La mañana siguiente

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Observo como la luz del sol naciente comienza a bañar mi habitación que ahora está en silencio total, solo interrumpido por la respiración del joven que duerme a mi lado. He estado observándolo desde que me desperté hace un rato, y sin embargo, no me canso de hacerlo y seguir descubriendo nuevos detalles en él.

Es tan diferente a cualquiera de nosotros que impacta. Piel pálida y suave. Cuerpo poco musculoso, pálido y realmente sexy para ser un hombre. Apenas tiene vello en su cuerpo, si no fuera por el que tiene en el nacimiento de su sexo y eso, solo lo hace más excitante. Su larga melena, ahora suelta, me hace cosquillas, aunque es su leve respiración contra la piel de mi pecho, la que me pone la piel de gallina. Viéndolo tan calmado nadie pensaría que pudiera ser tan ardiente como lo fue anoche.

Dioses... lo de anoche fue... inesperado.

Era consciente de mi fuerte atracción por él, pero pensaba que era por la luna, la cercanía del celo, por la jugada sucia de la hija de Barragan o incluso, por la excitacion de la carrera y la lucha, pero bajo todo eso, mi lobo lo sabía. Lo supo en cuanto lo olió en aquel callejón, aunque quise ignorarlo.

Mi compañero. El hermano de Kuchiki Byakuya, el compañero de Renji, es mi compañero. 

¿Quien podría ni siquiera haberlo imaginado por un segundo? Nos llevamos toda una vida buscando entre los nuestros a nuestra pareja, pero ninguno de los nuestros busca entre los humanos.

Y sin embargo, aquí estoy. Sosteniendo a mi compañero de vida, humano, entre mis brazos, mientras duerme plácidamente. Por un lado, mi lobo está tan feliz y complacido al haber encontrado a su pareja de vida que puedo sentirlo tranquilo, esperanzado y completo. Cosas que antes jamás habría podido imaginar. Pero por otro lado, siempre pensé que me enlazaría a una loba. Una hembra de mi especie que sabría nuestras costumbres, me ayudaría con la dirección de la manada y que compartiría su vida conmigo por todos los años que pudiéramos vivir, teniendo cachorros y viendo como crecían para vernos reflejados en ellos.

Sin embargo el destino parece burlarse de todos esos pensamientos uniéndome a un muchacho humano que no puede tener más de veintipocos años, y que a pesar de saber de nosotros, es obvio su rechazo, tal como lo es en su hermano.

Un fuerte portazo seguido de unos pasos apresurados junto con mi nombre gritado me hace tensarme y apenas tengo unos segundos, antes de que la puerta se abra sin siquiera tocar, para tirar de la sabana y tapar a mi acompañante.

-¡Zangetsu!- En cuanto Starrk entra le gruño como jamás he hecho y eso lo detiene en seco.

-¡Fuera!- Mi grito es más un gruñido que un grito, y puedo notar como los dedos de mi compañero se cierran en torno a mi piel, clavando sus uñas y temblando un poco.

El simple hecho de haber asustado a mi compañero de buena mañana, tiene a mi lobo mordiéndome el culo y yo, dejando a mi hermano clavado con una sola mirada.

-Yo... vaya, lo siento.- Puedo ver la confusión en su rostro, cosa que es entendible, entre cambiantes el pudor no es algo que se suela manifestar, pero obviamente, mi compañero es humano y no le gustará ser visto desnudo por nadie más. Aunque eso es solo una excusa. En realidad soy yo quien no quiere que nadie más lo vea desnudo o recien despierto, o de cualquier otra forma en la que solo un compañero debería verlo.


***Sen***


Me sentía cálido y tranquilo. Realmente estaba teniendo un sueño de lo más placentero, hasta que un grito me ha sobresaltando encontrándome apartado contra un pecho que vibraba asustándome como la mierda.

En cuanto escucho la oscura voz de mi acompañante, lo reconozco. Mierda. ¿El Alfa?

-Nadie me dijo que estabas acompañado.- Esa voz... me suena, pero no sabría decir quien es, aunque el hecho de que me haya cubierto con la sabana me tranquiliza solo hasta que me muevo sintiendo como tengo todos los músculos del cuerpo doloridos de la mejor y peor forma posible.

MANADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora