♫︎☆09☆♫︎

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Quien iba a pensar que ese otoño, cuando después de mucha búsqueda encontré el lugar perfecto, mi vida iba a cambiar tanto.

Apenas llegamos al departamento, nos dedicamos a abrir las cajas y poner cada cosa en su lugar, entre risas, bromas y algún que otro desacuerdo por el lugar donde colocar algunos objetos. Yo defendía a muerte qué un cuadro, que tenía una foto juntos debería ir en el cuarto, mientras que Mateo estaba convencido de que quedaba mejor en la mesita al lado del sillón.

-Haceme caso, queda mejor acá- dijo él, poniendo el pequeño cuadro en su lugar elegido.

Hice un gesto de desacuerdo, pero no pude evitar sonreír. Era imposible discutir en serio con Mateo cuando se mostraba tan seguro de algo. Decidí dejarlo en paz, pero solo por ese día.

Pasamos las primeras horas de ese hermoso día organizando solo lo esencial. Cuando llegó la noche, decidimos hacer una pausa. Nos sentamos en el sillón, con las luces tenues iluminando apenas el espacio, y nos dimos cuenta de que no habíamos comprado suficiente comida. En vez de salir o pedir algo a domicilio, Mateo decidió que teníamos que improvisar:

-voy a hacer una pizza con lo que tenemos acá- dijo, con toda la confianza del mundo.

Estaba en una mezcla de incredulidad y diversión. Los dotes culinarios de Mateo son bastante limitados, así que no sabía si esperar un plato digno de masterchef o el posible incendio de la cocina.

A los pocos minutos, un olor muy rico inundó todo el departamento. Nos sentamos enfrente de la tele, con unos platos improvisados y unas latas de coca. Era simple, pero no necesitaba más que eso para sentirme bien.

-Te quedó re bien- comenté, al tiempo que comía un pedazo de la pizza improvisada.

-¿Viste? Te dije que me iba a salir- Respondió Mateo, con un evidente orgullo.

Mientras cenábamos, comenzamos a hablar de nuestro planes futuros, y de algunos sueños que teníamos. Era uno de esos momentos donde sentía que el tiempo se detenía, donde las preocupaciones se iban, y que unicamente estábamos los dos disfrutando de la compañía.

-¿Te imaginas como va a ser este lugar en un año?- pregunté, mirando a mi alrededor,pensando miles de maneras distintas de decorar esas paredes.

Mateo asintió, pensativo.

- Ya me lo imagino lleno de nuestras cosas, con los cuadros que vos pintas en las paredes, alguna planta, capaz un par de gatos y todo.

Simplemente reí, pero en el interior, la idea me pareció hermosa. Siempre había soñado con un lugar que se sientiers verdaderamente mío, con mi esencia, y con Mateo al lado, sentía que ese sueño estaba cada vez más cerca de cumplirse.

Los días pasaron entre risas y lindos momentos. Siempre me despertaba primero y hacia café para los dos. Por su parte, Mateo siempre intentaba hacer algo para sorprenderme. Dejaba notitas en mi cartera, me daba regalitos o ponía mis canciones favoritas de fondo cuando llegaba a casa.

Una tarde, decidimos quedarnos en casa y ver películas. Nos acomodamos en el sillón con una manta, un tarro grande de pop y un montón de cosas más para comer. Estaba con la cabeza apoyada en el pecho de mi novio, sintiendo suavemente sus latidos mientras que en la pantalla se mostraba una comedia. Pero más que la película, lo que más disfrutaba era la sensación de estar con él, de permanecer juntos en esos momentos tan simples y tan perfectos.

Mientras avanzaba la película, mis pensamientos lo hacían también. Pensaba en lo feliz que estaba, en lo cómoda que me sentía en ese espacio, que era completamente nuestro. Entre todos, un pensamiento tomó claridad; ¿Por qué no hacer ese momento permanente?

La película terminó, y ambos nos quedamos mirando las luces de la ciudad a través de la ventana. Mateo me dio un beso en la frente, como siempre hacia cuando ambos sabíamos que las palabras sobraban. Lo miré a los ojos y respiré hondo, tomando valor para lo que iba a decir.

-Mateo- comencé a decir, jugando con el borde la manta qué usábamos en ese momento- Estaba pensando en algo...

Mateo me miró, esperando a que continuara.

- ¿Que te parecería si vivimos juntos de verdad?- solté por fin, con el corazón latiendome a mil por hora.

Mateo me miró sorprendido al principio, pero después una sonrisa se dibujo en su rostro.

-¿Me decis enserió?

Asentí,nerviosa pero decidida.

-Si, me encanta estar acá, los dos juntos, siento que este es nuestro espacio, y quiero que sea así siempre.

Mateo proceso lo que había dicho un momento, y después me abrazó con fuerza.

-Nada me haría más feliz Ni- dijo por fin con dulzura- esto es lo que siempre quise, y me alegro que sea con vos.

Retomé el abrazo, sintiendo que por fin todo estaba perfectamente en su lugar, perdiéndome en las profundidades de ese hermoso vínculo que nos unía. Ese ya no era simplemente un lugar físico, si no el comienzo de un hogar que íbamos a empezar a construir juntos.

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Muchas ilusiones, vamos a ver la realidad.

Espero les guste este cap, a mi no me convenció del todo pero les prometí actualización hoy, aunque sean casi la una de la mañana.

Los amo, chauuuuuu <3



𝗖𝗛𝗘𝗔𝗧𝗘𝗗-ᴛʀᴜᴇɴᴏ 𝚊𝚗𝚍 𝙽𝚒𝚌𝚔𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora