Ànnia Cubarsí Vila
Hoy era mi primer día de instituto y la verdad que estaba algo nerviosa. Por suerte sabía que Pol estaría ahí para mi, por mucho que sea cuatro años más mayor.
Me había pasado toda mi vida enamorada de él a sabiendas de que solo me ve como una hermana pequeña, pero que se le va a hacer. Prefería no decir nada y estar así toda la vida a quedar como una tonta delante suyo por haberme enamorado de quien no debía.
Ahora mismo yo solo tengo 12 años y él ya tiene 16, así que sí, hay bastante diferencia.
—Vamos, Ànnia —me llama mi padre—. Me harás llegar tarde.
Mi padre era un hombre muy cariñoso y nos quería a mi hermana, a mi madre y a más que a nada en el mundo pero a veces era un poco pesado.
—Ya bajo, papa —le respondo—. Solo tengo que acabar de peinarme.
Trenzo mi larga cabellera morena lo más rápido que puedo y bajo con mi mochila a la espalda.
—Amor, nos vamos —le dice mi padre a mi madre—. Te recojo por el cole cuando acabes.
Mi madre era profesora en el mismo colegio al que iba mi hermana pequeña Arlet así que ellas se iban juntas caminando porque quedaba a poco más de cinco minutos de nuestra casa. En cambio mi instituto estaba en la otra punta de la ciudad así que mi padre me llevaba en coche todas las mañanas y luego nos recogía a las tres cuando salía de su entrenamiento. Eso cuando no estaba de viaje de trabajo, claro.
Tener un padre futbolista es la ostia pero no mola tanto cuando tienes que pasar fechas importantes sin él porque tiene un partido que jugar o un torneo que lo hace estar durante meses fuera de casa.
—Nos vemos luego, petita —le dice mi padre a mi madre dándole un pico. Mi hermana pone una mueca en respuesta—. Te amo, Èlia.
—Yo te amo más, Pau —se despide mi madre dándole otro beso en los labios.
Mi padre y yo nos subimos al coche y de paso recogemos a Pol. Él acaba de entrar a primero de bachillerato pero sigue estando en mi mismo instituto. De hecho me apuntaron allí para que lo tuviera cerca por si me pasaba cualquier cosa. A veces mis padres de preocupaban demasiado pero no me iba a quejar si eso significaba tener a Pol cerca.
—Hola, enana —me saluda entrando al coche y yo le sonrío—. Hola, Pau.
—¿Que pasa, chaval? —lo saluda mi padre chocándole el puño.
—Joder papa, das vergüenza ajena —le digo tapándome la cara roja de la vergüenza.
—Esa boquita niña —me regaña—, que yo no te he educado así.
—Perdón —le digo rodando los ojos.
—¿Preparados para el primer día? —nos pregunta mi padre.
—Siempre —responde Pol animadamente—. Aunque por fin voy a poder tener a esta enana cerca.
Me revuelve el pelo y yo sonrío. Normalmente no dejo que nadie me toque en pelo pero él si puede.
—Cuídamela, Pol —le pide mi padre—. Mi niña se nos hace mayor. Aun me acuerdo cuando a penas estaba empezando a chutar un balón y ya está entrando al instituto.
Mi padre es como una abuela nostálgica. Ahora mismo ya está llorando.
—Madre mia papá eres tan empalagoso —le digo—. No se como mamá te aguanta.
—Yo tampoco lo sé hija, yo tampoco lo sé —me asegura riendo. Que bipolar es este hombre.
Cuando llegamos al instituto nos bajamos los dos del coche, no sin antes yo darle un beso en la mejilla a mi padre y Pol chocarle el puño.
—Ven, enana —me dice pasando su brazo por mis hombros—. Te acompaño a tu clase.
—¿No te avergüenzas de que te vean conmigo? —le pregunto algo insegura.
—¿Por que me iba a dar vergüenza, Ànnia? —me dice—. Todo el mundo sabe que eres como mi hermana pequeña.
Auch. Eso ha dolido.
Sonrío triste en respuesta, aunque sé que él no lo nota. Recorremos los largos pasillos del edificio mientras él me explica que es cada sala hasta llegar a una puerta donde había un gran cartel donde se leía "1 ESO C".
—Pues aquí és —me dice—. Nos vemos a la salida, enana.
Me da un pequeño beso en la frente y desparece entre la multitud de gente que recorre el pasillo. Entre todo el mundo reconozco a mi mejor amiga, Ada, quien por suerte va a mi misma clase.
—Acabo de ver que Pol te ha dado un beso —me dice—. ¿Eso significa que por fin ha pasado algo?
Niego algo triste mientras buscamos un sitio donde poder sentarnos juntas, pues al ser el primer día no nos habían asignado mesas.
—Que va tía, ojalá —le digo—. Ya sabes que siempre me verá como a su hermana pequeña a la que tiene que cuidar.
—Dale unos añitos, hazme caso.
Asiento insegura, aunque en el fondo rezo para que mi amiga tenga razón.
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Hola otra vez por aquí mis niñaaasss!! Me habéis echado de menos?
Y a Èlia y Pau?Una lectora me pidió un extra de Pol (hijo de Héctor y Martina) y Ànnia (hija de Pau y Èlia) así que aquí lo tenéis! Esta es solo la primera parte así que no tardarán mucho en volver, os lo prometo.
IMPORTANTE
Ya está disponible mi nueva historia "Otra vez tú" en mi perfil (voy por el capítulo 10 y mañana se viene la 11). Id a darle apoyo porfiii!!Recordad votar y seguirme por aquí y por TikTok (@kiki_fcb) para enteraros de todas las novedades!!
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Mírame - Pau Cubarsí
FanfictionÉl lo tiene todo. Ella nunca ha tenido nada. Lo único que tienen en común es una mirada triste que una noche cualquiera se cruzará por causalidad. Desde ese día no querrán dejar de mirarse nunca. Pero, las cosas nunca son lo que queremos, verdad?