CAPÍTULO 24:

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Cuando la lámpara de Khem estuvo enchufada, Tayakorn apagó el interruptor de la luz y todo dentro de la habitación quedo a oscuras, solo había un suave brillo que se reflejaba en las paredes. Estos eran pequeños y grandes puntos que se asemejaban a estrellas en el cielo, lo que hacía que todo el interior de la espaciosa habitación se sintiera instantáneamente más cálida.

Tayakorn y Khem yacían boca arriba en medio de la cama, mirando las numerosas estrellas reflejadas en las lámparas del techo.

“Mi abuela ha estado enferma desde que tengo memoria. De vez en cuando le dolía la garganta, tosía mucho, sentía un poco de dolor en el cuerpo y ella a menudo se despertaba en medio de la noche para buscar medicinas pero como el interruptor de la luz estaba justo en frente de la puerta y las piernas de mi abuela estaban débiles, ella tenía dificultad para levantarse y caminar pero como no quería despertarme igual lo hacía. Yo al sentir que tenía que usar su mano para buscar la medicina en la oscuridad o el sonido de encontrar el interruptor me despertaba rápidamente y encendía las luces para la abuela, pero a veces, cuando hacía un trabajo demasiado pesado, solo me dormía sin darme cuenta de nada. Con todo ello, yo estaba preocupado por la abuela, tenía miedo de que tomara el medicamento equivocado, entonces pensé en ahorrar dinero para comprar una lampara pequeña para que estuviera al lado de su cama para que la abuela pudiera encenderla con facilidad en medio de la noche, pero yo solo era un niño pequeño y sólo me pagaban cien o doscientos baht. Entonces, cuando recibía el dinero lo aceptaba pero solo me alcanzaba para los gastos del hogar y no podía comprar la lámpara para regalarsela a la abuela. Así que cambié de opinión y fui a comprarle una linterna que era mucho más barata, pero sería de muy buena utilidad para la abuela y así podría encontrar fácilmente todas sus medicinas en medio de la oscuridad”.

Mientras contaba su propia historia, Khem miró hacia el techo.

“Sin poder comprar la lampara para la abuela, un día tuve la suerte de recoger una lámpara entre las cosas viejas que la gente solía tirar pero su luz era demasiado brillante y en medio de la noche había tanta claridad que a la abuela le dolían los ojos así que tenía que apagarla. Pero en la caja que venía la lámpara tenía un agujero que reflejaba la luz en la pared y al ver ello pensé que era similar a las estrellas en el cielo, además ayudaba a que su claridad no fiera tan brillante y la abuela podría levantarse a tomar medicamentos nocturnos. Entonces decidí realizar más agujeros en la caja de la lámpara para así iluminar toda la habitación, ese artefacto terminó siendo el único entretenimiento en mi casa, a mi abuela y a mí nos gustaba mucho encender esta lámpara y mirarla, pero porque tenemos miedo de que la factura de la luz nos saliera muy elevada no la dejabamos encendida mucho tiempo, momentos en los que nos podiamos quedar dormidos tranquilamente."

Cuando pensaba en él y en su abuela del pasado, Khem sintió calor en en area de sus ojos, su corazón se desbordó de pensamientos del pasado, por lo que cambió rápidamente de tema por temor a llorar accidentalmente frente a la persona junto a él.

"¿Crees que eres hermoso?"

"Um, muy hermoso", respondió Tayakorn antes de girarse de lado para poder mirar al hombre que yacía a su lado. "Pero esa belleza no puede competir contigo".

Khem escuchó esto y se sobresaltó, rápidamente se giró para mirar a Tayakorn, dándose cuenta de que su rostro y el de la otra persona estaban a menos de una palma de distancia.

"Demasiado cerca."

"¿Puedo besarte?"

Los ojos de Khem se abrieron instantáneamente, su hermoso rostro estaba caliente y débilmente sonrojado, pero aún  así le preguntó a Tayakorn tartamudeando.

"¿Vas... a besarme?"

"Um, ¿puedo besarte?", dijo Tayakorn mientras se sentaba.

Khem estaba sin pestañear, su corazón latía con fuerza y ​​casi se le salía del pecho, aunque podía negarse solo permaneció en silencio y no dijo nada, no dejó salir una sola palabra de su boca. Tayakorn vio esto y lentamente se acercó a su rostro.

BROKEN HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora