerta de mi habitación estaba delante mío.
Tenía miedo a aquella extraña risa. Mis labios temblaron en consecuencia, respiré profundamente y salí de mi habitación con apuro.
— ¡Ah! — Grité espantada en cuanto vi a un fantasma al salir de mi habitación. — Near no asustes así a la gente. — Intenté bromear un poco con el objetivo de ocultar mi nerviosismo, aunque él parecía solo notar eso, sin embargo pasó de largo.
Nunca lo entenderé.
Volviendo al punto ¿Qué era esa nota? ¿Habrán más notas? ¿Me tengo que asustar?
« ¿Quién la puso? »
¿Por qué?
Puse una mano en mi pecho e intenté controlar los alocados latidos de mi corazón, estás asustada y eso era demasiado claro, pero debía mantener una expresión serena para no preocupar a nadie.
