7. Rocas resbaladizas

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La mañana había avanzado con una tranquilidad engañosa. Sasuke, siempre alerta, no pudo evitar notar las miradas curiosas que le lanzaban los aldeanos mientras recorría la aldea junto a T/N. Sus expresiones variaban entre el recelo y la fascinación, pero ninguna de ellas parecía completamente amigable. Aunque no le preocupaba lo que los demás pensaran de él, sentía el peso de ser un extraño en un lugar tan cerrado y misterioso.

Mientras caminaban, un sonido inesperado interrumpió sus pensamientos: el retumbar de su estómago. Sasuke frunció el ceño, visiblemente irritado por el inoportuno recordatorio de su necesidad de comer. T/N, que estaba caminando a su lado, levantó una ceja y esbozó una pequeña sonrisa al notar su incomodidad.

—Parece que tienes hambre —dijo ella con un tono ligero que casi podría haberse interpretado como una broma si no fuera por la seriedad que siempre la acompañaba—. Es hora de ir a pescar.

Sasuke la miró, su expresión impasible, pero asintió brevemente. No estaba acostumbrado a depender de otros, pero sabía que en este lugar, tendría que adaptarse. Sin embargo, no se imaginaba que el simple acto de pescar pudiera convertirse en algo tan complicado.

T/N lo guió a través de un sendero que se adentraba en el bosque, hasta que llegaron a un gran río que atravesaba la región. El agua corría rápida y cristalina, reflejando el cielo y los árboles que lo rodeaban en un mosaico brillante de luz y sombra. A lo largo de la orilla, varios miembros de la civilización ya estaban reunidos, preparados para la pesca. A pesar de la fuerte corriente, parecían moverse con facilidad, como si estuvieran en perfecta armonía con el río.

Al ver a Sasuke y a T/N llegar, los pescadores levantaron la vista, observándolos con una mezcla de curiosidad y diversión. Aunque intentaron disimularlo, Sasuke pudo percibir las sonrisas contenidas y las miradas cómplices que intercambiaban. Esto no le pasó desapercibido, y su expresión se endureció aún más.

—Aquí tienes —dijo T/N, entregándole una lanza hecha de madera con una punta afilada, claramente diseñada para pescar.

Sasuke la tomó con una mano, pero su mirada se posó en la lanza con escepticismo.

—No la necesitaré —dijo con confianza, entregando la lanza de vuelta a T/N.

Antes de que ella pudiera responder, Sasuke formó rápidamente unos sellos con sus manos, dispuesto a usar un jutsu que facilitaría la captura de los peces en el río. Pero justo cuando estaba a punto de liberar su chakra, sintió una resistencia invisible. El chakra, que siempre había fluido libremente a través de su cuerpo, ahora se sentía bloqueado, como si el mismo aire a su alrededor lo estuviera conteniendo.

Frunció el ceño, volviendo a intentarlo, pero el resultado fue el mismo. El bosque, de alguna manera, estaba impidiendo que usara su jutsu. Sasuke apretó los dientes, frustrado, mientras bajaba las manos.

T/N observó la escena en silencio, sin decir nada al principio. Finalmente, se encogió de hombros y le tendió la lanza una vez más.

—El bosque no permite el uso de chakra para la pesca —dijo con calma—. Tendrás que hacerlo a la antigua usanza.

Sasuke, a regañadientes, tomó la lanza, aunque su orgullo estaba claramente herido. Los murmullos a su alrededor no ayudaron; podía escuchar a algunos de los aldeanos susurrar entre risas contenidas. Esto solo sirvió para alimentar su frustración.

Se adentró en el río, la corriente fría y fuerte empujando contra sus piernas con más fuerza de la que había anticipado. Intentó mantener el equilibrio mientras observaba el agua en busca de peces, pero la superficie resbaladiza de las rocas debajo de sus pies lo hizo tropezar. Al intentar recuperar el equilibrio, resbaló y cayó al agua, empapándose por completo. Unas risas contenidas se escucharon desde la orilla, lo que solo incrementó su enojo.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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