Jeon Jungkook
Jodidamente increíble. ¿Cincuenta dólares para el Darby Brew Pub? Si recibí uno de esos, entonces lo mismo sucede con todos los miembros de Alfa Delta. ¿Quién hace eso?
Seokjin es un gran y épico imbécil.
Me giro en la cama y gimo. No debería gastarlo, ¿cierto? Si lo gasto, es aceptar dinero del enemigo. Bueno, no dinero. Grandes hamburguesas jugosas y el tipo de cerveza que realmente no me puedo permitir.
—¡Que te jodan Kim Seokjin tercero! —grito al techo.
Afortunadamente, nadie más está aquí para ser testigo de mi momento de locura. Soy el único miembro de Alfa Delta sin ningún lugar mejor al que ir en Navidad.
Más temprano me pasé por mi antigua casa, donde tuve la gran fortuna de encontrar a mi madre sola. Le permití que me alimentase con un trozo de tarta de calabaza mientras le entregaba el dinero que había pedido que le "prestase".
"Este es tu regalo de cumpleaños —expliqué mientras le entregaba el dinero". "¡Jeon Jungkookie! Sabes que te lo habría devuelto".
No sé nada de eso.
"Feliz Navidad, mamá".
Honestamente, es un regalo para mí mismo para evitar la decepción cuando no me lo devuelva.
Su regalo de Navidad fue un gorro de lana con el logo de los Patriots. Nunca había estado interesado en el fútbol, pero esa es mi madre.
Antes de irme, había dejado un sobre cerrado sobre la almohada de Joe con los cien dólares que me había pedido. Luego le envié un mensaje con la fotografía, porque realmente no confiaba que mi madre no se lo quedase.
En serio, ¿quién necesita una familia? Son agotadores.
Toda la cosa llevó una hora, incluyendo el tiempo de desplazamiento. Ahora estoy dando vueltas en la casa vacía de la fraternidad, sintiéndome un perdedor solitario. Ya que todas las tiendas están cerradas, ayer me provisioné un poco. Tengo comida y abajo tengo una televisión de setenta pulgadas para mí solo.
Cuando este lugar está lleno de chicos de fraternidad, normalmente desearía que todos se callasen. Pero, Dios, esto está tan silencioso ahora mismo que el silencio está presionando en mis tímpanos.
Tomo mi teléfono y lo desbloqueo, preguntándome si LobsterShorts está por ahí. ¿Qué probabilidades hay?
Buenas, al parecer. Hay un nuevo mensaje de él.
LobsterShorts: Jodidamente odio las vacaciones, ¿y cuál es su maldito punto?
Estallo en risas.
SinnerThree: ¡Y que lo digas, hermano! Me llevó mucho tiempo darme cuenta que las Navidades son una maldita estupidez. Finalmente lo entendí cuando tenía trece años. No solo me di cuenta finalmente que nadie iba a sorprenderme con un regalo decente, la convivencia hace enloquecer a la gente. Mi madre y abuela solían emborracharse y gritarse la una a la otra.
LobsterShorts: Ay. Creo que esta noche voy a estar gritando borracho. Mi familia es realmente buena con los regalos. Pero apestan en las relaciones.
SinnerThree: ¡Pero, oye, regalos!
LobsterShorts: Eh. Soy demasiado mayor para que se me compre con la última consola de videojuegos. El regalo que quiero es respeto. Mi padre es un gran imbécil. Pensé que estaríamos peleando sobre mi plan para el verano, pero todavía no hemos hablado de eso y ya nos estamos increpando el uno al otro. ¿Cuál es tu regalo soñado?