Me he estado preguntando que puedo hacer para deshacerme de esta enfermedad.
Parece que no puedes razonarlo un poco, ¿por qué todo no es como antes?
Busco una solución en mi desconsuelo pero parece que solo quedan los celos.
¿Quieres mis ojos? ¿Mi c...
"En mis sueños tú eres mi vida, y en mi vida tú eres mi sueño, y si el universo supiera cuanto te quiero le daría vergüenza ser tan pequeño..."
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—"¿Que es esto que siento...?...¡Me está matando!" —Inosuke no pudo evitar entrar en algo de pánico y además de eso poner sus manos en los ojos de su máscara.
—¿Te sientes bien? –le preguntaste volteándote hacia el.
—No. —negó seco. —¡Hay algo raro dentro de mí que me está matando! ¡Se siente como hormigas moviéndose!
—Vaya...¿quieres que nos quedemos un rato a descansar o..?
No pudiste terminar de hablar cuando de repente se escuchó el sonido del tambor de nuevo, y ahí fue que ustedes cambiaron de habitación de un pasillo estrecho a uno más largo.
—¡Ese demonio me va a volver loca! —pusiste una mano en tu cabeza estresada, antes de voltear a ver al mayor. —Ven, sígueme, hay que buscar la salida.
—Espera...—se quedó unos segundos parado, antes de empezar a correr fuera de ahí. —¡Tú sígueme, yo ya sé donde se encuentra la salida!
Este fue a otra habitación, tú lo seguiste aunque cuando estabas a punto de cruzar a donde él estaba el sonido del tambor hizo aparición de nuevo, y fue en ese instante que el cuarto cambió, haciendo que inconscientemente chocaras con una pared al no poder detenerte a tiempo.
—Au...–soltaste cuando caíste al suelo, alzaste la mirada dándote cuenta que te habías separado de Inosuke. —Ay no, me quede sola, me quede sola...
Te levantaste, mirando a todos lados y empezándote a alterar un poco.
—Bueno, Bueno, no pasa nada...solo tengo que correr y buscar una salida antes de que sea tarde... —suspiraste antes de empezar a hacer lo que dijiste, salir de la habitación y correr.
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Pasaron algunos minutos, y en aquel pasillo estrecho se podía ver a Tanjiro, cargando en su espalda al hermano mayor perdido, pues ya los había encontrado a él y a Teruko.
—Oigan pequeños, ¿no les importaría que vayamos a buscar a- —no acabó de hablar ya que de repente alguien choco con él al salir de una habitación. —¡ay!
—¿¡Tanjiro?! –eras tú, el nombrado al reconocer tu voz rápidamente sonrió, y una felicidad lo invadió al instante, ya podía estar tranquilo. —¡Dios, por fin te encuentro! ¡Me perdí y me alejé de ese cazador con máscara de jabalí!
—Natsuki, me tenías muy preocupado a decir verdad....me alegro que te haya encontrado. —te dedico una sonrisa suave, en cambio tú se la devolviste básicamente diciéndole que tú igual.
—Veo que ya mataste al demonio y encontraste a los hermanos, te felicito, eres tan fuerte...lamento no estar ahí para ayudarte.
—¿Que? No te disculpes por una cosa así....tu no pediste perderte y alejarte de mi, ahora- —quiso acariciar tu cabello, aunque repentinamente dejó de hablar al percatar un olor. —Puedo oler a Zenitsu y a Soichi...¡y a sangre!
