El sol empezaba a esconderse tras los edificios de Tokio, bañando la ciudad en tonos cálidos de naranja y rosa. Emma caminaba por las calles de Shibuya, aún sintiendo la calidez del día de chicas que había compartido con Yuzuha, Senju y Hinata. Aunque ya habían pasado algunos días, aún sentía la energía positiva de esa reunión, como si el tiempo que había pasado con ellas le hubiera dado una renovada fortaleza para enfrentar lo que viniera.
Mientras avanzaba entre la multitud, escuchando el sonido de los coches y las conversaciones dispersas de las personas a su alrededor, sus pensamientos comenzaron a vagar. Se preguntaba qué estaría haciendo su familia en ese momento. Desde la reunión con Izana en casa de su abuelo, las cosas habían estado tranquilas, pero sentía una especie de tensión subyacente. Sabía que Mikey seguía lidiando con sus propios problemas y que el tema de Izana aún pesaba en su mente.
Emma estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien se acercaba rápidamente por detrás de ella. Sentía una energía familiar, pero no logró identificarla a tiempo hasta que unos brazos la rodearon inesperadamente.
— Boo! — Una voz masculina resonó en su oído mientras el agarre fuerte pero cálido la envolvía.
Emma se sobresaltó y dio un pequeño brinco antes de girarse rápidamente. Al darse vuelta, se encontró cara a cara con Izana, quien le sonreía divertido.
— Izana! — exclamó Emma, golpeándolo juguetonamente en el brazo — Me asustaste! —
Izana soltó una carcajada, manteniendo esa sonrisa despreocupada que parecía ocultar muchas de sus emociones.
— Lo siento, no pude evitarlo — dijo Izana mientras se pasaba una mano por el cabello, despeinándolo aún más — Te vi caminando sola y pensé que sería divertido saludarte de esa manera —
Emma se cruzó de brazos, intentando parecer seria, pero no pudo evitar sonreír al verlo.
— Y qué haces por aquí? — preguntó Emma, su tono ya más relajado.
Izana encogió los hombros.
— Estaba dando un paseo. A veces necesito salir y despejar mi mente. Tú qué haces? Vas a algún lugar en particular? —
Emma negó con la cabeza.
— No realmente. Solo salí a caminar. Necesitaba un poco de aire después de estos días tan... movidos —
Izana la miró por un momento, sus ojos violáceos observando atentamente cada detalle en el rostro de su hermana menor.
— Quieres que te acompañe? — preguntó de repente.
Emma se sorprendió por la oferta, pero asintió con una sonrisa.
— Claro, me encantaría —
Comenzaron a caminar juntos, recorriendo las calles de Shibuya mientras el sol terminaba de ocultarse por completo, dejando la ciudad iluminada únicamente por las luces de los rascacielos, los neones de las tiendas y los faroles que bordeaban las avenidas.
A medida que avanzaban en su paseo, Emma notó que Izana estaba más callado de lo habitual. A pesar de que su expresión seguía siendo calmada, había algo en su mirada que revelaba que estaba pensando profundamente en algo.
— Te pasa algo? — preguntó Emma con suavidad, rompiendo el silencio.
Izana tardó un momento en responder, pero cuando lo hizo, su voz sonaba un poco más grave.
— He estado pensando mucho en lo que me dijiste el otro día, sobre mamá— comenzó Izana, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta — Sobre cómo te dejó cuando eras pequeña —
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~ DESTINOS CRUZADOS ~ (Haitani x Emma)
RomanceEmma Sano ha vivido a la sombra de la pandilla de su hermano, pero guarda un secreto: está enamorada del mejor amigo de él. Sin embargo, cuando cree que sus sentimientos son correspondidos, descubre que él tiene novia y está esperando un hijo. Devas...