Alicia siguió viajando por el mundo en su barco, con su imaginación intacta y con dos acompañantes, su hija, Alai y su hijo adoptivo Alexis
¿Qué puede pasar si la locura se hereda?
¿Qué puede pasar si llegas a otro mundo?
¿Qué puede pasar con los de...
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Narra Caleb
- ¿No te parece mucho esperar hasta mañana? - me pregunta Peter cuando estamos afinando detalles del plan y acordamos en que mañana íbamos a hacer la emboscada
- Si hoy es el intercambio va a haber más guardias de lo normal - contesto observando sentado desde una montaña no muy lejos a mí castillo
- ¿Tenés los panes y la bebida? - me pregunta Alai a un costado mío
- Siempre estoy preparado - respondo mientras le muestro los objetos y los vuelvo a guardar
- Vas a tener que ser demasiado cuidadoso, no podes dejar que te atrapen en el intento - advierte Pool parado atrás mío
- Lo tengo muy en claro - comento ya cansado de todas las advertencias que me dieron
- Tengo miedo - escucho murmurar a una gemela mientras abraza a Mateo
- Todo va a salir bien, pronto podremos estás con nuestros padres - la tranquiliza el último mencionado correspondiendo al abrazo
- ¿Estamos listos? - trata de sonar seguro Alexis pero termina saliendo más como una pregunta
- No, pero no hay de otra - contesta su hermana sacándome una sonrisa por la respuesta y comienzo a caminar hacia mí antigua casa
Por alguna razón el camino se me hace mucho más largo que otras veces, aunque puede ser porque seguramente al poner un pié en ese lugar me arresten. Mentiría si dijera que no estoy nervioso pero prefiero no pensar en eso porque apenas y pudimos idear este plan.
- Tranquilos - posiciono las manos delante mio en señal de rendición para que las cartas no me ataquen - Vengo a entregarme con mí hermana -
Los soldados parecen dudar hasta que uno se adentra en el castillo, cuando vuelve el otro guardia camina hacia atrás mío y me obliga a empezar a caminar hacia adentro hasta la sala del trono.
- La verdad no creí que vendrías, menos para salvar a alguien que apenas conoces - habla Becca cuando ingreso a su sala con una sonrisa de punta a punta
- ¿Ya lo liberaste? - digo tratando de sacar las manos de una carta de mí brazo, aunque fallo en el intento y aumenta la fuerza de su agarre
- Siempre cumplo con mis promesas - afirma bajando los escalones con el clásico resonar de sus tacos
- Prometiste que siempre ibas a estar conmigo y hace unos días tus guardias me estaban persiguiendo por todo el bosque - rebato con evidente enojo y decepción en mí voz
- Deberias entender que no puedo dejar que nadie salga del país de las maravillas, no puedo arriesgarme a perder mí reinado - comenta enfrente mío con los brazos cruzados
