Hay tiempo de orar en el infierno

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Esa puerta estaba casi cerrada del todo, un mínimo hueco había permitido escapar al chico, eso y las habilidades sigilosas del mismo.

La chica de nombre misterioso quedó dubitativa al ver tal despiste por su parte, su respiración se cortó de golpe por un instante.

Instante que aprovechó su hermana Ainhoa para intentar librarse rápidamente de la correa que unía su cuello con la mano de su hermana, un fuerte estirón que la dejó sin respirar unos segundos tirada en el suelo.

Su hermana al darse cuenta se avalanchó encima de Ainhoa para retomar el control absoluto. Ainhoa la intentaba empujar con sus pies hacia atrás, cada vez empujaba más fuerte, hasta que uno de sus empujones lanzó a su hermana hacia atrás provocandole un golpe en la espalda.

Después del forcejeo Ainhoa pudo zafarse e irse corriendo de la habitación lo más rápido que pudo.

Al salir de la habitación fue sigilosamente hacia la puerta principal  e intentar irse, mala fue su suerte al darse cuenta que estaba cerrada con llave.

Al ver esto fue rápidamente hacia la cocina, sitio donde habitualmente guardaban las llaves toda la familia, lo que encontró fue un pedazo de papel arrancado y puesto en la mesa donde normalmente comían.

La nota decía lo siguiente:

"Hola cariño, he tenido que irme, lo siento por no avisar, me temo que estaré fuera todo el fin de semana, he llamado a tu hermana para que vaya a estar allí contigo, no os peleeis, os conozco. Besitos y abrazos.
Att: Tu madre"

Ainhoa: Oh... Mierda, que hago ahora, tienes que pensar rapi-

Su voz fue apagada de repente y sin avisar con una mano tapando su boca y la otra cubriendo toda su cintura y llevándola hacia el salón.

Ainhoa intentó liberarse, era inútil, quien fuera que la había agarrado era muy fuerte.

El sujeto y ella se escondieron bajo la mesa del salón, la cual tenía un mantel puesto, Ainhoa se giro y...

Marc: Tranquila, soy yo.

Ainhoa: Dios... Pensaba que me había atrapado ella.

Marc: Hay que hacer algo para salir de aquí, tenemos que juntar nuestras fuerzas para poder escapar.

Ainhoa: También has visto que la puerta está cerrada, eh.

Marc: Si... Y las ventanas tienen todas el pestillo puesto.

Un ruido de unos pasos se iban escuchando en el piso de arriba, los cuales asustaron a la chica.

Esta puso su mano en el pecho de Marc y se acurrucó con él, pasaron unos segundos y al darse cuenta de lo estaba haciendo, Ainhoa rápidamente se sonrojó y volvió a su postura inicial.

Ainhoa: Emm... Esto... Perdona, me había asustado.

Marc estaba un poco sonrojado a la par que sorprendido, pero en ese momento se sentía fuerte, como si la confianza se estuviera apoderando de él e hiciera que sacara pecho ante lo que viniera.

Marc: No pasa nada, es normal.

El chico no creía lo había soltado por su boca, de normal se habría trabado hablando por los nervios o simplemente quedarse sin palabras en estado de shock.

Ainhoa: Oye pues... Al final tampoco me caes tan mal como creía, perdón por haber sido muy borde contigo estos meses.

Marc estaba extrañado, ¿De verdad Ainhoa había dicho eso o era su imaginación?

Los pensamientos de Marc fueron apagados con un dulce beso que le propinó Ainhoa en los labios, Marc al ver esto se tiró hacia ella.

Estaron besándose cerca de un minuto, para después Marc interrumpir el beso y mirarla a los ojos de forma picantona, después, bajó hacia el cuello donde siguió con los besos.

Ainhoa lo arretiró rápidamente.

Marc: Eh, tranquila, ¿que pasa?

Ainhoa: Shhh, creo que viene.

Dijo la chica susurrando mientras le ponía el dedo índice en la boca para que se callara.

Esta tomó de la mano a Marc y salieron de la mesa.

Fueron hacia su cochera rápidamente, a saber por qué, la puerta de la cochera tenía un pestillo.

Los dos juntos entraron a la cochera, pero antes de cerrar la puerta una mano de interpuso al cierre, era ella.

???: ¡Os pillé! Venid aquí con vuestra ama, vamos, no pongáis resistencia jajajaja.

Marc: ¡Cállate maldita!

Dijo antes de cerrar con fuerzas y hacer añicos la mano de la chica.

Rápidamente echó el pestillo de la puerta.

???: ¡AAHHHH, ME LAS PAGARÁS PERRO, TE HARÉ LAMER MIS PIES TODO EL DIA, TE MATARÉ CON ELLOS, ABRID LA PUERTA!

Ainhoa: Uff... Por los pelos, enciende la luz Marc.

Este le hizo caso y encendió la luz, la sorpresa se la llevaron al darse la vuelta.

Marc: Pero que demonios...

CONTINUARÁ

Paciente no, esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora