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ÈLIA FERNÁNDEZ

Releí la nota por décima vez ese día, pero esta vez en voz alta, para que mi hermana lo escuchara.

—Tía, que chico más mono. Yo de ti le escribía— propuso ella—. ¿Y era guapo?

Hice un gesto de indiferencia con mis hombros. En verdad el chico sí que era mono, pero no tenía la cabeza para tonterías en ese momento. Alex me había hecho mucho daño y sólo habían pasado 2 semanas desde que me enteré que llevaba poniéndome los cuernos durante más de 6 meses con una de mis mejores amigas.

—No se, Jana. ¿No sería un poco raro que así sin conocerlo de nada le escriba?

—Él ha sido quien ha querido darte su número, por algo lo hará.

Me quedé pensando durante un rato, mirando hacia ninguna parte. Noté como mi hermana tenía una mirada expectante sobre mi. Después de dos minutos sin prácticamente moverme cogí mi teléfono y le di a añadir un contacto. Apunté el número de teléfono, cuando iba a escribir su nombre me di cuenta de que ni siquiera había firmado la nota así que lo añadí como "chico triste" y le escribí un mensaje.

•••

Hola, soy Èlia
Nos podríamos ver hoy? Tengo el día libre

•••

Miré a mi hermana con una pequeña sonrisa. Ella sonrió ilusionada y me abrazó.

—Quizás ese chico te hace olvidarte del capullo de Alex— me dijo mientras se separaba de mi.

—No quiero nada con nadie ahora, Jana. No creo que vuelva a confiar en ningún chico en mucho tiempo.

Mi hermana me dedicó una sonrisa triste. El silencio que se formó en mi habitación fue interrumpido por el pitido de mi móvil. Era el.

•••

Hola. Perdona pero no sé quién eres

Ojos tristes, como me llamastes tu

Ay, perdona, es que como no te
pregunté tu nombre no te había
reconocido
Fallo mío

No te preocupes, lo entiendo

Hoy tengo entrenamiento pero
no acabará mucho más tarde de
las 18. Te paso a recoger y vamos
a tomar algo?
Podremos hablar de lo de tus ojos, si quieres

Perfecto. Te paso la ubicación

Nos vemos, ojos tristes

•••

Jana, hemos quedado esta tarde.

Mi hermana gritó ilusionada mientras daba saltitos por toda la habitación.

—¿Crees que es buena idea quedar con él? ¿Y si está loco? ¿Y si quiere matarme? — empecé a preguntar preocupada, ya que no había pesando antes en todo eso.

—Ehhh relájate. Tú sí que estás loca— respondió mi hermana—. Es solo un chico que se ha dado cuenta de que no estabas bien y él tampoco lo estaba. Todo saldrá bien.

Asentí y mi hermana me dio un beso en la cabeza para luego salir de mi habitación, dejándome sola.

Nuestra casa no era muy grande. Un pequeño pisito con solo tres habitaciones en las afueras de Barcelona en un barrio donde todos nos conocíamos. Era pequeño pero acogedor y llevaba viviendo allí toda mi vida. Ahora que lo pensaba bien me daba un poco de cosa que viniera aquí a recogerme. No lo conocía de nada, y si pensaba mal de mi o luego intentaba robarme o secuestrarme. Ni siquiera sabía su nombre!

Volví a coger mi móvil y le escribí otro mensaje pidiéndole que me recogiera en la pizzería de mi tío, así todo sería más fácil. El me respondió al segundo diciéndome que vale.

Ese día tardé más de lo normal en arreglarme. Supongo que quería causar buena impresión. Al fin y al cabo solo había visto a ese chico una vez en mi vida y había sido con un delantal de un verde horrible manchado de tomate y harina.

Cuando dieron un poco más de las 18:30 recibí un mensaje suyo diciéndome que ya venía de camino, tardaba unos 15 minutos.

Acabé de meter todo lo necesario en mi bolso, me despedí de mi hermana y mi padre, que acababa de llegar de trabajar, y salí en dirección a la pizzería.

Llevaba menos de 2 minutos esperando cuando un coche negro se paró delante mío. Lo vi bajando de una de las puertas traseras mientras le daba las gracias al conductor. Nada más salir me dedicó una sonrisa, que por alguna razón me resultó muy tierna así que no pude evitar devolvérsela. Venía con el pelo mojado de acabar de salir de la ducha y vestía una camiseta negra con estampado en la espalda y unos tejanos un poco anchos que le sentaban de maravilla. No pude evitar pensar que estaba guapísimo, que él en sí era muy guapo.

Intenté disipar esos pensamientos rápidamente y me regañé mentalmente por fijarme en un chico. No podían volver a hacerme tanto daño.

—Hola, ojos tristes— me saludó con una pequeña sonrisa.

—Hola...emmm... —hice una pausa al recordar que todavía no me había dicho su nombre.

—Pau. Me llamo Pau.

——————————————
Hola de nuevo! Que os va pareciendo la historia? Espero que os esté gustando tanto como me está gustando a mi escribirla.

Estoy súper agradecida por todo vuestro apoyo así que os traigo este capítulo de regalito aunque todavía no sea jueves.

Recordar que podéis dejar cualquier tipo de pensamiento al respecto en los comentarios porque me encanta leerlos.

Recordar votar y hasta el próximo capítulo!

Mírame - Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora