Alicia siguió viajando por el mundo en su barco, con su imaginación intacta y con dos acompañantes, su hija, Alai y su hijo adoptivo Alexis
¿Qué puede pasar si la locura se hereda?
¿Qué puede pasar si llegas a otro mundo?
¿Qué puede pasar con los de...
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Narra Alai
- ¿Están listos? - pregunta Caleb pasando en frente de nuestro ejército de cartas y piezas de ajedrez
- ¡Si señor! - exclaman y yo río por lo bajo por como lo llamaron
- Hoy va a ser el día que salvemos al país de las maravillas ¿O no? - cuestiona sin detener su caminata
- ¡Si señor! - repiten a coro y muy seguros de si mismos
- Ten cuidado allá arriba y no ataques si no ves que es sumamente necesario - le dice Alexis al Jabberwocky, ya se encariñaron como si toda la vida hubieran estado juntos
- Entonces ¡Al ataque! - termina el hijo de la Reina Roja y todos comenzamos a correr hacia el castillo preparados para la pelea
Mis amigos y yo nos quedamos en frente de todos con las cartas negras apoyándonos, escucho algunos gritos de guerra, espadas chocar, soldados quejándose y algunas respiraciones aceleradas. Entre ellas la mía.
- ¡Rápido, rápido! - pide Peter cuando las gemelas logran abrir las puertas del castillo ingresando en el todo nuestro apoyo solo quedando las piezas de ajedrez con los más chicos afuera mientras la bestia que controla mí hermano vuela encima del castillo
- La verdad, voy a extrañar esto - dice Alexis a mis espaldas pateando a una carta, la verdad hasta a mí me dolió ese golpe
- De una manera rara también yo - comento con una sonrisa recordando que al llegar no sabía ni como sostener bien una espada sin miedo de lastimarme a mí - ¿Por cierto que te traes vos con Alma? - cuestiono con gracia recibiendo una mala mirada de su parte
- ¿Qué te traes vos con Mateo? - rebate con una sonrisa y yo lo miro divertida al eliminar a un soldado
- Touche - digo quedando los dos peleando espalda con espalda, sin duda voy a extrañar esta sensación de adrenalina
Unos minutos después él se va hacia arriba en una especie de balcón medio raro y siento que mientras tanto Mateo se acerca a mí espacio de lucha.
- Luego de todo creo que no voy a poder despegarme de una espada - expreso observando el arma para luego tirar una poción hacia una carta
- Yo prefiero el arco, creo que tendría que retomar mis clases con papá - hace una pausa cuando un soldado lo toma por sorpresa - Tendríamos que hacerle caso a los más chicos - comenta de repente con una sonrisa y yo lo miro extrañada
- ¿Con qué? - cuestiono derribando al último guardia que quedaba cerca y él camina hacia mí
- Sobre esto - murmura antes de juntar nuestros labios en un beso que para mí gusto fue mí corto
- ¿No iba a ser en una situación normal nuestro primer beso no? - pregunto con gracia recibiendo una sonrisa de su parte la cual me contagia
