4. Reencuentro con alguien especial, y encuentro con alguien temible

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"Ni la luna brilla tanto como lo hacen tus ojos.

Ni las flores tienen tan bonito aroma como lo tienes tú.

Ni siquiera lo más valioso vale más que tú"

Ni siquiera lo más valioso vale más que tú"

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—Mi herrero me da miedo......—comentó Zenitsu, mientras él mismo abrazaba sus rodillas y estaba en una esquina.

Ya en la noche, ustedes dos estaban cenando y Kaigaku estaba afuera entrenando con su nueva katana pues no se quiso esperar hasta la mañana.

—El mío fue muy amable! —agregaste, tomando un poco de comida con los palillos y metiéndolo a tu boca para después masticar con felicidad. —Su nombre era Haganezuka, es un nombre muy bonito y exótico! ¿No lo crees?

—Pero sin duda el tuyo lo es más, Natsuki... —habló el pelirubio con puntas naranjas en un tono suave, lo miraste con una sonrisa antes de hacer una reverencia.

—Muchas gracias, la verdad, lo único que le agradezco a mi madre es haberme dado ese nombre sinceramente. —te encogiste de hombros antes de meter otro pedazo de comida a tu boca y masticarlo. —Me encanta la comida de Jigoro.

—Yo no tengo hambre...

—Pero tienes que comer, Zenitsu..

El nombrado solo frunció el ceño, a pesar de ser tú la que se lo decías aún así no tenía hambre, pero, pronto se acercó y tomó algo de comida, y la metió en una cajita.

—La guardaré para después... —comentó.

—Listo, ya acabe! —informaste con tu plato vacío, y más que satisfecha. —Mhhh! Estuvo deliciosa la cena!

—Buenas noches, Natsuki-Chan! —el pelirubio con puntas naranjas te despidió al ver el como te levantaste y te dirigiste a tu habitación.

—¡Adiós, Zenitsu! —lo despediste con un movimiento de mano.

[••••]

Al día siguiente, hacía brisa fresca, ese clima que tanto te encantaba, ni frío ni calor, al salir de la finca el airecito que hacía se estampó contra tu cuerpo haciéndote sentir escalofríos, pero a la vez tranquilidad

—Está hermoso el día... —sonreíste, antes de empezar a caminar por los pasillos del patio de la finca.

Pero, no diste otro paso cuando de repente escuchaste el aleteo de un cuervo. Tú cuervo.

—¡KAWWW, KAWWW, SEÑORITA NATSUKI!! —voló hacia ti, extendiste tu brazo para que el animal se posara sobre este algo que hizo. —¡¡USTED Y EL SEÑOR ZENITSU TIENEN UNA MISIÓN!!

—¿Enserio...? ¡Mi primera misión, que genial! —no pudiste evitar emocionarte, incluso de más que al instante corriste hacia la habitación del nombrado. —¡Zenitsu, Zenitsu!

Sangrienta enfermedad| Kimetsu no yaiba YandereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora