xvii. don't let me get me

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"Cada día discuto con el espejo,
no soporto a la persona que me refleja.
Soy un peligro para mí,
no dejes que me atrape,
soy mi peor enemiga"
—Don't let me get me; P!nk

—¿Todo bien, chica?

Su mente no se siente presente dentro del ambiente en el que se encuentra a pesar de ser su guarida más personal. Su habitación es el lugar perfecto para abrazarse luego de lidiar con cada terrible día de clases en la universidad. La ventaja de llevar las materias por la mañana es que por las tardes tiene tiempo suficiente para distraerse con cualquier cosa dentro de casa ya sea divagando en algunas curiosidades marinas, cuidando a su pato mascota o perdiéndose en el acuario del cual su familia es dueña. Bueno, si es que logra organizar sus horarios correctamente y porque aún no le ha tocado llevar algún curso dictado en las tardes que la detiene.

Le gusta encerrarse en las únicas cuatro paredes que considera de su propiedad porque puede sentir la tranquilidad que requiere a pesar de todo.

Puede escuchar que las voces la siguen llamando pero evita responder para no sentirse culpable por su apatía a pesar de haberlas invitado a pasar un domingo por la tarde en la comodidad de su casa.

El techo era simplemente de color blanco como casi toda la extensión de su recamara pero cuenta con una decoración en tonalidades celestes pastel y objetos que demuestran su afición por las cosas marinas como una pecera cerca a su cama, que reposa por encima de un mueble especial que encargó tiempo atrás, cojines en forma de almeja y estrella de mar entre otros. Su escritorio pintado al igual que sus paredes está en una esquina con varios libros apilados uno encima del otro, su laptop luce impecable con el forro impecable, al lado de esta hay una lámpara de varilla curva (regalo de cortesía de Ash) que ayuda a iluminar sus noches de desgaste por trabajos académicos. Pero el verde también está presente por unos colgantes de hojas pláticas que están ubicados en las aristas de su espacio (sus hermanas tuvieron que ver con ello). Lo que más le gusta de todo eso.,, aparte de sus peces, es el enorme poster de Bjork que cuelga al lado de su puerta y que recibe a todo aquel que decida compartir un momento de privacidad con ella. Tenía que ser "Post" su álbum favorito.

—¿Misty?— escucha la voz preocupada de su amiga, quien también parece tratar de traerla a tierra desde muy buen rato.

—May, Meg, lo siento mucho— se disculpa dedicándoles una sonrisa suave, genuina para disipar cualquier inquietud—. Estoy un poco distraída luego de haber avanzado parte de mi ensayo para mi clase de mañana. Pero ya estoy bien.

Alza los brazos simulando tener la fuerza suficiente para mostrar sus músculos. Las dos féminas ríen y retoman la conversación tratando de no abrumar a la anfitriona del hogar. De alguna manera todo se dispersa y se vuelve tranquilo como al inicio del día, cuando Violet le avisó que tenía visitas.

Estira su brazo para tomar su refresco de piña con hielo como le suele gustar, escucha el timbre de notificación de uno de los celulares de sus visitas.

—Dawn dice que ahora está en una librería, que necesita compulsivamente comprar un libro que vio en un escaparate.

May lee el mensaje mientras sirve de la tabla de quesos que trajo para amenizar la compañía. Realmente la castaña busca cualquier oportunidad para llevar cualquier tipo de alimento a su boca.

—Pues ella se lo pierde— comenta la rubia degustando también del refrescante líquido.

May le entrega galletas servidas con mermelada, queso y salami y otra donde lleva la mermelada con queso crema y zarzamora. Las recibe amablemente y espera a ponerse a reflexionar un poco.

—¿Cómo te va con el gimnasio?— pregunta Megan sentándose sobre la cama para prestarle atención—. No soy una chica deportiva a excepción de que soy porrista, pero quiero saber cómo te va tu rutina de este año. Desde ya tienes mis respetos por decidirte a llevar una vida fit.

A poison called love [Contestshipping // AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora