Alicia siguió viajando por el mundo en su barco, con su imaginación intacta y con dos acompañantes, su hija, Alai y su hijo adoptivo Alexis
¿Qué puede pasar si la locura se hereda?
¿Qué puede pasar si llegas a otro mundo?
¿Qué puede pasar con los de...
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Narra Caleb
Estaba volviendo a mí habitación sintiendo que mí corazón iba a mil por hora, me sorprende no haber perdido la cabeza todavía. ¿Siempre los pasillos fueron tan largos?
Cierro la puerta y empiezo a caminar en círculos pensando en toda la responsabilidad que esta por caer en mis hombros. ¿Seré un buen rey?, ¿Podré con todo esto?, ¿Estoy a tiempo de arrepentirme?
Esos y muchos pensamientos más invaden mí mente mientras me miro en el espejo de mí habitación. ¿Será esta una buena decisión?
- Parecía que estabas escapando del Jabberwocky por como corriste - escucho a mí hermana decir de brazos cruzados con una pequeña sonrisa detrás mío viéndome por el espejo
-¿No sabes que tenés que tocar la puerta antes de entrar?- pregunto empezando a caminar hacia una de mis ventanas por las que se puede ver el país de las maravillas
- Lo hice, pero tenés tanto miedo que no escuchaste - escucho el resonar de sus tacos hasta que se detiene atrás mío y pone sus manos en mis hombros
- Tengo mucho miedo - murmuro atrayendola más a mí terminando en un abrazo
- Lo sé, pero también sé que serás un rey genial. Porque siempre buscas hacer lo correcto y buscar el bienestar de todos - murmura dándome vuelta dejando un beso en mí mejilla - Y si no te toman en serio tal vez puedas cortar unas cabezas - finaliza con una sonrisa que puede parecer algo cínica, pero ya estoy acostumbrado
- Vas a estar conmigo ¿No? - cuestiono en un hilo de voz, con mis ojos llenos de preocupación
- Siempre lo estaré - asegura dándome un último abrazo, camina hacia la puerta pero se detiene por un momento y gira a verme - Y recuerda que en este mundo lo más importante es el poder - termina cerrando la puerta y logro escuchar una carcajada mientras se aleja
Me miro de vuelta en el espejo y sonrio al ver la marca de labial rojo en mí mejilla.
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¿Siempre este trono fue tan incómodo? Trato de no pensar en todas las miradas concentradas en mí, me enfoco en mí Tía Mirana, su hija Alma, en Becca y en mí mamá que se encuentra al lado mío, ya que va a ser quien me entregue la corona.
Comienza un discurso, el cual ya me sé de memoria y no puedo evitar sentir mis manos sudorosas, al igual que tampoco puedo dejar de escuchar los latidos de mí corazón. Pongo una sonrisa cuando veo a mí prima hacer distintas caras para distraerme, que funciona solo por unos segundos. ¿Desde cuándo el tiempo pasa tan lento? Siento que estoy acá hace dos horas.
- Cómo empezar... - salgo de mis pensamientos al escuchar a mí madre - siento que fue ayer cuando te tenía en mis brazos y eras solo un bebé. Pero ya creciste, sos de mis mayores orgullos, estoy muy segura de que vas a saber manejar al país de las maravillas, mucho mejor a como lo hice yo y sé que vas a tener un hermoso reinado... - se acerca para tomar la corona pero es interrumpida por el abrupto sonido de la puerta cuando se habre
