Problemas

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Sabía que mi reunión con Kuchiki Byakuya no sería tranquila cuando le dijera que la reparación de la caravana se iba a alargar. No es que estemos intentando siquiera arreglarla por el momento.

-¡¿Diez dias?!- El humano grita dando un golpe en mi mensa con ambas manos, totalmente fuera de sí. Al menos parece que ya no nos tiene tanto miedo como al principio.

-El mecánico ha dicho que el radiador se rompió con el choque contra el árbol y que el nuevo que ha pedido no llegará hasta dentro de una semana.- Le digo intentando ver cual será su reacción a mi explicación.

-Eso es imposible. Los pedidos por internet ya no tardan tanto tiempo en llegar a sus destinos.

-Esto es el norte, Kuchiki san. Y una zona montañosa y rural. Créame, una semana es entrega rápida por estos lares.

-Esta bien...- Dice con un grado de desesperación en su voz.- Quédense la caravana. Llevenme al pueblo más cercano, Haruka y yo podemos coger un bus e ir a...

-¿A donde, Kuchiki san?- Le digo mirándolo serio.- Usted vive con su hijo en esa caravana. No puede simplemente abandonar su vivienda por unos días. Además, le dije que la reparación correría por nuestra cuenta, ya que fue uno de nuestros muchachos el que provocó que se saliera de la carretera.

-Por llamarla de alguna manera.- Esa contestación me hace gracia, pero la disimulo viendo como Renji y Starrk sonríen desde la puerta.

-¿Acaso lo hemos tratado mal?¿Renji ha hecho algo que lo haya molestado tanto como para querer marcharse?- En cuanto digo eso, veo como va a decir algo, pero se calla. Interesante reacción. Sé por mis ejecutores que han tenido ciertos conflictos y que Renji ha tenido varios momentos en que ha tenido que ausentarse de la cabaña, pero nada grave o fuera de lo que cabría esperar. Niega ligeramente y eso casi me hace sonreír.- Entonces, Kuchiki san, aproveche su estancia aqui. Me han dicho que Haruka se ha adaptado muy bien al entorno, que juega con nuestros cachorros y disfruta cambiando con ellos.

-Eso... es cierto.- Viéndolo mirar hacia otro lado, siento que realmente es como uno de nuestros cachorros perdido y falta de orientación.

-Piense en esto como en una gran oportunidad.

-¿Oportunidad?

-Viviendo entre lobos, podrá obtener mucha información de cosas que necesitará saber para cuando Haruka vaya creciendo ¿no?- En cuanto digo eso, veo como se le ilumina la mirada.- Esta noche tendremos una pequeña reunión en la hoguera. Es una reunión que hacemos previa a la época de celo. Así los lobos no emparejados, pueden intentar conseguir una pareja para pasar el próximo celo.

-¿Como una noche de citas?- Dice realmente sorprendido.

-Los lobos no tenemos citas, Kuchiki san.- Sonrío inevitablemente.

-Pues una noche para encontrar pareja para follar entonces.- Su forma de decir eso me hace afilar la mirada.

-Podria decirse.

Cuando Renji y el humano salen de mi despacho me quedo con Starrk que me mira con severidad.

-Sueltalo.- Le ordeno.

-No me gusta.- Alzo una ceja y él continua.- Llevar al humano a la fiesta podría generar algún problema.

-Kuchiki Byakuya está con Renji. Nadie se atreverá a crear un problema sabiendo que podrían tener que enfrentarse a Renji. Además, muchos de nuestros ejecutores estarán allí.

-Está bien. Les diré que no solo se diviertan y apoyen a Renji si la cosa se tuerce.

-Gracias.

Hace tiempo, acudir a las fogatas previas al celo era uno de los mejores momentos del mes. Ahora intento evitarlo, ya que muchas de las hembras solteras de la manada quieren probar emparejamientos conmigo, cosa que nunca ha funcionado, y aunque el hecho de tener sexo con las lobas de la manada, no es algo que me importe demasiado, no quiero crearles falsas esperanzas o incomodar a su futura pareja, si en algún momento se emparejan.

MANADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora