Capítulo XVII

10 3 0
                                    

Narra Peter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Peter

- Podía cuidarme yo solo - protesta Caleb luego de varios minutos en silencio

- Sabes cuidarte solo físicamente, sentimentalmente no y tu padre es bueno para manipular las emociones - rebato recibiendo una mirada molesta de su parte

- No necesito un niñero - sigue quejándose esta vez en un susurro aunque igual lo logro escuchar

- ¿Vas a estar así todo el camino? - cuestiono pasando una mano por mí cara frustrado

- Apenas dije dos cosas, ves que no tenes paciencia - suelta y en eso me doy cuenta que estamos por subir una montaña

- ¿Hacia dónde estamos yendo? - pregunto y él se detiene a verme con una cara de desconcierto

- Hacia la casa de mí papá - responde con gracia para retomar el camino, ruedo los ojos y lo sigo

- ¿Dónde queda la casa de tu padre? - reformulo mí pregunta con un falso tono amable

- Está en un pueblo bastante alejado y oculto, hay que pasar esta montaña, después seguir un sendero, atravesar algunos pueblos y terminamos en su casa. Si es que sigue ahí - indica murmurando lo último con preocupación

- ¿En todo eso hay algun momento para descansar? - digo viendo todo el camino que sigue para subir la montaña

- ¿Es mucho para ti? - responde con otra pregunta manteniendo una sonrisa - No hace falta que me acompañes, podes quedarte acá -

- ¿Y perderme de todo el camino divertidísimo? No, gracias - rebato con su misma expresión

- Y este es mí lugar favorito - escucho decir una voz a lo lejos, la comienzo a buscar y parece que el hijo de la Reina Roja también lo escuchó ya que imita mí acción

- ¿Escuchaste eso? - pregunta en un susurro y yo asiento alejándome un poco del camino

- Nunca había venido para acá - dice otra voz, aumento la velocidad de mis pasos al saber que estoy cerca

- Un día con mis amigos nos habíamos perdido y encontramos este lugar - a unos metros de mí puedo identificar a un pequeño yo de hace años junto a un pequeño Caleb

- ¿El agua me puede pintar la mano? - cuestiona el heredero, toda la escena es un recuerdo de la primera vez que lo llevé al río de colores

- Recuerdo ese día, fue la primera vez que salimos más allá del patio del castillo - habla Caleb detrás mío con una pequeña sonrisa

- Estabas muy asustado por salir a escondidas del castillo - digo viendo su sonrisa ensancharse

- Es en serio lo que dije, no es necesario que vayas si te sentís obligado, es un camino muy largo lo sé y no quiero que lo hagas por compromiso - expresa para luego irse y yo lo imito terminando a su lado

Alai y el país de las maravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora