Jungkook
Pasan tres o cuatro minutos, pero LobsterShorts no me contesta. Con disimulo, me he vuelto a subir la cremallera de los pantalones bajo la mesa de la biblioteca. Y he apartado todos mis libros.
Aun así. Pantalla en blanco.
No sé por qué debería importarme. Pero está comenzando a gustarme el chico. Quiero decir... ¡sexo de langostas! Y aquí que pensaba que los listillos eran aburridos. Lo admitiré. Quiero conocerlo.
Me suena el teléfono y lo miro inmediatamente. Pero solo es un recordatorio de una reunión a la que tengo que ir en la casa de la fraternidad.
Mientras me marcho de la biblioteca y camino por la oscuridad, casi me estoy arrepintiendo de mi elección de presentarme a presidente. Las reuniones son lo peor, y básicamente estoy firmando para un sin número de ellas. La renta gratis para todo un año suena divina, pero, ¿merece la pena el dolor de cabeza de dirigir una fraternidad?
Ugh. Sí. Creo que lo vale. Porque si no voy a pagar la renta, puedo bajar mis horas de trabajo a una noche el fin de semana. ¿O si ahorrase suficiente dinero durante el verano? Puede que ni siquiera tuviese que trabajar en absoluto. Podría pasar mi último año centrándome solo en la universidad, la graduación y planes de carrera.
Y en Alfa Delta. Pero estoy seguro que las labores de presidente no serán la mitad de estresantes como trabajar hasta altas horas todo el fin de semana.
Cuando llego a casa, encuentro otra reunión ya en proceso en nuestro salón. Supongo que hoy es la noche de las reuniones. Jako, mi líder de campaña, no ha llegado todavía, así que mataré el tiempo escuchando la discusión del comité de no iniciados.
El líder del comité es Judd Keller. Así que opté por no participar este año.
—¿Quién quiere ir primero? —pregunta Judd a los chicos alrededor de la mesa—. Comentaremos ideas y luego elegiremos las ideas de iniciación más locas y mejores.
Nombramos a nuestros no iniciados en septiembre, y han sido miembros en probatoria desde entonces. Ahora, les hacemos pasar por siete días infernales antes de finalmente convertirlos en miembros plenos. El año pasado, estuve en este comité porque cada miembro tenía que ser voluntario en algo, y al menos el comité de no iniciados era una tarea a corto plazo. Pero fue una pesadilla, sobre todo porque Judd es jodidamente molesto.
—Tal vez los novatos deberían hacer el reto del clip —sugiere un veterano llamado Paul.
—¿El qué? —pregunta Judd—. ¿Qué es, como un ejercicio físico?
—No. Los dividimos en tres equipos o cuatro. Cada equipo consigue un clip. Y tienen tres días para convertirlo en algo que valga la pena. En este caso debería ser algo que puedan donar a la caridad. Cambian el clip por un lápiz. Cambian el lápiz por un bolígrafo. Cambian el bolígrafo por una grapadora. Y así en adelante. —Paul se encoge de hombros—. Lo aprendí en una de mis clases de gerencia.
—¿Para qué? —cuestiona Judd.
—Un par de cosas. Hace que te sientas cómodo pidiendo cosas, lo que es una habilidad vital. Tienes que estar dispuesto a escuchar un no, si alguna vez quieres escuchar sí.
Judd comienza a burlarse:—Creo que una vez lo leí en un libro de auto ayuda.
—No sé —comenta Ahmad Mithani—. Creo que me gusta. Es agradable romper las reglas Haggar de novatadas.
Me rio, porque no puedo evitarlo.
—Espera, ¿hay un canon de novatadas?
Judd gira la cabeza en mi dirección.