Al igual que las historias, todo tiene un principio y un final. Una parte de ellas nos llena, ocupando un espacio en nuestro interior que no se puede controlar, sino solo sentir.
En mi caso, fue así. Me llené de amor, cariño y placer, pero también de una melancolía que se arraigó en lo más profundo de mi ser.
Siempre hablo de aquello, de ese vacío inexplicable, de esa sensación de estar incompleto. Pero nunca expliqué bien su significado, quizás porque ni yo mismo lo entendía del todo. Era como tratar de describir un color a alguien que nunca ha visto, o explicar el sabor del agua a quien jamás ha sentido sed.
Hasta que la conocí a ella.
Esta es mi historia, nuestra historia, y comienza así...
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Nuestra Copa de Vino.
RomantizmEsta es la historia de cómo aprendí a sentir de nuevo, de cómo el amor puede ser tanto un final como un nuevo comienzo. Es un relato de redención y esperanza, de cómo a veces, cuando menos lo esperamos, la vida nos ofrece una segunda oportunidad par...