IX. Solo tú y yo

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Era una tarde tranquila y soleada cuando Emma recibió un mensaje de Rindou. Su corazón dio un pequeño vuelco al ver su nombre en la pantalla, ya que desde su cumpleaños no habían tenido mucho contacto. Sin embargo, la idea de verlo le resultaba emocionante.

—"Te gustaría salir conmigo esta tarde?"— fue el mensaje que Rindou le envió, acompañado de un emoji de sonrisa tímida.

Emma sonrió sin poder evitarlo. Había algo en la manera despreocupada de Rindou que siempre la hacía sentir relajada, como si pudiera ser ella misma sin esfuerzo. Sin dudar, le respondió rápidamente:

—"Me encantaría. A qué hora?"—

La respuesta llegó enseguida —"Te recojo a las 4. Espero que te guste caminar, tengo un lugar en mente"—

A las cuatro en punto, Rindou apareció en la puerta de Emma. Llevaba ropa casual, pero impecable como siempre, con una camiseta oscura y una chaqueta ligera. Su cabello perfectamente peinado le daba ese aire de confianza que siempre lo acompañaba.

Emma, por su parte, había optado por un vestido ligero de verano, algo que se sintió apropiado para la ocasión sin ser demasiado formal. Al abrir la puerta, Rindou la miró de arriba abajo y sonrió.

— Te ves increíble — dijo con naturalidad, extendiendo una mano hacia ella.

Emma se sonrojó ligeramente y tomó su mano, sintiendo un pequeño cosquilleo al contacto. Rindou la guió hacia el parque donde habían acordado caminar, y pronto se encontraron paseando por un sendero tranquilo que llevaba hacia un pequeño lago.

El aire era fresco, y la luz del sol que se reflejaba en el agua creaba un ambiente cálido y sereno. Había algo íntimo en ese momento, en el silencio cómodo que compartían, solo interrumpido por el suave chapoteo de los peces en el agua.

Rindou, a su lado, entrelazó sus dedos con los de Emma. Ella lo miró sorprendida, pero no soltó su mano; al contrario, apretó suavemente en respuesta. Se sintió natural, como si ambos hubieran estado esperando este momento desde hacía tiempo.

— No sabía que te gustaban los lugares tranquilos como este — comentó Emma, rompiendo el silencio.

Rindou sonrió mientras miraba el lago, sus ojos azules reflejando la luz del agua — Hay muchas cosas que no sabes de mí todavía, Emma. Y muchas que me gustaría saber de ti también —

Emma lo miró de reojo, divertida. — Ah, sí? Cómo qué?

Rindou se detuvo un momento, aún sosteniendo su mano, y la miró con una intensidad suave pero palpable — Bueno, por ejemplo, cuál es tu lugar favorito para escapar del mundo cuando todo se vuelve demasiado? Todo el mundo tiene uno —

Emma se mordió el labio, pensativa — Supongo que me encanta estar en casa con Hana. Ella siempre sabe cómo alegrarme el día, y cuando estamos juntas, es como si nada más importara —

Rindou asintió, como si comprendiera perfectamente ese sentimiento — Hana es genial. La vez que estuve con ustedes, pude ver cuánto te quiere. No es difícil darse cuenta por qué —

Emma sonrió, sintiendo que el ambiente se volvía aún más cómodo entre ellos. Siguieron caminando, charlando sobre pequeñas cosas: la infancia de Rindou, las travesuras de Ran, los momentos divertidos que Emma había vivido con sus amigos de la Toman. Todo fluía con naturalidad.

Pasaron toda la tarde juntos, disfrutando de la compañía del otro, el paisaje y la tranquilidad que les ofrecía el lugar. Rindou, a pesar de su imagen de tipo duro y reservado, mostró un lado más vulnerable y genuino que Emma no había visto antes. Cada vez que reía o hacía algún comentario sarcástico, Emma no podía evitar sentir una conexión más profunda.

~ DESTINOS CRUZADOS ~ (Haitani x Emma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora