Suspiro antes de ponerme en pie y abrir una de las grandes ventanas. Fuera la noche está prácticamente extendida, y el frío comienza a adueñarse de las leves ráfagas de aire que bailan entre los arboles. El silencio de este sitio es realmente "ruidoso". No se escuchan coches, ni gente caminando por las calles, ni musica saliendo de los locales de ocio. Aquí el sonido reinante es el rumor de las hojas agitadas en las ramas, crujiendo en el suelo bajo el pisar de algúna persona, una charla perdida en la distancia, o algún gruñido animal que no sé identificar si podría ser un simple juego o una pelea de cambiante.
Aquí todo es demasiado lento. Casi como si viviéramos en una dimensión a parte del resto, pero supongo que esa es la finalidad de vivir en un lugar como este. Mantener a todos los demás lejos. Mantener a todos los de aquí a salvo. Gestionando su propio tiempo y sin la obligación esclavizada del reloj y los horarios y las prisas... Me gustan mis obligaciones y también parte del estrés de los estudios o los imprevistos en el trabajo, salir de fiesta con Yyl, levantarme agobiado porque el despertador no sonó, enfrentarme a abogados más viejos que yo y machacarlos en los juicios. Y sin embargo, este forma de vida tan opuesto, se siente antinaturalmente bien.
-Oe, Ginjo. ¿Realmente vas a permitir que otros maten a Renji?
De repente ese nombre me deja paralizado hasta que veo como tres hombres aparecen entre la arboleda a varios metros de la ventana donde estoy oculto. El que habla es uno calvo que no deja de rodear a otro que camina con las manos en los bolsillos. Mis ojos lo siguen, sintiendo el escalofrío recorrerme. Ese nombre. Unohana dijo que los lobos que habían atacado a mi hermano, estaban aqui. Ginjo. Ese nombre lo conozco. No porque lo haya escuchado entre mis conocidos, o porque alguien lo haya mencionado en el tiempo que he estado aqui, sino porque jamás podría olvidar el nombre que mi hermano gritaba en sus pesadillas, una y otra vez, mientras luchaba en la cama del hospital, tras su ataque. Ginjo, el nombre del lobo que lo atacó. El nombre del padre de Haruka.
-No lo van a matar. Pienso arrancarle el corazón con mis propias manos, aunque habría sido divertido si nos hubieran dejado jugar con su humano antes.- Cuando dice eso con esa sadica sonrisa, aprieto los puños y los dientes, sintiendo como la bilis me hierve en la garganta.
-Pero si ya lo usaste ¿no? Eso dijeron, que lo habíamos asaltado, pero la verdad no me acuerdo de él.- Dice el calvo con pose pensativa.
-Supongo que no fue nada tan importante como para recordarlo, aunque cuando lo mencionó, si que recordé que fue una buena cacería. Fue de los pocos hombres que me hicieron disfrutar a fondo con su cuerpo. Realmente creí que estaba muerto cuando lo dejamos, pero resultó ser mas fuerte de lo que cualquier otro humano ha sido, ya que fue el único en sobrevivir.
-Seguro que Yhwach sama nos deja jugar con él cuando terminemos con Renji.
-Eso estaría bien.- Dice con una sonrisa tan malvada que no lo soporto más.
Salgo de la biblioteca dejando los libros atrás y voy directo al laboratorio del hospital.
-Puede que Renji esté jodido en ese combate desigual. Puede que incluso muera por luchar en desventaja, pero por nada del mundo, dejaré que vuelvas a tocar a mi hermano.- Gruño entre dientes solo para mi.
***Zan***
Unos golpes seguros en mi puerta preceden a Renji, y tras él, a Byakuya.-Renji.- Digo mientras me pongo de pie y me acerco un poco.
-Alfa.- Veo como Renji se cuadra serio, manteniendo su mirada en la ventana detrás mia.
Byakuya se pone a su lado y puedo ver como por su postura, respalda a su pareja.
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MANADA II
WerewolfSenbonzakura tiene la vida que siempre quiso, o al menos ha tenido la oportunidad de hacer todo lo que ha querido hasta que una llamada de su hermano pidiendole ayuda le cambia la vida. A pesar de ser el más joven de sus hermanos, siempre ha ayudado...