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—¿Que estupidez es esa, por Dios?— los murmullos se pagaron en cuanto abrí mi boca, y todos los ojos se posaron en mí esperando, tal vez que me retractase o se dieran ante la presión. Cosa que no iba a suceder. Ni ahora, ni nunca.— . No lo haré. Y lamento informarles que la única persona que decide quien se queda y quien se va soy yo. Nadie más— repetí esta vez con un tono más mortal.
Un incómodo silencio cayó sobre la mesa. Pude sentir las miradas incrédulas a mi alrededor, Estela que siempre se creía más lista que los demás. Bajó la cabeza y movió la servilleta nerviosamente entre sus dedos, como si no supiera dónde meterse. El tío Jorge, que apenas disimulaba su desagrado, carraspeó con fuerza, su rostro enrojecido. Mi querida madre solamente podía mirar hacia su botella de licor y ni hablar de Meredith. Pero nadie se atrevía a decir nada.
—Serena, esto no es sólo por el bien de la familia, sino por ti y por el bien de las empresas. Nos beneficiará a todos.— dijo george con habitual voz grave, me preguntaba si realmente él pensaba que me podía doblegar.
Los miré con frialdad, como si fueran un insecto bajo mis zapatos. Sabía perfectamente lo que querían, poder y control. Se sentían con el derecho de opinar sobre mis negocios y mi vida, como si todo lo que yo había construido dependiera de sus ridículas recomendaciones. Lo vi apretar los puños encima de la mesa, esperando que su argumento razonable me convenciera entrecomillas. Pero no lo hacía.
—Eso no está a discusión, lo voy a permitir que me saquen de mi propia empresa.¿ se han vuelto locos? Me importa muy poco que quien este de acuerdo conmigo y quien no. Soy yo la que decide, si estoy o no en el foco de atención,¿ a quien afecta realmente? El trato fue que iba a ser mi empresa y podía hacer lo que se me vengan gana con ella, siempre y cuando mantenga los números altos. Entonces no sé de qué tanto se quejan si gracias a esa estrategia tengo a todos hablando de mí, enfocados en cada paso que doy. Y ahora resulta que me quieren destituir de un cargo que ninguno de ustedes tienen derecho de hacerlo.
—Debes de entender que es por tu bien. Lo que estamos proponiendo es bueno para la imagen, porque cometiste un gran error en esa fiesta, ahora nos están comparando con esos. Y no es que seamos homofóbicos, pero no nos conviene que crean que una de las cabezas de la familia, como dice ser, le gustan las personas de sus mismos sexo.— respondió Meredith.
—Que desfachatez la tuya por lo menos yo no tengo un escándalo de infidelidad.
—Serena aunque seas la dueña varios en estas salas somos inversionistas y socios de la editorial, queremos lo mejor para los negocios dentro de la familia.— dijo Jorge.
—Si pero yo les paso el rollo, soy la accionista mayoritaria así que de ninguna manera. Ya dije que no, y quien quiera pasar por encima de mí sabe perfectamente dónde encontrarme.
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Antes de ti, no había nada en mí.
RomanceEn mi libro, te sumergirás en el fascinante encuentro entre dos mujeres cuyas vidas parecen estar en extremos opuestos. Una es una empresaria obsesionada con las apariencias y el éxito material, mientras que la otra es una guitarrista libre y despre...