Epílogo

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3 años después (2027)...

Petita, ¿te parece si ponemos aquí el sofá y allí delante la televisión? —me dijo Pau, quien llevaba tiempo estudiando el gran salón de nuestra nueva casa.

—Donde tú quieras, amor —le respondí—. Dijimos que tú te encargabas del salón y yo de la cocina.

Pau se acercó a mi, me rodeó la cintura por la espalda y depositó un beso en mi cuello.

—Es que quiero que sea tu casa de los sueños —me dijo al oído—. Aquí vamos a formar una familia y tiene que ser perfecta.

Sonreí ante sus palabras. Me encantaba tener planes de futuro con él.

Estos últimos años nuestra relación ha ido avanzando perfectamente y a estas alturas los dos estamos seguros de que somos el uno para el otro. Encontrar a alguien como Pau ha sido lo mejor que me ha podido pasar.

Pau ha seguido triunfando en el mundo del fútbol y yo acabo de acabar la carrera y al finalizar este verano empezaré como profesora en un colegio de la ciudad. Estaba deseándolo.

Esa noche cenamos por primera vez en la nueva casa. Estábamos como siempre entre bromas y piques mientras veíamos una peli en el iPad ya que todavía no teníamos tele cuando picaron al timbre.

—Ese debe de ser tu regalo de bienvenida a la nueva casa —dijo Pau levantándose para ir a abrir—. Quédate ahí, ahora vengo.

—¿Qué? —pregunté sorprendida mientras reía. Ya había dicho que Pau era el mejor.

Al poco rato se acercó con una caja enorme con un gran lazo de los colores del Barça.

—Vamos, ábrelo —me dijo sonriente.

Me puse de pie para alcanzar la tapa de la caja y cuando lo abrí no me lo podía creer. Era un cachorro de golden retriever, el perro que siempre le había dicho que me gustaría tener algún día.

—NO ME LO PUEDO CREER —grité emocionada mientras cogía en brazos al pequeño perrito—. ¡Pero que monada!

—Veo que te ha gustado —me dijo mi chico riendo.

—Me ha encantado —le respondí dándole un beso—. Te amo Pauet.

—Yo a ti más, petita —me devolvió—. Todavía no tiene nombre, puedes elegirlo tú, es macho.

—Se llamará Roco —le dije sonriente.

—Pues bienvenido a la familia, Roco.

***

4 años después (2030)...

Pau me había traído a la playa que se había convertido en nuestro sitio favorito. La misma playa a la que me trajo el día que se me declaró por primera vez hacía ya 6 años. Llevaba un día bastante cansado en el trabajo ya que me había pasado todo el día dando clases y toda la tarde corrigiendo los exámenes de mis alumnos de cuarto de primara, así que pasar tiempo con él era lo mejor que podía hacer. Había preparado otro picnic en la arena.

Cenamos entre risas y mientras nos explicábamos como había ido el día hasta que se acabó toda la comida. Pau se levantó del pareo y me tendió la mano para que yo hiciera lo mismo. Me llevó de la mano hasta la orilla y me cogió de las dos manos mirándome a los ojos.

—Èlia, te amo —me dijo.

—Yo a ti más, Pau —le respondí.

—Èlia, llevo tiempo queriendo decirte esto y ha llegado el momento —empezó—. La primera vez que te vi sabía que eras especial, pero nunca me imaginé que tanto. Hemos pasado por muchísimo juntos y aun así no paro de agradecerme día y noche por haber elegido a la chica correcta. Desde el momento en el que te conocí sabía que ibas a ser la chica con la que estaría toda mi vida y hoy quiero hacer eso oficial. —se arrodilló ante mi y sacó una cajita de color azul marino de su bolsillo. Esto tenía que ser un sueño—. Èlia Vila, ¿quieres casarte conmigo?

Mírame - Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora